Paz para Europa, la tarea m¨¢s urgente
En la tensa situaci¨®n internacional de hoy hacen falta medidas decididas por parte de los Estados y los pueblos con el objeto de evitar la guerra nuclear y disminuir radicalmente la tensi¨®n b¨¦lica. Deben desempe?ar un papel importante en la soluci¨®n de este problema clave de nuestros d¨ªas las conversaciones sovi¨¦tico-norteamericanas sobre la limitaci¨®n de armas nucleares en Europa. El mismo hecho de su celebraci¨®n ya tiene, Indiscutiblemente, un significado positivo, aunque no suficiente. Se puede estar en conversaciones un a?o, y cinco, y diez sin llegar a ning¨²n acuerdo. Podr¨¢n dar un resultado positivo s¨®lo si el deseo de llegar al acuerdo es mutuo.La Uni¨®n Sovi¨¦tica tiene la intenci¨®n de lograr una resoluci¨®n que favorezca el fortalecimiento de la estabilidad internacional y la paz. Demostraci¨®n de ello es el compromiso adoptado por la URSS de no ser la primera en utilizar las armas at¨®micas, lo que puede servir de est¨ªmulo importante en las conversaciones sovi¨¦tico-norteamericanas. A estos mismos fines sirven tambi¨¦n las orientaciones precisas de Mosc¨², que indican la v¨ªa para lograr el acuerdo. El primer objetivo de ¨¦stas es que las conversaciones persigan realmente la meta de reducir el armamento at¨®mico en Europa y no sirvan de tel¨®n para la carrera armamentista y la quiebra de la paridad existente. El segundo objetivo consiste en que ambas partes tengan presentes los intereses leg¨ªtimos de cada uno, en estricta correspondencia con los principios de igualdad e id¨¦ntica seguridad.
Desde qu¨¦ posici¨®n, pues, participa en las conversaciones la parte norteamericana? De forma simple est¨¢ expresada en la opci¨®n cero, propuesta por Washington Se sabe que esta opci¨®n, incluso seg¨²n la apreciaci¨®n de muchos estadistas y personalidades pol¨ªtica de Occidente, resulta ser cero s¨®lo para la URSS, ya que prev¨¦ la liquidaci¨®n de todos los misiles de alcance medio sovi¨¦ticos a cambio de la promesa de EE UU de tan s¨®lo no instalar en Europa occidental los nuevos misiles norteamericanos. Al mismo tiempo, se quedar¨¢n sin tocar los medios nucleares de alcance medio norte americanos ya existentes en Europa, as¨ª como los del Reino Unido y Francia, que est¨¢n apuntando a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y los pa¨ªses del Pacto de Varsovia. Washington refuerza esta posici¨®n con sus afirmaciones de que la Uni¨®n Sovi¨¦tica pretende reforzar su supremac¨ªa en los misiles de alcance medio.
Tergiversaci¨®n
Esto es una tergiversaci¨®n intencionada de la posici¨®n sovi¨¦tica. La parte norteamericana conoce perfectamente que el n¨²mero de rampas de lanzamiento y medios de transporte de las armas nucleares de alcance medio es aproximadamente el mismo en la URSS (975) y en la OTAN (986). Consecuentemente, el sentido de semejante proposici¨®n de EE UU es perfectamente claro, o sea, no reducir en una sola unidad sus medios nucleares e intentar privar a la URSS del escudo de misiles nucleares levantado contra los medios nucleares de alcance medio de la OTAN, exigi¨¦ndole que liquide de forma unilateral los misiles instalados en tierra, de los que dispone hace ya veinte a?os y los que forman parte del equilibrio militar establecido en Europa desde hace muchos a?os.
Semejante posici¨®n no demuestra una apreciaci¨®n realista de la situaci¨®n. Si EE UU declara que ha venido a Ginebra con intenciones serias, ya es hora de que demuestre en la pr¨¢ctica su disposici¨®n de aportar a la causa de la reducci¨®n del nivel de confrontaci¨®n nuclear en Europa y no mantener las conversaciones s¨®lo por mantenerlas y preparar las condiciones para instalar sus nuevos misiles.
Tanto los planes como las medidas pr¨¢cticas de Washington para aumentar el potencial nuclear de instalaci¨®n avanzada -y, sobre todo, de misiles de alcance medio en Europa occidental- persiguen una serie de fines de largo alcance
En primer lugar, conf¨ªa, aunque sin fundamento, en que, a costa de Europa occidental, se evitar¨¢ -o al menos se mitigar¨¢- el golpe de respuesta a EE UU, lo que no deja de ser claro para Europa.
En segundo lugar, bajo el pre texto de llegar al nivel de equilibrio, del otro lado del oc¨¦ano se hacen planes para crear otro potencial m¨¢s de fuerzas estrat¨¦gicas de ofensiva y con ello alcanzar la supremac¨ªa sobre la URSS en el marco de la regi¨®n europea.
