Un estupendo e inesperado regalo de Peter Brook
Peter Brook sugiere que el escenario de Carmen, los talleres municipales de la calle de Lleida, se conviertan en teatro estable, y ofrece un montaje para su inauguraci¨®n. Estupendo e inesperado regalo el que Peter Brook le hace a Pasqual Maragall de cara a las pr¨®ximas elecciones. Luego de inaugurar una t¨ªmida campa?a municipal de teatro, en un local prestado, con una obrita que nos llega de Madrid, interpretada por dos figuras y que, por lo visto, no rinde todo lo que se esperaba que rindiera; luego de haber pr¨¢cticamente abandonado el proyecto del Auditorium municipal, apoyado por Serra; luego de haber dejado sin resolver la transformaci¨®n y reapertura del Sal¨®n Diana; luego de tener el Born inutilizado para determinados montajes teatrales, el ofrecimiento de Brook es como para no pens¨¢rselo dos veces.Y la noticia del ofrecimiento nos llega poco despu¨¦s de enterarnos de que Javier Solana ha llamado a Llu¨ªs Pasqual a Madrid para dirigir el Mar¨ªa Guerrero y, lo que es todav¨ªa m¨¢s interesante, que el mism¨ªsimo Strehler cuenta con Pasqual para dirigir un par de espect¨¢culos en Par¨ªs, en el reci¨¦n creado Teatro de Europa, cuyas actividades se iniciar¨¢n en septiembre de este a?o.
Con Pasqual, que sigue siendo para nosotros el Lliure, la mejor f¨¢brica teatral de Espa?a, barcelonesa, de Gr¨¤cia para m¨¢s se?as; a caballo entre Madrid, Barcelona y el Teatro de Europa; y con Brook y su inesperado ofrecimiento, los beneficios, teatralmente hablando, que puede sacar Barcelona son considerables. Hay que decirle que s¨ª, alcalde; hay que decirle que s¨ª a Brook. Hay que mostrarse generoso con la cultura y, a la vez, sacar todo lo posible de estas inmejorables circunstancias. No s¨®lo hay que decirle que s¨ª a Brook, que venga con su nuevo espect¨¢culo, sino que hay que proponerle una coproducci¨®n. Hay que lograr que Brook venga a crear parte de su espect¨¢culo en Barcelona; trabajando, a ser posible, con gente de aqu¨ª.
Y, a la vez, hay que proponerle a Pasqual que nos sirva de embajador, para animar a sus compa?eros del Teatro de Europa a que vengan a trabajar a Barcelona con profesionales catalanes.
M¨¢s imaginaci¨®n
Hay que despertar de una pu?etera vez la vida teatral y cultural de la gran encisera, que dec¨ªa el abuelo de nuestro alcalde, para que no sigamos atosig¨¢ndonos unos a otros con los Titanics de turno. Hace falta algo m¨¢s de atrevimiento, de imaginaci¨®n. Que para subvencionar con dieciocho millones la Tempestat, de Nuria Espert, o invitar a la Com¨¦die Fran?aise para aplaudir a Flotats siempre estaremos a tiempo. Las circunstancias son demasiado favorables, alcalde, para no tom¨¢rnoslas, por una vez, en serio.Que ladren, que sigan ladrando los mediocres que censuran que el dinero de los contribuyentes sirva para pagar montajes catalanes de directores extranjeros. No necesitamos un Beno Mazzone; necesitamos una docena. Trabajando codo con codo con nuestros artistas para levantar el tinglado, para alegrar la plaza, para hacer que la parroquia vuelva a disfrutar. Y, en contrapartida, hay que procurar que el futuro, espl¨¦ndido, que se le abre a Pasqual, se abra para otros. Hay que ayudar m¨¢s y mejor a nuestros profesionales del teatro. Personalmente, prefiero al Lliure en Par¨ªs, en el Teatro de Europa -e insisto, Pasqual es el Lliure-, que a Flotats -es decir, a la Com¨¦die- en Barcelona.
Y lo prefiero porque es m¨¢s rentable, para el Lliure, para Barcelona.
Yo no s¨¦ si lo que propongo, alcalde, es una contribuci¨®n a la Barcelona grande o a la gran Barcelona; pero lo que s¨ª s¨¦, amigo Maragall, es que el ofrecimiento de Brook y el nombramiento de Pasqual deben ser aprovechados, escandalosamente aprovechados.
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