La advertencia impl¨ªcita en los resultados de las elecciones obliga a Mitterrand ¨¢ replantear el "socialismo a la francesa"
La prudencia es ley en la capital francesa en v¨ªsperas del Consejo de Ministros de ma?ana, mi¨¦rcoles, al final del cual podr¨ªa ponerse en marcha la maquinaria del segundo acto del socialismo a la francesa. El presidente, Fran?ois Mitterrand, como consecuencia de la advertencia que ha supuesto para la izquierda el voto de las municipales, podr¨ªa efectuar hoy mismo un relevo en la jefatura del Gobierno, cargo para el que cuenta en un principio con el presidente de la Asamblea Nacional, Louis Mermaz, el ministro de Asuntos Sociales, Pierre Beregoboy, y el de Finanzas, Jacques Delors. No obstante, el actual jefe del Gobierno, Pierre Mauroy, dispone todav¨ªa de muchas posibilidades de continuar.
Mitterrand ha dicho que ser¨ªa absurdo no tener en cuenta el resultado de las elecciones municipales. Los l¨ªderes de la izquierda socialista lo han repetido durante las ¨²ltimas horas. La advertencia a la izquierda gobernante afectar¨¢ a los dos partidos en que se apoya la mayor¨ªa gubernamental: el socialista y el comunista.El primer ministro, Pierre Mauroy, se entrevist¨® ayer durante dos horas con el presidente Mitterrand. Pero nada se filtr¨® de su conversaci¨®n. Fuentes solventes insist¨ªan, no obstante, en las posibilidades del presidente de la Asamblea, Louls Mermaz, quien se destac¨® en la segunda ronda de las municipales por sus intervenciones duras y extremistas contra la derecha, para el cargo de primer ministro, en el caso de que Mitterrand decida finalmente la sustituci¨®n de Mauroy, lo que no parece estar ni mucho menos decidido.
La reconversi¨®n de Mermaz
Fue curiosa la reconversi¨®n milagrosa de Mermaz durante la noche del domingo, a medida que se fue afianzando la recuperaci¨®n electoral de la izquierda. Mermaz, considerado como un socialista puro, fiel a Mitterrand, pudiera simbolizar la continuaci¨®n de la uni¨®n de la izquierda en la mayor¨ªa gubernamental, con el. fin de no darles razones objetivas a los comunistas para abandonar, con su central sindical (la CGT), la alianza gobernante. Mitterrand tiene, ahora, m¨¢s de tres a?os por delante hasta las elecciones legislativas de 1986, durante los que se juega el futuro del socialismo a la francesa. Para cubrir esta etapa, necesita, m¨¢s que del partido comunista, de su brazo sindical, la CGT, la central m¨¢s potente del pa¨ªs, con la que cualquier Gobierno franc¨¦s debe contar para desarrollar una pol¨ªtica, rigurosa que conlleva el recorte del consumo y del poder adquisitivo de gran parte de la poblaci¨®n.
Una vez cubierta esta etapa, si el declive de los comunistas contin¨²a, tal como est¨¢ inscrito en la estrategia pol¨ªtica del septenio de Mitterrand, el presidente espera encontrar otro apoyo gubernamental en el terreno movedizo que separa a la derecha y a la izquierda.
Mermaz, seg¨²n este esquema, ser¨ªa el personaje pol¨ªtico apropiado, ya que, por ser un hombre sin afiliaci¨®n program¨¢tica muy definida, aplicar¨ªa la doctrina econ¨®mica de las circunstancias, inspirado directamente por el presidente.
Los actuales rninistros Delors y Beregoboy no se excluyen tampoco como eventuales futuros jefes del equipo ministerial -en caso de que salte Mauroy-, que ser¨ªa reducido a poco m¨¢s de quince miembros, t¨¦cnicos en su mayor¨ªa cuya tarea esencial consistir¨ªa en liberar a Francia de todos los desequilibros fundamentales de su econom¨ªa, empezando por el mas aparatoso y determinante: el d¨¦ficit del comercio exterior, de 93.000 millones de francos (alrededor de un bill¨®n y medio de pesetas).
La remodelaci¨®n del Gobierno depende, en lo esencial, de la pol¨ªtica econ¨®mica que Mitterrand decida. Dos alternativas, a grosso modo, se enfrentan en la mayor¨ªa de la izquierda: la proteccionista, que, a largo plazo, se teme conduzca al declive general del pa¨ªs, o una pol¨ªtica de austeridad, con el consiguiente recorte del poder adquisitivo de los ciudadanos. Los actuales ministros Rocard, Fabius, Chevenement, Beregoboy, Savary, y hombres de negocios como Jean Riboud, podr¨ªan formar parte del Gobierno, en el que algunos comentaristas aseguran que actualmente librando una guerra. Los cuatro ministros comunistas quedar¨ªan reducidos a uno s¨®lo, el de Transportes, Charles Fitterman.
El franco, como instrumento b¨¢sico para la nueva pol¨ªtica econ¨®mica, resisti¨® ayer honorablemente en los mercados de cambio. Vuelven a repetirse todas las hip¨®tesis de los ¨²ltimos d¨ªas referentes a un reajuste de las paridades del Sistema Monetario Europeo (SME), que se efectuar¨ªa en los d¨ªas venideros. Los franceses, de todas maneras, entienden que es el marco alem¨¢n quien debiera reevaluar. El pulso Bonn-Par¨ªs es el verdadero epicentro del futuro, en el plano econ¨®mico, en el comercial y, tambi¨¦n, en el comunitario.
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