Retrato femenino
Es Jaime de Armi?¨¢n un autor delicado que trata a los personajes de sus pel¨ªculas con matices que otros escritores rechazan con frecuencia. El tipo de amor que Armi?¨¢n siente hacia los seres que inventa se traduce en una ternura queroza la inc¨®ndicionalidad pero sin evitar, curiosame nte, un punto de vista objetivo y, en ocasiones, h¨¢sta cr¨ªtico. Fue asi, Por ejemplo, como entendi¨® el mundo de recuerdos de aquel veterano de guerra que martirizaba a sus hijos con visitas a los desaparecidos campos de batalla (?Jo, pap¨¢!) o como plasm¨® la historia de una viejecita soltera que, a fuerza de soledad, llega a creerse embarazada por el hombre al que ve amar a una joven vecina (Nunca es tarde).Pero fue, sobre todo, el tono exacto con qu¨¦ supo contemplar la ins¨®lita historia de una solterona provinciana, educada s¨®lo para el piano y sus labores, que ignora su aut¨¦ntica condici¨®n masculina. Mi querida se?orita sigue siendo su mejor obra.
Al servicio de la mujer espa?ola se emite hoy a las 22
30 por la primera cadena.
La que hoy exhibe Televisi¨®n, Al servicio de la mujer espa?ola, data de 1978. Es otro acercamiento al an¨¢lisis de la cultura ,femenina en Espa?a que Armi?¨¢n ha contemplado ya desde distintos ¨¢ngulos. En su pel¨ªcula de este a?o. En septiembre, dedicaba tambi¨¦n m¨¢s inter¨¦s a..losconflictos de las mujeres que a los de los hombres que las acompa?an: sabe bastante de las razones que las han reducido a la situaci¨®n sumisa que ahora sufren e intuye con perspicacia la fuerza de su futura revoluci¨®n. Aunque, a veces, como en Al servicio de la mujer espa?ola, ese correcto tono de sus t¨ªtulos anteriores d¨¦ paso a un pintoresquismo que roza lo inverosimil.
La locutora, que dispone de un programa-consultorio con el que atonta a sus oyentes y que vive una experiencia inesperada al encontrarse con el raro personaje que interpretar Adolf¨® Marsi llach, tiene connotaciones en cierto modo irrepetibles en otras mujeres. La pel¨ªcula adquiere m¨¢s fuerza cu¨¢ndo se dedica a contemplar a esa locutora (Marlina Ross) en la intimidad, compartiendo con su hermana (Amparo Bar¨®) el m¨¢gico momento de las confidencias nocturnas.
Ambas actrices son dirigidas por Armi?¨¢n con tal cuidado que logran en una de esas escenas el mejor momento, de la pel¨ªcula: sin duda, en la complicidad de las actrices para saber unir sus sensibilidades, bas¨® su trabajo.
La historia de amor entre Ir¨¦ne Gald¨®s, la locutora, y el atormentado Julio, que quiere compensar sus viejas frustraciones con una venganza fr¨ªa, tiene menos pasi¨®n, aunque no carezca de gracia. As¨ª lo reconoc¨ªa, entre otros, el cr¨ªtico Gil de Muro en la revista, Rese?a, donde se?alaba, adem¨¢s, "una buena pint¨²ra de los tipos, una intenci¨®n caricaturesca no d¨¦formante, y un ritmo y agilidad narraitivo?
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