Los cien
El sustento de lo pol¨ªtico no est¨¢ ya en la ¨¦tica o en el contrato social, sino en su potencia para el espect¨¢culo. Ninguna otra cosa que no sea el espect¨¢culo consigue despertar a las masas de su sue?o. Los embotellamientos de tr¨¢fico que los funcionarios interpretan a las siete cuarentaicinco, el aborto y las muchedumbres piadosas clamando "vida", Rumasa y su ancho temblor de marabunta... S¨ª a este gobierno nadie le regatea la condici¨®n de estar gobernando es, ante todo porque cumple con la misi¨®n de escenificar su mandato.Lo pol¨ªtico, como hecho diferencial, no interesa ya a nadie. Y nada despierta m¨¢s recelo que el pol¨ªtico profesional, a quien se le considera un decadente trujum¨¢n, autoconsciente adem¨¢s de su apolillado artificio.Lo pol¨ªtico no existe ya sino travestido en suceso espectacular. Susceptible de ser grabado, radiado, impreso y procesado como acontecimiento en el ¨¢mbito de los medios de comunicaci¨®n.
?Qu¨¦ es hoy esta conmemoraci¨®n y balance de los cien d¨ªas de gobierno m¨¢s all¨¢, de una puesta en escena? Publicaciones extraordinarias, emisiones radiof¨®nicas, programas excepcionales de televisi¨®n, sondeos puntuales, dialogan en un mismo lenguaje con el locuaz portavoz del gobierno, la presentaci¨®n del libro y v¨ªdeo Cien d¨ªas de gobierno que patrocina el PSOE, la encuesta oficial y las solemnes conferencias de prensa que traen al presidente y al jefe de la oposici¨®n vestidos de domingo, ante los focos.
Cien d¨ªas, ni m¨¢s ni menos. No un trimestre o nueve meses que son tiempos biol¨®gicos, de m¨¢s o menos. El cien es total y mitol¨®gico. La poes¨ªa galante persa dice de una mujer que tiene cien cabellos como equivalente a que posee todos los atributos apreciables.Y los chinos dicen de una doctrina que tiene cien flores como signo de que acapara cualquier virtud. El cien es, en la creencia m¨ªtica, como un microcosmos completo dentro del macrocosmos. Redondeados pues los cien d¨ªas ?c¨®mo no va a ser leg¨ªtimo juzgar la labor de los, socialistas? o, lo que es m¨¢s importante, ?c¨®mo no poner a cantar, en dial¨¦ctica con el n¨²mero fasto, a las mand¨ªbulas de la prensa, de la radio o de la televisi¨®n? Es la fiesta, el espect¨¢culo y su ruido otra vez. Es decir, esa ¨²nica posibilidad hoy, ante las masas silenciosas, de "hacer" pol¨ªtica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.