El Gobierno deber¨¢ decidir el crecimiento econ¨®mico antes de revisar el Plan Energ¨¦tico
La definici¨®n de cu¨¢les ser¨¢n las necesidades energ¨¦ticas de la sociedad espa?ola en los pr¨®ximos siete a?os y, al mismo tiempo, el procurar que las estimaciones en el crecimiento del producto interior bruto (PIB) se adecuen a lo anterior, constituye en estos momentos uno de los estudios m¨¢s dif¨ªciles y comprometidos que lleva a cabo el nuevo Gobierno socialista, con la cooperaci¨®n de las empresas p¨²blicas y privadas del sector.
El consumo de energ¨ªa primaria en Espa?a en 1982 aument¨® en un 0,5% respecto a 1981, aunque en el caso del petr¨®leo se mantiene la constante a la baja, seg¨²n cifras no publicadas todav¨ªa por el Ministerio de Industria y Energ¨ªa y que ha conseguido El PA?S de fuentes solventes. En 1981, el consumo de energ¨ªas primarias disminuy¨® en un 2,5%, con respecto al a?o anterior. Estos vaivenes internos y la no menos cambiante situaci¨®n internacional en este terreno es lo que complica el alcance de un consenso en los trabajos de la comisi¨®n interministerial y los sectores energ¨¦ticos, que deber¨¢n estar finalizados para el mes de junio, pues para entonces el Gobierno tiene la intenci¨®n de presentar al Parlamento la segunda revisi¨®n del Plan Energ¨¦tico Nacional (PEN).En 1982, la distribuci¨®n porcentual del consumo entre las diferentes fuentes energ¨¦ticas fue la siguiente: petr¨®leo energ¨¦tico, 55,1%; carb¨®n, 29,8% hidr¨¢ulica, 8,8 %; nuclear, 3,1 %, y gas natural, 3,2%. El descenso en la participaci¨®n del petr¨®leo est¨¢ compensado con el aumento del papel jugado por el carb¨®n. En 1981 el consumo de petr¨®leo fue del 61 % y el del carb¨®n del 24,9%. Las cifras son todav¨ªa m¨¢s significativas si se comparan los consumos de estas dos energ¨ªas primarias con los de 1980: el consumo de petr¨®leo fue del 64,3 % y el del carb¨®n del 21 %.
Antes de llegar al poder, el PSOE expres¨® su desacuerdo con las previsiones del Plan Energ¨¦tico Nacional del anterior Gobierno, especialmente en lo que consideraba una sobreestimaci¨®n de las necesidades de consumo de energ¨ªa y del desarrollo econ¨®mico en el decenio 1980-1990. El entonces responsable de la pol¨ªtica energ¨¦tica en el PSOE, Javier Solana, acusaba al Gobierno de UCD de "sobrevalorar el crecimiento de la demanda de energ¨ªa como medio de hacer sitio a las instalaciones nucleares ya programadas por el sector privado".
Despu¨¦s del triunfo electoral, el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez ha aplicado al consumo energ¨¦tico el correctivo del aumento de precios, especialmente en el sector de hidrocarburos, lo que continuar¨¢ repercutiendo en una reducci¨®n de la factura importadora de crudos, y, por otra parte, la nueva baja en los precios internacionales ayudar¨¢ considerablemente a reducir el d¨¦ficit importador en el cap¨ªtulo del petr¨®leo.
Dilema energ¨ªa-crecimiento
Pero los medios gubernamentales son conscientes de que hay que poner fin a las actuaciones coyunturales en este terreno, y, desde su llegada al Ministerio de Industria y Energ¨ªa, Carlos Solchaga ha dado instrucciones para que se revisen a fondo y con proyecci¨®n de futuro las necesidades energ¨¦ticas del pa¨ªs. La revisi¨®n del PEN, que no se completar¨¢ hasta junio, se enfrenta con el d¨ªlema de c¨®mo procurar el suficiente abastecimiento de energ¨ªa para el crecimiento del producto interior bruto hasta finales de la presente d¨¦cada.En su intervenci¨®n a principios de la pasada semana en el Congreso de los Diputados, Carlos Solchaga inform¨® con claridad de los planes de su ministerio en el campo de la industria, pero no se defini¨® en el energ¨¦tico, a la espera de los resultados del estudio que se lleva a cabo para la revisi¨®n del PEN. El ministro habl¨®, no obstante, de que los excesos de potencia en el sector nuclear podr¨ªan conducir a una sobreinversi¨®n en ese sector de hasta 600.000 millones de pesetas.
Los responsables de Energ¨ªa del actual Gobierno parecen inclinarse por continuar incentivando el consumo de carb¨®n, aunque potenciando la producci¨®n subterr¨¢nea y manteniendo los niveles de irriportaci¨®n, y dejar la construcci¨®n de las siete centrales nucleares ya autorizadas, aunque, revisando las cifras del PEN para 1990, que en lo nuclear preve¨ªa una potencia de 15,500 MW.
Para el presidente del Foro At¨®mico espa?ol, Alfonso Alvarez de Miranda, cuyo organismo est¨¢ participando en el estudio de la revisi¨®n del PEN, "lo importante y a la vez dif¨ªcil es saber qu¨¦ clase de desarrollo vamos a tener los espa?oles durante los pr¨®ximos a?os, porque de ello depende la demanda de energ¨ªa. El hecho de que no se hayan cumplido las previsiones del plan de 1979, por lo que respecta al crecimiento del producto interior bruto -alrededor del 2%-, ha producido no un exceso de las previsiones energ¨¦ticas, sino un empeoramiento del desempleo, hasta unos l¨ªmites insoportables para nuestra sociedad".
Alvarez de Miranda cree que el nuevo Gobierno no puede "planificar la miseria" y, por tanto, pensar que Espa?a no va a crecer en toda esta d¨¦cada por encima del 2%". Sus estimaciones se acercan m¨¢s a las francesas, pa¨ªs que considera muy semejante a Espa?a en cuanto a reserva de energ¨ªas primarias y donde el Gobierno Mitterrand est¨¢ planeando sus necesidades energ¨¦ticas en el convencimiento de que el PIB franc¨¦s alcanzar¨¢ el 5% anual en esta d¨¦cada.
El segundo aspecto importante de cara a la revisi¨®n del PEN es, seg¨²n Alvarez de Miranda, "saber como repartir esa demanda entre las fuentes nacionales de energ¨ªa. Las reservas de carb¨®n no son tan grandes como cree el Gobierno, y, por otra parte, presenta graves problemas de contaminaci¨®n -las lluvias ¨¢cidas, por ejemplo- su utilizaci¨®n como el elemento m¨¢s importante del consumo energ¨¦tico", a?ade. "En mi opini¨®n, el componente nuclear es absolutamente indispensable en el equilibrio energ¨¦tico espa?ol, al igual que lo es en Francia y en el resto de los pa¨ªses europeos del Este o del Oeste".
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