Los iberos

Calvo Serraller tras visitar la exposici¨®n sobre los iberos escribi¨® su comentario titulado "Una muestra did¨¢ctica sobre la cultura ib¨¦rica". Pienso que en este caso la noble voluntad de difundir ha sembrado desconcertantes equ¨ªvocos. Se pretende recuperar para el supuesto mundo tart¨¦sico de los celtas de la baja Andaluc¨ªa la rica cultura ibero-tartesia de las costas mediterr¨¢neas. Decir que "el desarrollo de la cultura tart¨¦sica llev¨® a la gestaci¨®n y aparici¨®n de la cultura ib¨¦rica" es aceptar la hip¨®tesis que defiendo desde hace a?os, pero introduce al equivoco y la confusi¨®n no aclarar suficientemente que el n¨²cleo central de Tartessos estuvo en el sureste, pues las influencias orientales, como es l¨®gico, penetran en primer lugar por la parte oriental de la Pen¨ªnsula.Considerar "ib¨¦ricas" a las poblaciones que establecieron contacto con el mundo mic¨¦nico que se extiende por el sureste es como denominar hoy madrile?os a los catalanes. Hay que tener en cuenta que los iberos eran una de las innumerables tribus asentadas por, las costas mediterr¨¢neas hacia el siglo VI antes de Cristo, que el nombre de Iberia tambi¨¦n se aplic¨® primeramente a las costas mediterr¨¢neas exclusivamente, y s¨®lo en tiempos de Estrab¨®n -hacia el 29 antes de Cristo- se hizo extensivo a toda la pen¨ªnsula (por lo que s¨®lo hacia el siglo I se pueden llamar "iberos" a los pobladores de Hispania "ulterior" m¨¢s all¨¢ de Gibraltar). La cultura ib¨¦rica propiamente dicha se desarroll¨® en un ¨¢rea muy determinada -con el n¨²cleo central en el sureste, donde se gest¨® la cultura mastieno-arg¨¢rica- perfectamente marcada por la dispersi¨®n y profusi¨®n de esculturas de cierta categor¨ªa. /