Por ¨²ltimo, al fabricar la generaci¨®n -cualitativamente nueva- de misiles nucleares, los c¨ªrculos gobernantes de EE UU quieren ampliar considerablemente su arsenal de primer golpe a costa de medios que difieren radicalmente de los misiles bal¨ªsticos intercontinentales. Resulta que el tiempo de vuelo hacia el blanco del Pershing 2 es de cinco-seis minutos, en comparaci¨®n con los veinticinco-treinta minutos del misil bal¨ªstico intercontinental. Esto puede provocar la tentaci¨®n de lanzarlos inesperadamente, confiando en que la parte contraria no tendr¨¢ tiempo para el contraataque antes de que sus misiles lleguen al territorio del agredido.
En cuanto a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, ¨¦sta aspira a librar a Europa del armamento nuclear, tanto de alcance medio como t¨¢ctico. Con este fin, hab¨ªa propuesto una serie de medidas concretas.
Recordemos, en particular, la proposici¨®n de firmar un acuerdo de no fabricar las armas at¨®micas destinadas a hacer blanco en Europa, tanto de alcance medio como t¨¢ctico. Esta iniciativa no tuvo eco positivo en aquellos a los que iba destinada. Nuestro pa¨ªs present¨® otra proposici¨®n que consist¨ªa en que tanto la URSS como los pa¨ªses de la OTAN redujesen sus armas de alcance medio en m¨¢s de tres veces. Y una vez m¨¢s, Estados Unidos no lo acept¨®. Tratando de lograr un acuerdo sobre una base justa para ambas partes, la Uni¨®n Sovi¨¦tica acept¨® conservar en Europa la misma cantidad de misiles que los del Reino Unido y Francia, y ni uno m¨¢s. Si el n¨²mero de misiles brit¨¢nicos y franceses m¨¢s tarde se redujese, se reducir¨ªan en la misma cantidad los sovi¨¦ticos.
Al mismo tiempo, se debe llegar al acuerdo en la reducci¨®n hasta niveles iguales por ambas partes del n¨²mero de aviones portadores de misiles nucleares de alcance medio, de los que disponen tanto la URSS como los pa¨ªses de la OTAN.
La intenci¨®n de disminuir la confrontaci¨®n militar en Europa es reforzada por Mosc¨² con pasos concretos. De forma unilateral dej¨® de instalar en la parte europea de su territorio los misiles de alcance medio. Es m¨¢s: la Uni¨®n Sovi¨¦tica ya est¨¢ llevando a cabo una considerable reducci¨®n de ¨¦stos. Declar¨® con toda determinaci¨®n que no instalar¨¢ ning¨²n tipo de misiles de alcance medio en aquellos sitios desde los que Europa occidental se encuentra en su radio de acci¨®n.
Zona desnuclearizada
Tambi¨¦n se sabe que la Uni¨®n Sovi¨¦tica respondi¨® positivamente a la propuesta de Suecia de crear en Europa la zona desnuclearizada, y al mismo tiempo propuso ampliarla geogr¨¢ficamente, es decir, en quinientos-seiscientos kil¨®metros, y no en trescientos, seg¨²n la propuesta sueca. Mientras m¨¢s amplia es la zona, menor es el peligro nuclear. Se podr¨ªa comenzar por Europa central, en el contexto de los esfuerzos que se est¨¢n haciendo en las conversaciones en Viena, incluyendo el control del cumplimiento de los compromisos.
Por ¨²ltimo, son constructivas para la disminuci¨®n de la confrontaci¨®n militar en Europa las nuevas propuestas presentadas por los pa¨ªses socialistas el 17 de febrero en Viena. Se trata de la reducci¨®n de las fuerzas armadas de la OTAN y del Pacto de Varsovia en Europa central hasta niveles colectivos iguales -de 900.000 personas por cada parte-, independientemente de las diferencias en n¨²mero de hombres actualmente.
Leyendo las propuestas de la Uni¨®n Sovi¨¦tica se puede decir que ha recorrido ya m¨¢s de la mitad de su camino. Pero los hechos demuestran claramente la falta de inter¨¦s por parte norteamericana en elaborar los acuerdos que sean aceptables para ambas partes. En la base de su posici¨®n se encuentra la intenci¨®n de lograr la supremac¨ªa militar.
Sin embargo, tanto Washington como aquellos c¨ªrculos de la OTAN que apoyan incondicionalmente su curso hacia el logro de la supremac¨ªa militar sobre la URSS y toda la comunidad socialista, no deben caer bajo los efectos de su propia hipnosis. De cualquier forma, no podr¨¢n lograr esta supremac¨ªa, sea en armas nucleares, sea en convencionales. Si fuese necesario, la Uni¨®n Sovi¨¦tica podr¨¢ responder a cualquier amenaza a tiempo y de forma efectiva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Guerra fr¨ªa
- Opini¨®n
- MBFR
- Tratado Start
- Estados Unidos
- Pol¨ªtica exterior
- URSS
- Tratado nuclear
- Cumbres internacionales
- Bloques pol¨ªticos
- Tratados desarme
- Relaciones internacionales
- Historia contempor¨¢nea
- Bloques internacionales
- Conflictos pol¨ªticos
- Partidos pol¨ªticos
- Relaciones exteriores
- Historia
- Pol¨ªtica
- Armas nucleares
- Armamento
- Defensa