Compromiso y continuidad

Ma?ana, viernes, un consejo de ministros extraordinario establecer¨¢ el nuevo plan de rigor econ¨®mico que el Gobierno del primer ministro Pierre Mauroy, reajustado anteanoche, pondr¨¢ en pr¨¢ctica con el fin de liberar a Francia de su grave crisis.?Ha entendido el presidente Mitterrand la advertencia que le dirigieron los electores en los recientes comicios municipales? La respuesta, en gran parte, reposaba en la formaci¨®n de un nuevo Gobierno. A la vista de lo que lee o escucha desde hace algo m¨¢s de venticuatro horas, pocos han quedado satisfechos.

Para los que en el campo de la mayor¨ªa de izquierdas esperaban un sobresalto nacional, asentado en el cambio de los hombres, de los m¨¦todos y de la pol¨ªtica, la continuidad que caracteriza el Gabinete Mauroy es tanto como decir "mierda para los decepcionados del socialismo", seg¨²n expresi¨®n del editorial del diario Liberation. Esos decepcionados, seg¨²n c¨¢lculos precisos, ascienden al 15% del electorado que en 1981 vot¨® por Mitterrand.

Todas las corrientes de la derecha centran en el mismo tema sus cr¨ªticas: Mauroy es el primer ministro del fracaso y, manteni¨¦ndolo en su puesto, Mitterrand corre el riesgo de no ganar ni la confianza nacional ni la intemacional. Al presidente, a su vez, le han tentado hasta ¨²ltima hora varias soluciones, y todo indicar¨ªa que, en definitiva, ha triunfado un compromiso que nada ha demostrado que a ¨¦l mismo le convenza. El mantenimiento de Mauroy parece claro que se debe a una raz¨®n esencial: se le considera como el ¨²nico l¨ªder de izquierdas capaz de hacerle tragar a los trabajadores la culebra de la austeridad.

En los medios oficiales se arguye toda una teor¨ªa relativa a la m¨ªstica de la izquierda profunda y del llamado pueblo de izquierdas, para quienes Mauroy es el s¨ªmbolo de su generosidad, de su simplicidad, de su moral y de su clase, en suma. El peso de la acci¨®n en esta nueva fase recaer¨¢ sobre el ministro de Econom¨ªa, Finanzas y Hacienda, Jacques Delors, en primer lugar, y sobre el de Asuntos Sociales, Pierre Berengovoy, quien, a su vez, tendr¨¢ que entend¨¦rselas con los sindicatos. Estos tres personajes, con Mitterrand al frente, son los que sobre el terreno cargar¨¢n con todas las responsabilidades esenciales.

De momento, el franco, que baj¨® en los mercados debido a la continuidad representada por Mauroy, se recuper¨® al ser conocidas las amplias atribuciones de Delors. Ahora, tanto en Francia como en el extranjero se espera el detalle del plan de rigor.