"Damua garaiz" (el arrepentimiento, a tiempo)
Luis Michelena es hoy un s¨ªmbolo del inter¨¦s que existe en Euskadi por hacer que el estudio del euskera y de la cultura que ha generado no se convierta en una disciplina alejada de lo que m¨¢s preocupa a los vascos. En este art¨ªculo se habla de la actitud de Michelena ante esa lengua y de la estatura intelectual del ling¨¹ista, objeto en fechas recientes de diversos homenajes, a los que el vicerrector de la universidad del Pa¨ªs Vasco se suma.
"Damua Garaiz" (el arrepentimiento, a tiempo). Por v¨ªa de refr¨¢n y de humor respond¨ªa as¨ª una vez Michelena a Od¨®n de Apraiz, cuando este viejo vasc¨®logo le reprochaba amigablemente el usar el nombre de Koldo, abreviatura de KoIdobika, producto del laboratorio logoqu¨ªmico de Sabino Arana. Lo mismo le pasaba a Luis Eleizalde, que, despu¨¦s de editar el nomencl¨¢tor de Arana, abomin¨® de aquellas invenciones, pero no intentaba que los amigos dejaran de llamarle KoIdo.KoIdo o Luis Michelena, la m¨¢xima autoridad en lengua vasca, recibi¨® el pasado d¨ªa 10 en Vitoria el premio Ossian, concedido por la fundaci¨®n SVS de Hamburgo que cre¨® en 1931 Alfred Toepfer. El galard¨®n se destina a "personalidades o instituciones destacadas en la promoci¨®n y estudio de culturas y lenguas que pertenecen a la herencia europea".
En otro acto de homenaje a Michelena, su investidura doctor honoris causa por la universidad de Burdeos, el profesor de su facultad de Letras y vicepresidente de la Academia Vasca, Jean Haritschelhar, hablaba de la "omnipresencia" de Michelena en los estudios vascos. Y, en efecto, se encuentra uno en cualquier campo de la lengua y literatura vascas con este gigante de la vascolog¨ªa que apenas pudo tratar con Azkue y Urquijo y no queda ciertamente detr¨¢s de ellos. Omnipresencia que siempre se acompa?a de un espl¨¦ndido c¨²mulo de informaci¨®n y un incomparable rigor anal¨ªtico. No es hip¨¦rbole el calificativo "monumental" que el gram¨¢tico Lafitte da a la fon¨¦tica hist¨®rica vasca, ampliaci¨®n de la tesis doctoral defendida por aquel licenciado en filolog¨ªa cl¨¢sica, en 1959, cuando ya ten¨ªa lejos los ocho a?os de c¨¢rcel (en dos veces), pero no as¨ª el levantamiento de la barrera de los antecedentes penales para ser admitido en una oposici¨®n. Esto no se dar¨ªa hasta seis a?os despu¨¦s, y a partir de entonces el ascenso ser¨ªa con toda justicia -tard¨ªa, pero justicia- fulgurante. Recuerdo muy bien la tarde en que Mart¨ªn Ruip¨¦rez entr¨® en clase y dijo ven¨ªa de una oposici¨®n a la c¨¢tedra de ling¨¹¨ªstica indoeuropea de Salamanca en que el opositor sab¨ªa m¨¢s que todo el tribunal.
Pero la erudici¨®n de Michelena tiene siempre la dosis precisa. No se apabulla al lector, aunque sin duda ¨¦ste considera muchas veces severa la dosificaci¨®n, como en Apellidos vascos, en Historia de la literatura vasca y quiz¨¢, sobre todo, en Textos arcaicos vascos.
"El vasto no es ning¨²n cuerpo extra?o"
Con la obra de este hijo de cestero de Renter¨ªa, se nos aparece demasiado tajante el juicio de Saussure sobre la imposibilidad de sacar partido de la lengua vasca a causa de su aislamiento. El lat¨ªn del bajo imperio, las lenguas romances vecinas, en diversos sedimentos, est¨¢n en el euskera.
Al fin y al cabo, como dijera Telesforo de Aranzadi, "el vasco no es ning¨²n cuerpo extra?o de la Europa occidental", lo que Antonio Tovar extiende de la antropolog¨ªa a la lingu¨ªstica.
