Obra maestra

El cr¨ªtico Miquel Porter Moix hablaba con pasi¨®n de la pel¨ªcula japonesa Cuentos de la luna p¨¢lida de agosto despu¨¦s de la lluvia, la traducci¨®n, al parecer, m¨¢s correcta del t¨ªtulo original, Ugetsu monogatari. Dec¨ªa el cr¨ªtico qu¨¦ o mismo que en toda obra tocada por la chispa de la genialidad, nos hallamos ante una continua paradoja, en la que se entremezclan sin soluci¨®n de continuidad, sin clave resolutiva, sin prejuicio, el bien y el mal, la moral instituida y el loco lanzamiento, el romanticismo y el realismo, la tranpilidad y el ¨¦xtasis, el paroxismo y la paz ( ... ), el sue?o y la raz¨®n, la quimera y la experiencia, la c¨¢mara casi est¨¢tica y la c¨¢mara enloquecida, la fotograf¨ªa en flou y el contraste violento, la interpretaci¨®n liberada de todo freno y la contenida".Considerada como obra maestra, esta pel¨ªcula, que Kenge Mioguchi dirigi¨® en 1953, obtuvo el Le¨®n de Oro del festival de Venecia, un premio especial de la cr¨ªtica italiana y diversos galardones al sonido, los decorados y la fotograf¨ªa. Admir¨® a los cr¨ªticos que, a sus 55 a?os, Mizoguchi realizara, en una de sus obras de madurez, "una voluntaria locura que encierra todo el secreto de un alma sensible". Con id¨¦ntico entusiasmo se manifest¨® el. historiador Manuel Villegas L¨®pez al escribir que Cuentos de la luna p¨¢lida... "es un filme maravilloso, quie una de las claves de la obra de Mizoguchi". La historia se sit¨²a.durante las guerras civiles del siglo XVI, "pero esencialmente", contin¨²a Villegas L¨®pez, "pudo serlo en cualquier otra ¨¦poca, porque lo que juega en esa compleja historia no es exactamente lo sobrenatural, sino la irrealidad del tiempo y la irrealidad de la historia ( ... ). Hay una concatenaci¨®n exacta, hasta ser inapreciable, entre cada uno de los factores que forman una escena y en el paso de estas escenas a lo largo del filme. Jam¨¢s hay un alarde t¨¦cnico que revel¨¦ esta continua transici¨®n, de un tiempo pausado en una dimensi¨®n oriental, que es la que conduce todo".

La pel¨ªcula narra, la historia de dos hombres que sue?an con un futuro mejor. Uno de ellos anhela un tipo de paz que ¨¦l no define y el otro sue?a con la gloria y la guerra. Cuando ¨¦sta llega, ambos emigran y, no sin dificultades, traducen sus esperanzas en realidad, pero uno de ellos no se ver¨¢ compensado, al descubrir que su esposa se ha prostituido durante su ausencia. S¨®lo puede amar ya a la inalcanzable princesa Wasaka, producto del ensue?o y la ilusi¨®n.

Los cr¨ªticos japoneses entendieron esta historia como "un triste lamento moralista sobre las artima?as de la humanidad, pervertida y mutilada por la guerta", como "la cr¨®nica de un sue?o truncado, una esperanza rota". "En el fondo, es (escribi¨® Yoshikata Yoda) el cuento de la lluvia y la luna: se enfrentan en sus conductas y en sus deseos, pero para ellas la verdadera felicidad consiste, en permanecer como son, en conservar lo que tienen...", seg¨²n la traducci¨®n publicada en un bolet¨ªn de la Filmoteca Nacional de Espa?a, emitido con ocasi¨®n de la retrospectiva de la obra de Mizoguchi, organizada en la XXV Semana Internacional de Cine de Valladolid.

De Mizoguchi vimos recientemente en televisi¨®n La emperatriz Yang Kwei-Fei, pel¨ªcula rodada dos a?os m¨¢s tarde e inmediatamente despu¨¦s de Los amantes crucificados, cuya proyecci¨®n por la peque?a, pantalla est¨¢ prevista para marzo.