La Orquesta Sinf¨®nica de RTVE estrena la 'Obertura dram¨¢tica', de Evaristo Fern¨¢ndez Blanco
La Orquesta Sinf¨®nica de Radiotelevisi¨®n Espa?ola, bajo la direcci¨®n de Enrique Garc¨ªa Asensio, estrena esta noche la Obertura dram¨¢tica, del leon¨¦s Evaristo Fern¨¢ndez Blanco, representante vivo, inteligente e injustamente olvidado, de la denominada generaci¨®n de la Rep¨²blica.Nacido en 1902, Evaristo Fern¨¢ndez Blanco tuvo una rigurosa formaci¨®n como pianista y compositor, y de las aulas de Conrado del Campo pas¨® luego a las de la Escuela Superior Berlinesa, con lo que, muy pronto, entr¨® en contacto con las tendencias del modernismo.
Hombre inquieto, trabaj¨® en la Uni¨®n Radio de Urgoiti, que, en cierto modo, agrup¨® a los autores representativos del momento, esto es, lo perteneciente a la generaci¨®n de 1927, como Bacarisse, Remacha, Bautista, Alvarez Cantos, Rodolfo Halffter o Gustavo Pittaluga.
Esp¨ªritu comprometido
Algunas tentativas atonalistas luego de su experiencia alemana, asoma en los preludios pian¨ªsticos o en los poemas l¨ªricos sobre Alfredo Nistal, escritos por Evaristo Fern¨¢ndez Blanco en los a?os 1923 y 1924. Pero acaso la v¨ªa m¨¢s querida por un esp¨ªritu independiente, fuertemente comprometido, tanto en lo pol¨ªtico como en lo art¨ªstico, con los principios de la libertad, entendida sobre todo en sus ra¨ªces individuales, puede relacionarse con una objetividad que busca, ante todo, la comunicaci¨®n con el otro, dentro de unas coordenadas formales, te?idas de sentimiento rom¨¢ntico y voluntariamente sencillas, que algo deben, sin duda, a las ense?anzas de don Conrado.Durante la guerra civil, Fern¨¢ndez Blanco interviene en la organizaci¨®n musical, incluido el nacimiento de la denominada Orquesta Nacional de Conciertos, primera versi¨®n espa?ola de una orquesta estatal, reclamada por Adolfo Salazar desde los d¨ªas finales de la Monarqu¨ªa.
Las ediciones del Consejo de la M¨²sica publican (1937-1938) algunas obras de Fern¨¢ndez Blanco, impresas en Barcelona, como el excelente Tr¨ªo en do mayor o el Movimiento perpetuo, para piano, que tanto elogiara Arturo Rubinstein. Cuando Arbos y la Sinf¨®nica estrenan en 1934 las Danzas leonesas, ensayo sobre temas populares de su pa¨ªs, Joaqu¨ªn Turina elogia la "orquestaci¨®n con pincel fino", "precisa y detallada", de Fern¨¢ndez Blanco, y las califica de "preciosas".
Otro comentarista nos habla en la Hoja del Lunes de la elevaci¨®n de los materiales populares a la "suprema categor¨ªa de producci¨®n art¨ªstica". La Sinf¨®nica de Radiotelevisi¨®n Espa?ola ha programado estas danzas, y del trio se hicieron algunas audiciones y grabaciones, junto con la producci¨®n l¨ªrica y pian¨ªstica.
La Obertura dram¨¢tica, iniciada durante la guerra, terminada en 1940, retocada y revisada despu¨¦s, nos llega con tardanza y tras una espera de cuarenta a?os. En cierto modo, sin prentender expresarse en lenguaje descriptivista, la obertura refleja las inquietudes del combate a lo largo de tres amplias secciones, de brillant¨ªsima orquestaci¨®n.A¨²n prescindiendo de algunas alusiones concretas, la pieza, por el esp¨ªritu que la alienta, cobra alg¨²n valor testimonial junto a lo intr¨ªnsecos de una partitura bien pensada y escrita con pulcritud, fruto de sentimientos personales de directa efusi¨®n human¨ªstica.
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