Con signos de coexistencia de siglos en Europa, la lengua vasca no presenta, para Michelena, sin embargo, evidencia de parentesco gen¨¦tico ni con el ib¨¦rico, ni con el hamito-sem¨ªtico ni con las lenguas del C¨¢ucaso. Escepticismo competente, dir¨ªamos, como en el art¨ªculo L'euscaro-caucasique del volumen Le Langage que dirigi¨® A. Martinet, en una materia donde muchos otros han querido y quieren ver y convencer de afinidades.
Pero quiz¨¢s sea la lexicograf¨ªa el campo m¨¢s estimado de Michelena. A la espera del primer volumen de su diccionario, ah¨ª est¨¢ su Estudio sobre las fuentes del diccionario de Azkue, y su edici¨®n del Lexic¨®n bilba¨ªno de Arriaga y del Dicaionarium linguae cant¨¢bricae que recogi¨®, probablemente en Vitoria, en el siglo XVI, un italiano. Voces y hablas que Michelena conoce en conjunto como nadie, en proceso de diversificaci¨®n desde aquel protovasco, necesariamente ligado a cierto tipo de organizaci¨®n pol¨ªtico-social posterior al desplome de Roma y pesadilla de Leovigildo y dem¨¢s repetidores del estribillo Domult Vascones de las cr¨®nicas. Excelente art¨ªculo a¨²n reciente, Lengua com¨²n y dialectos vascos, donde Michelena predica con el ejemplo el horror a la especializaci¨®n estrecha y el empleo inteligente de otras disciplinas, la historia en este caso, y Barbero y Vigil en especial.
Sabio pero pragm¨¢tico, Michelena defini¨® por encargo de la Academia Vasca las l¨ªneas del vasco literario com¨²n (para decirlo como su presidente Villasante), bas¨¢ndose en la tradici¨®n literaria central. No cre¨ªa, la verdad, en el grado de ¨¦xito de esta propuesta, aunque quiz¨¢ tampoco sospechaba que unos y otros banderizos habr¨ªan de gastar tanta pluma y saliva por causa de un modelo de lengua que, como todos, es en s¨ª as¨¦ptico: Se pueden escribir con 21 excelsos poemas y bodrios inaguantables, arengas espartaquistas y soflamas maurracistas. Desde luego, sin aches antes de 1968 y con aches despu¨¦s, el vascuence de Michelena es sencillamente magistral.
Digna trayectoria humana
Como digna ha sido tambi¨¦n su trayectoria humana. Teniente de gudaris hecho preso por los italianos cuando acababa de cumplir 22, fue colaborador de Ajuriaguerra en empe?os dram¨¢ticamente truncados por el cambio de actitud de los americanos hacia Franco, que tan bien ha descrito Gregorio Mor¨¢n. Luis Michelena no ha rehuido nunca las cargas de los cargos: secretario de la Academia y director de su Secci¨®n de Investigaci¨®n; secretario de redacci¨®n del Bolet¨ªn de la Real Sociedad Vascongada y Egan (revista de literatura eusk¨¦rica donde, entre otras cosas, hay unas excelentes cr¨ªticas cinematogr¨¢ficas suyas), codirector del Anuario del seminario de filolog¨ªa vasca Julio de Urquijo; vicerrector, decano, organizador de congresos y editor de sus Actas, etc¨¦tera.
La humanidad de Michelena no excluye precisamente el humor (a veces ca¨²stico, verbi gratia, la recensi¨®n del libro en que Griera ve¨ªa en el vascuence una lengua neolatina) ni comparte el complejo antiautoritario al que se refer¨ªa hace unos d¨ªas mi amigo Frederic Roda.
Todos los amigos de Koldo, presentes o no en el acto de su reciente homenaje, la joven universidad del Pa¨ªs Vasco y su facultad de Filolog¨ªa y Geograf¨ªa e Historia de Vitoria, la Academia de la Lengua Vasca, la Real Academia Espa?ola, la Soci¨¦t¨¦ de Linguistique de Par¨ªs, todos nos enorgullecemos y felicitamos al sabio investigador de esta parte de la herencia europea que queremos hereden los hijos de Vasconia en paz y libertad.
es vicerrector de la universidad del Pa¨ªs Vasco (Campus de ?lava) y miembro de n¨²mero de la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia).
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