?Mucho cuidado, presidente!
Mucho cuidado ante el m¨²ltiple y orquestado despliegue de los jinetes del apocalipsis espoleados furiosamente con el est¨²pido pretexto de los cien d¨ªas de gobierno.Los cien d¨ªas parecen ya cien a?os; saben que, al menos, se ver¨¢n forzados a otros cuarenta y cinco meses y, muy probablemente, ocho o doce a?os m¨¢s a vomitar pestes derrotistas por tratar de alcanzar el poder, su poder, pues la mayor parte de esos personajes van siendo cada vez m¨¢s carrozas, f¨ªsica y mentalmente, y su imagen va perdiendo gancho, si es que alguna vez lo han tenido.
Al menos el jefe de la oposici¨®n s¨ª nos ha dicho algo, por ejemplo, que la publicidad en la Prensa de los hoteles de Rumasa ahora la paga ¨¦l con sus impuestos y antes la pagaba un se?or llamado Ruiz-Mateos. Paciencia, jefe, que yo tambi¨¦n pago con mis impuestos el salario de su ch¨®fer, de sus secretarias, de su gasolina y de su propio sueldo. Y que le aproveche. Para decirnos, tambi¨¦n, que a ¨¦l no le afectar¨¢ el s¨ªndrome de la Moncloa, porque ¨¦l no vivir¨¢ en la Moncloa. Eso s¨ª que es verdad, del todo verdad, pues todos sabemos que su s¨ªndrome es el de El Pardo. El jefe de la leal y constructiva oposici¨®n proclama que el aborto es una cuesti¨®n que socava la ¨²nica ¨¦tica que este pa¨ªs respeta. Es decir, que el se?or Reagan y la se?ora Thatcher, por no citar otros de sus amigos y correligionarios, carecen totalmente de esta ¨¦tica ¨²nica, pues no han hecho nada por derogar las leyes de sus pa¨ªses que autorizan el aborto voluntario. Y la oposici¨®n leal y constructiva de nuestro pa¨ªs no deja de ponernos como ejemplo en todas las cuestiones de tufo ultra-conservador al d¨²o perfecto Reagan-Thatcher.
Humillados y ofendidos se sienten los funcionarios y los m¨¦dicos con el nuevo horario establecido por el Gobierno que no gobierna, nos dice el jefe en su trascendental conferencia de prensa; y que ese mismo Gobierno ha sido inhumano al no preocuparse de los problemas que han causado a los familiares de esos humillados y ofendidos. O sea, con perd¨®n, que el alba?il, la dependienta, el metal¨²rgico, el empleado de banca, la enfermera, el camarero, etc¨¦tera, habitan en el mejor de los mundos posibles al poder trabajar cumpliendo un puntual horario sin sentirse ni humillados ni ofendidos, y tampoco sus familiares.
Mucho cuidado, presidente del Gobierno, con esa especie de oposici¨®n apologista del derrotismo, que con su incontenida rabieta al constatar que en Espa?a hay, por fin, un Gobierno que gobierna emplear¨¢n todas sus armas leales y constructivas por tratar de alentar, a quien sea y como sea, por encaramarse atropelladamente al carro o a la carroza del poder, de su poder. ?Mucho cuidado, presidente! / P. Fust¨¦ Mompart.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.