El di¨¢logo sobre los euromisiles sigue, pero 'a fuego lento'
Las negociaciones norteamericano-sovi¨¦ticas sobre los euromisiles, las armas estrat¨¦gicas de alcance medio, se encuentran aparentemente bloqueadas desde hace alg¨²n tiempo. De ah¨ª que ambas delegaciones se esfuercen en potenciar ahora en Ginebra los contactos oficiosos y las comidas de trabajo a fin de preparar el terreno de las eventuales decisiones.
En materia de desarme, el di¨¢logo Washington-Mosc¨² se mantiene a fuego lento y las dos superpotencias parecen m¨¢s interesadas que nunca, aunque por razones opuestas, en pasar de la fase de las ofertas al per¨ªodo de las contraproposiciones.El problema mayor consisteen bajar el list¨®n de las exigenclas iniciales, a fin de que ni la Casa Blanca ni el Kremlim tengan la impresi¨®n de haber perdido terreno.
Ayer precisamente la delegaci¨®n estadounidense, encabezada por el embajador Paul Nietze, y la sovi¨¦tica, presidida por Yuli Alexandrovich Kvitsinski, celebraron su 67? encuentro en las dependencias de la misi¨®n americana. Las conversaciones dura- ron dos horas y media y, respetando la regla de la alternancia se dieron cita para el pr¨®ximo martes en la Villa Rosa, en la embajada sovi¨¦tica.
De lo discutido no ha trascen dido absolutamente nada. El hermetismo sigue siendo total. El silencio es una exigencia sovi¨¦tica para que los americanos, mucho m¨¢s prolijos en manifesta ciones y palabras, no utilicen la Prensa como medio de presi¨®n mientras duren las negociaciones. En este clima de escepticismo, saturado de medias frases, rusos y americanos tratan de multiplicar los contactos informales en recepciones y almuerzos de trabajo.
Mientras tanto, a trav¨¦s del diario Pravda, Andrei Groiniko rechaza un despliegue gradual de los euromisiles y pide mayor flexibilidad a Estados Unidos. El presidente Reagan le responde en una alocuci¨®n televisiva advirtiendo que la opci¨®n cero no es un ultim¨¢tum, lo que permite fundadas esperanzas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.