El fiscal retira una acusaci¨®n y rebaja a menos de un a?o la petici¨®n para los otros 9 acusados de Crimidesa
El ministerio fiscal retir¨® ayer las acusaciones contra el sindicalista de Comisiones Obreras M¨¢ximo Luaces, para quien se hab¨ªa solicitado cinco a?os de prisi¨®n, por el delito de supuesta detenci¨®n ilegal de los responsables de la empresa Crimidesa. A las 22.30 horas, al finalizar la sesi¨®n y elevar a definitivas sus conclusiones, el fiscal modific¨® tambi¨¦n de manera sustancial las peticiones realizadas para los otros nueve procesados. Ninguna de las penas reclamadas supera el a?o de prisi¨®n. El mismo fiscal a?adi¨® que, en el caso hipot¨¦tico de que la sentencia no condenase a los procesados a m¨¢s de un a?o de c¨¢rcel, pedir¨ªa personalmente que se les aplicase la condena condicional, para que no ingresasen en prisi¨®n.
En las conclusiones provisionales el fiscal ven¨ªa pidiendo un total de 52 a?os y nueve meses de carcel para todos los acusados de crimidesa. Se espera con curiosidad la decisi¨®n del abogado querellante qui¨¦n pidi¨® ayer noche un par¨¦ntesis para meditar la decisi¨®n del fiscal.Las declaraciones de los ex gobernadores civiles de la provincia de Burgos, Manuel del Hoyo Oliveras y Antol¨ªn de Santiago, el testimonio de los responsables y accionistas de la empresa Crimidesa, y la visita fugaz del ex diputado Marcelino Camacho fueron los incidentes m¨¢s importantes acaecidos en las ¨²ltimas horas en la sala de lo penal de la Audiencia Provincial de Burgos, donde se est¨¢ juzgando a nueve mineros y a un l¨ªder sindical de CC OO por los presuntos delitos de da?os, atentados, coacciones y detenci¨®n ilegal.
El ex gobernador civil de Burgos Manuel del Hoyo Oliveras asegur¨® ante el tribunal que su actuaci¨®n en el conflicto de la noche del 28 de octubre de 1980 impidi¨® que se cometiera un presunto delito de detenci¨®n ?legal contra los responsables de la empresa. Con esta sorprendente afirmaci¨®n, Manuel del Hoyo Oliveras inici¨® una detallada explicaci¨®n sobre su mediaci¨®n en el conflicto de Cerezo. Asegur¨® que conoc¨ªa el problema por la informaci¨®n que peri¨®dicamente le transmit¨ªan las fuerzas de seguridad, pero que se sorprendi¨® cuando, al trasladarse al lugar de los incidentes, descubri¨® un peligroso ¨ªndice de tensi¨®n.
"Mi intenci¨®n fue la de coordinar los intereses de orden p¨²blico con los intereses humanos y sociales. Pero hab¨ªa un punto previo. Hab¨ªa que rebajar la tensi¨®n. Por eso, lo primero que hice cuando llegu¨¦ fue hacer traer unas cervezas y unos bocadillos para los que se encontraban reunidos en las oficinas de la mina".
Las declaraciones del ex gobernador civil significaron un aval claro y tajante a las manifestaciones que hab¨ªan estado realizando antes los acusados. Reconoci¨® tambi¨¦n el ex gobernador que el foco de tensi¨®n no se encontraba en el interior de las oficinas, sino fuera, donde se agolpaban las mujeres, ancianos y ni?os de Cerezo, en un intento desesperado de que los camiones no sacaran el sulfato y no se rompiera la huelga.
Tan espectaculares como las declaraciones de Manuel del Hoyo Oliveras fueron las realizadas por Antol¨ªn de Santiago, tambi¨¦n ex gobernador civil de Burgos hasta el 24 de julio de 1980, cuatro d¨ªas antes de que acaecieran los hechos que est¨¢n siendo juzgados. Antol¨ªn de Santiago recalc¨® en sus declaraciones la actitud intransigente de la empresa y asegur¨® que el conflicto de Crimidesa se alarg¨® por culpa de la misma. Estas manifestaciones provocaron la airada protesta del Ministerio Fiscal, quien lleg¨® a se?alar que lo dicho por el ex gobernador era una trasgresi¨®n al art¨ªculo 24 de la Constituci¨®n. La intervenci¨®n del Ministerio Fiscal fue el origen de un incidente que amenaz¨® la marcha del juicio oral. El presidente de la sala suspendi¨® el juicio durante unos segundos.
