Admirador de Vicent
Soy un respetable miembro de ese eufemismo llamado la tercera edad, jubilado de banca, profesor de idiomas y, como dir¨ªa Vargas Llosa, tambi¨¦n soy una especie de aprendiz de escribidor, actividad que es mi pasi¨®n y mi hobby. Incluso hay quien dice -y perd¨®n por la aparente inmodestia- que tengo todo lo que es preciso para ser un buen escritor: estilo, amenidad, talento y eso que se llama garra. Los avatares de la vida me llevaron por otras rutas, por otros caminos distintos al periodismo o la literatura. Y por aquello de primum vivere, me hice empleado de banca, ya que tuve que abandonar mis estudios universitarios por haberme sorprendido el glorioso foll¨®n, iniciado un 18 de julio de 1936, del lado de los perdedores. Y ya sabe usted lo que dijo el C¨¦sar: "?Ay del vencido!" Pero no por ello me siento obligado a tumbarme en el div¨¢n del psiquiatra, a hablarle de mis frustraciones y mis subsconscientes freudianos. Escribo para m¨ª, para mi solaz, como una necesidad o como un vicio. Acudo a alg¨²n que otro concurso, especialmente de narraci¨®n breve, cuento o cosas as¨ª. Y soy dichoso, puede creerme, cuando me planto ante el teclado y empiezo a llenar cuartillas con las cosas que me bullen en el coco. Por eso, y este es el quid y la madre del cordero de estas l¨ªneas, le pido un gran favor: no pierda ni por todo el oro del mundo a ese colaborador de usted que se llama Manuel Vicent. No lo pierda porque, s¨®lo por leerle, vale la pena acercarse al quiosco, soltar las 35 pelas de rigor y llevarse, a casa o al caf¨¦, EL PAIS nuestro de cada d¨ªa.Y le conf¨ªo un peque?o secreto: yo le admiro, ?c¨®mo le admiro!, porque en su estilo veo mi estilo; en su amenidad, oportunidad y gracia me veo a m¨ª, a mi forma de escribir. Naturalmente, sin su clase, ya que, como le dije, s¨®lo soy un modesto aprendiz de escribidor. Pero, eso s¨ª, con m¨¢s moral que el famoso Alcoyano, ya que s¨¦ que nadie me va a leer jam¨¢s, que mi nombre no aparecer¨¢ al pie de un art¨ªculo, una cr¨®nica o un ensayo. Pero, as¨ª y todo, gritar¨¦: ?Qu¨¦ viva er Beti, manque pierda! ?Capta usted la sutil iron¨ªa de la cosa?
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Le saluda, con admiraci¨®n, respeto y cordialidad, un carroza de 65 tacos o casta?as, lector inquebrantable, leal y superfan de EL PAIS. ?Am¨¦n! /
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