El director de teatro Ricard Salvat califica de injustificados los ataques que recibe
De la gran esperanza que representaba en 1960 pas¨® a ser el superman del teatro catal¨¢n, el hombre que todo lo pod¨ªa. Luego vino su paso por el Teatro Nacional de Barcelona, donde, inevitablemente, fracas¨®, como lo hab¨ªan hecho sus antecesores en el cargo. Salvat, que, a decir de muchos, es quien cuenta con m¨¢s enemigos en el teatro catal¨¢n, intent¨®, mantener a flote su escuela hasta que en 1978 tambi¨¦n este empe?o naufrag¨®.Ahora se dice que como te¨®rico no tiene mucho inter¨¦s; que como profesor universitario no pasa de ilusionar a sus alumnos a lo largo del primer trimestre; que como director de teatro fracasa una y otra vez; que, en tanto que director del Festival de Sitges, no acierta a encontrar el ritmo justo.
Pero ahora, en esta aproximaci¨®n de urgencia, se trata de otra cosa. Se trata de un art¨ªculo que Salvat ha publicado en la desgraciadamente desaparecida revista Canig¨®. En este art¨ªculo, Salvat atacaba a todos: a la Generalitat, al Consejo Asesor de Teatro, a los cr¨ªticos... Es un art¨ªculo de los que no deja t¨ªtere con cabeza. Y se trata tambi¨¦n de esa confirmaci¨®n al frente del Festival de Sitges despu¨¦s de un per¨ªodo de dudas por parte del patronato.
Pregunta. ?A qu¨¦ se debe estos ataques?.
Respuesta. Esto de que se me ataque ha pasado siempre; lo grave es que ahora no tienen ninguna justificaci¨®n. Durante la ¨¦poca del Nacional hab¨ªa la justificaci¨®n de ocupar un cargo que, en cierto modo, era una situaci¨®n de privilegio. Pero ahora, que pr¨¢cticamente no se me dan subvenciones, que se me han cerrado todos los teatros, que tengo que trabajar m¨¢s en el extranjero que aqu¨ª... Por otra parte, yo no hago vida p¨²blica... Lo ¨²nico que puedo decirle es que no es l¨®gico que se me ataque as¨ª.
P. ?Qu¨¦ pasa en el teatro catal¨¢n actual?.
R. El otro d¨ªa, en el teatro Romea, se puso de manifiesto, durante el acto sobre teatro p¨²blico, que desde 1975 hasta ahora no se ha creado nada nuevo. Yo, aquel d¨ªa, no quise decir nada porque acababa de publicar el art¨ªculo de Canig¨®, y lo que ten¨ªa que decir ya lo hab¨ªa dicho. Por cierto, que ahora vengo de una reuni¨®n donde mis compa?eros acaban de re?irme por no haber intervenido. Tampoco esto lo he hecho bien, seg¨²n parece. Y si llego a intervenir, luego me ri?en los de la Generalitat... Quiz¨¢ lo que sucede es que siempre he callado demasiado. Pero yo soy de los que creen que hay que jugar con una cierta elegancia.
P. Hablemos del Festival de Sitges.
R. Mira, en este festival se han hecho milagros. Piensa que en este momento todav¨ªa no se han pagado una gran parte de los sueldos del a?o pasado. Esto puede parecer una an¨¦cdota, pero es importante. Esto quiere decir que muchas veces yo he tenido que adelantar dinero. Durante unos a?os se ha funcionado con este voluntarismo. Ahora hab¨ªa llegado el momento de la profesionalizaci¨®n. Hace poco hablaba de esto en Londres con el director del Festival de Avi?¨®n. ?l me dijo que esta situaci¨®n no pod¨ªa durar m¨¢s. Vilar empez¨® as¨ª, pero lleg¨® un momento en que dijo: "Se?ores: ahora somos profesionales y hay que actuar como tales". Pero cuando yo plante¨¦ esta situaci¨®n el a?o pasado, me dijeron que s¨ª. Y, sin embargo, poco antes de empezar el festival no sab¨ªamos con qu¨¦ cont¨¢bamos.
Yo, por otra parte, hab¨ªa pedido que, aprovechando el cambio de patronato, se hicieran unas reuniones conjuntas de autocr¨ªtica, y tampoco pudieron hacerse. De pronto, con el nuevo patronato, s¨¦ que se me margina y que se cuestiona si me contratan de nuevo o no. Por fin, se me comunic¨® que me volv¨ªan a contratar. Las personas que ahora forman el nuevo patronato, que habitualmente no iban al Festival de Sitges, empiezan a descubrir una realidad que les parece incre¨ªble.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.