Pero frente a estas declaraciones se levantaron tambi¨¦n las efectuadas por los responsables de la empresa Crimidesa, quienes aseguraron reiteradamente haber sido objeto de amenazas y coacciones durante los incidentes del 28 de octubre de 1980. Estos testigos hicieron hincapi¨¦ en la necesidad que ten¨ªan de "sacar el sulfato de la mina para que ¨¦sta no se perdiera". M¨¢s a¨²n, uno de los testigos, Francisco Javier Pantalamor, director general de Crimidesa, argument¨® ideol¨®gicamente la decisi¨®n de intentar comercializar los sulfatos en plena huelga legal. "Todos los espa?oles tenemos derecho a trabajar. No sab¨ªa que estaba prohibido trabajar y producir. Mi intenci¨®n era no dejar perder un bien nacional".
Ya no hay ninguna duda. Todos tienen muy claro que el conflicto de Crimidesa fue agudizado por la misma empresa el 28 de octubre de 1980, cuando intent¨® vender los sulfatos que se hab¨ªan estado produciendo en plena huelga legal. As¨ª lo han manifestado alguno de los testigos, los procesados y el propio capit¨¢n de la Guardia Civil que fue comisionado con veinte hombres a Cerezo el d¨ªa del conflicto.
"Si no se hubiera intentado sacar el sulfato, no hubiera habido problema", afirm¨® el capit¨¢n Antonio Santiago.
Este ha sido el primer gran triunfo de los abogados Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano, Mariano Olalla y Javier Cer¨®n, defensores de los diez procesados. Hay, sin embargo, algunas cosas que estos letrados no han conseguido a¨²n. Por ejemplo, no han logrado plantear con claridad las circunstancias y el contexto social en el que se produjo el conflicto y se cometieron los presuntos delitos. El presidente de la sala cort¨® una de las preguntas de la defensa y se?al¨® que los hechos juzgados eran muy concretos y que hab¨ªa que ce?irse a ellos.
El p¨²blico continu¨® ayer abarrotando la sala de la audiencia de Burgos. El calor era insoportable. Las sesiones, interminables y hasta cierto punto mon¨®tonas. Sin embargo, ayer se rompi¨® la monoton¨ªa poco antes de la una de la tarde, cuando se abri¨® la puerta y apareci¨® en la sala Marcelino Camacho, confundi¨¦ndose entre el p¨²blico.
Contin¨²a teniendo algo de carisma este hombre, que suele aparecer en los momentos y en los lugares m¨¢s inesperados, siempre en pleno conflicto. Fue una pr¨¢ctica que inici¨® poco despu¨¦s de salir de la c¨¢rcel.
Despu¨¦s, aprovechando una interrupci¨®n de la vista, Camacho salud¨® a los acusados. Antes de regresar a Madrid, Marcelino Camacho habl¨® unos segundos con todos. En los pasillos, mientras contin¨²a dentro la sesi¨®n del juicio oral, se destejen los m¨¢s nimios y tambi¨¦n los m¨¢s importantes detalles de la lucha de Crimidesa. Alguien habl¨® de aquellas coplas que se cantaron en Cerezo un d¨ªa de fiestas y en las que "se dejaron a parir a los propietarios de la mina".
Los rapsodas fueron fulminantemente despedidos. Tambi¨¦n se explic¨® que, despu¨¦s de aquellos incidentes del 28 de octubre de 1980, los trabajadores de Crimidesa iniciaron aquella larga marcha de protesta. Una marcha que desemboc¨® en Madrid el 19 de noviembre y que a¨²n no ha llegado a su meta final. Los mineros de Crimidesa y los vecinos de Cerezo contin¨²an caminando.
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