Pol¨¦mica por los fuertes pagos de exclusivas sensacionalistas en la Prensa popular brit¨¢nica
M¨¢s de un mill¨®n de libras esterlinas (200 millones de pesetas) lleg¨® a ofrecer un peri¨®dico ingl¨¦s a la mujer del Estrangulador de Yorkshire, Peter Sutcliffe, a cambio de un relato exclusivo de su vida marital. El dato ha sido revelado por el Press Council, organismo al que pertenecen voluntariamente todos los peri¨®dicos brit¨¢nicos y que vigila el cumplimiento de un c¨®digo de conducta por parte de sus miembros.
El informe del Press Council constituye una violenta requisitoria contra la llamada prensa popular de este pa¨ªs, que se caracteriza por la persecuci¨®n implacable de las personas, la zafiedad en la redacci¨®n de los art¨ªculos y el gusto por todos los detalles macabros o escabrosos, am¨¦n de por el empleo de cantidades enormes de dinero para obtener exclusivas o pretendidas exclusivas de las novias, padres, o cualquier persona que pueda decir algo sobre el objeto del reportaje en cuesti¨®n.El caso del Estrangulador de Yorkshire es s¨®lo un ejemplo de la forma en la que la prensa popular act¨²a habitualmente. Peter Sutcliffe fu¨¦ detenido y condenado a cadena perpetua por el asesinato de 13 mujeres. Su mujer, Sonia Szurmuza-Sutchffe, ha relatado a los investigadores del Press Council: "Hordas de reporteros, empuj¨¢ndose unos a otros, golpeando en las puertas y ventanas, afirmaban descaradamente que pagar¨ªan m¨¢s que los otros por mi historia". Un peri¨®dico local lleg¨® a ofrecer un mill¨®n de libras, mientras que el Daily Express presentaba s¨®lo un cheque por valor de 80.000 y el News of the World otro de 110.000. El mismo asedio sufrieron el padre de Peter y sus hermanas, que aceptaron 5.000 libras (un mill¨®n de pesetas) a cambio de ser entrevistados y proporcionar fotos, y los testigos (uno de ellos recibi¨® 4.000 libras del Daily Star)...
En su furia por obtener exclusivas, los reporteros llegaron a pagar peque?as cantidades de dinero a un amigo de la familia Sutcliffe, a la mujer (divorciada) de otro antiguo amigo del asesino, a la madre de un ex compa?ero de trabajo y al hombre que le ense?¨® a conducir camiones. Los familiares y conocidos de las v¨ªctimas no lograron tampoco zafarse de la persecuci¨®n period¨ªstica. La madre de una de las j¨®venes asesinadas tuvo que pedir publicamente que la dejaran en paz y solicitar que cambiaran su n¨²mero de tel¨¦fono.
"Los reporteros, se?ala el informe, hostigaron feroz y cruelmente a todos los conocidos de Sutcliffe" y actuaron de forma "abominable y repugnante". No solo acosaron a los posibles testigos y utilizaron dinero sangriendo para obtener informaci¨®n, sino que la forma en la que presentaron sus art¨ªculos no respetaba el principio de que nadie es culpable, sino presunto culpable hasta que existe un veredicto firme del tribunal.
En este aspecto no est¨¢ libre tampoco de culpa la polic¨ªa, que present¨® triunfalmente la detenci¨®n del camionero, sin dejar ning¨²n margen de duda sobre su culpabilidad. Desde el primer momento, seg¨²n el informe, no existi¨® duda en la mente de todo el mundo: Peter era el estrangulador que buscaba la polic¨ªa desde 1975.
El presidente del Press Council, Patrick Neill, record¨® que el c¨®digo de conducta voluntariamente aceptado por los socios inclu¨ªa una prohibici¨®n expresa de ofrecer dinero a familiares, amigos o conocidos de personas acusadas de actos criminales. La prohibici¨®n es violada continuamente y no s¨®lo con ocasi¨®n de grandes casos como el de Sutchiffe. Recientemente la prensa amarilla se ha arrojado sobre Michael Fagan, el hombre que se introdujo en la habitaci¨®n de la reina Isabel II, sobre Imogen Lucas-Box, la amiga del neofascista italiano Luciano Petrone y sobre la novia de un presunto criminal, cuya b¨²squeda y, detenci¨®n apasion¨® a los brit¨¢nicos durante un mes. Esta ¨²ltima envi¨® a su novio, a trav¨¦s de un peri¨®dico popular, una carta de ruptura. Neill afirma que si la prensa amarilla sigue manteniendo el mismo comportamiento, la ¨²nica soluci¨®n ser¨¢ sustituir el Press Council por otro organismo que tenga capacidad para multar y castigar a los peri¨®dicos rebeldes.
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