Las ventas de gas natural se han convertido en un objetivo pol¨ªtico de absoluta prioridad para el Gobierno argelino
A remolque de una discutida decisi¨®n adoptada en 1975 por la Administraci¨®n espa?ola, las ventas de gas natural licuado argelino a nuestro pa¨ªs se han convertido en una especie de tal¨®n de Aquiles del actual Gobierno, heredero de un contencioso que ahora condiciona la voluntad, tanto de Madrid como de Argel, de globalizar sus relaciones. La reciente visita a Argelia del vicepresidente espa?ol, Alfonso Guerra, ha servido para acelerar la salida a un problema cuya soluci¨®n es harto problem¨¢tico prejuzgar, en la medida en que las exportaciones de gas son un objetivo pol¨ªtico prioritario de los argelinos.El contrato establecido el 14 de agosto de 1975 entre los presidentes de Enagas, Luis Valero, y Sonatrach, Ait Laussione, fue considerado por la parte argelina como un modelo, en el sentido de una opci¨®n econ¨®mica espa?ola que parec¨ªa destinada a hacer de esta materia energ¨¦tica el pivote de apoyo al desarrollo de la industria establecida en la regi¨®n catalana.
En 1975 la f¨®rmula de precio establecida hac¨ªa depender el precio de base (1,30 d¨®lares el mill¨®n de unidades t¨¦rmicas de norma brit¨¢nica BTU) de los valores medios de cotizaci¨®n del gas¨®leo, el fuel ligero y los fueles pesados, con dos variantes relativas al contenido en azufre, al que se a?ad¨ªa una f¨®rmula correctiva basada en cinco divisas.
La complejidad de la f¨®rmula de precio se evidenci¨® de tal manera que en noviembre de 1979, a instancias de la parte espa?ola -entonces representada por El¨ªas Velasco, el nuevo presidente de Enagas-, el ministro argelino Belkacem Nabi (el actual ministro de Energ¨ªa) aceptaba suprimir la f¨®rmula correctiva. Se decici¨® entonces reajustar el precio, que pasaba a 3,42 d¨®lares el mill¨®n de unidades BTU, hasta finales de junio de 1980.
En noviembre de 1979 se hab¨ªa acordado tambi¨¦n un calendario de entregas, que preve¨ªa para 1980 la importaci¨®n por Espa?a de 1.500 millones de metros c¨²bicos de gas natural licuado, que pasar¨ªan a ser 3.000 millones en 1981 y 4.500 millones (es decir, el pleno rendimiento del contrato) en 1982. Ni que decir tiene que en 1983 se plantea, en funci¨®n del nivel real de consumo de gas natural por nuestro pa¨ªs, el regreso a las cantidades aceptadas para 1980.
Al establecerse el contrato, la parte argelina no s¨®lo hab¨ªa obtenido que el documento incluyera la famosa cl¨¢usula take or pay (tome o pague) que le garantizaba un nivel fijo de entrada en divisas, sino que hab¨ªa logrado que la parte espa?ola aceptara, a t¨ªtulo de modalidades de pago del contrato, que ¨¦stos se efectuar¨¢n en el U. U. Westminster Bank, de Londres, a la que se a?ad¨ªa, en el art¨ªculo 162 del documento, dos ofertas de cr¨¦dito espa?ol: una, de 150 millones de d¨®lares a libre imposici¨®n, y otra, de 300 millones de d¨®lares (en pesetas) para financiar la importaci¨®n de bienes espa?oles.
A esta flexibilidad de la Administraci¨®n espa?ola de la ¨¦poca tendr¨ªa que responder ahora, a t¨ªtulo de esa voluntad pol¨ªtica a que se refieren los dirigentes de Argel, una flexibilidad de Argelia, de manera a satisfacer los planteamientos del actual Gobierno espa?ol, que pueden reducirse a la simple frase pronunciada por Carlos Solchaga: "Espa?a no puede comprar lo que no puede consumir".
La situaci¨®n financiera de Argelia no es tan mala como pod¨ªa suponerse tras la ¨²ltima crisis de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP). A pesar de que el a?o pasado los argelinos vieron recortar en un 50% sus ventas de crudo, consiguieron mantener un alto nivel de crecimiento econ¨®mico. Gracias a las exportaciones de gas natural a Francia, la balanza comercial dej¨® de ser deficitaria y logr¨® un super¨¢vit. El recorte de entrada en divisas este a?o como consecuencia de la reducci¨®n del precio del barril de crudo OPEP va a ser compensado parcialmente por medio de la puesta en servicio del gasoducto mediterr¨¢neo entre Argelia e Italia. Este ¨²ltimo pa¨ªs va a recibir gas natural no licuado por un montante de 10.000 millones de francos anuales.
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