V¨¢zquez Montalb¨¢n define su ¨²ltima novela como una cr¨®nica del tiempo presente
La obra es una reflexi¨®n sobre el amor y la muerte
La portada de la ¨²ltima novela de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, Los p¨¢jaros de Bangkok, afirma que "Pepe Carvalho emprende un ex¨®tico viaje en un tiempo en que la aventura es casi ... imposible". El autor, sin embargo, no cre¨¦ que sea un libro de viajes, sino una especie de cr¨®nica del tiempo presente, "una novela m¨¢s libre que las anteriores", donde la presencia de las golondrinas en Bangkok y el Mar Menor muestra la identidad de la condici¨®n humana.
Tres historias simult¨¢neas, dos de ellas situadas en Barcelona, y la tercera en Thailandia, llenan las p¨¢ginas de la novela y las horas de un Carvalho obsesionado por modificar una realidad terca como el propio detective, pese a su aparente distanciamiento, quien, en esta ocasi¨®n se decide a votar por correo a quienes le reclaman la papeleta desde carteles "militantes".Pregunta. En esta novela recupera usted un tono de escritura que recuerda, en no pocos momentos, una de sus mejores obras, Manifiesto subnormal.
Respuesta. Es un tono de escritura que de hecho no he perdido nunca en mis escritos, tanto en periodismo como en poes¨ªa o en novela. De todas formas es, dif¨ªcil mantenerlo en un discruso de car¨¢cter realista.
P. Hay dos temas que parecen reiteradamente en la narraci¨®n, la vejez y la muerte.
R. Esos elementos son bastante constantes. En las otras novelas siempre hay una intenci¨®n dominante muy clara, por ejemplo, en Los mares del sur, la f¨¢bula del desclasamiento; en Asesinato en el comit¨¦ central, el viaje al interior de un partido pol¨ªtico. En cambio, en esta novela quedan m¨¢s en el aire los elementos de car¨¢cter reflexivo sobre la condici¨®n humana. De hecho, la clave de la novela es un poco plantear que todos los p¨¢jaros son iguales, que la condici¨®n humana es igual aqu¨ª que all¨ª. Y todos los elmentos reflexivos que hacen referencia a lo m¨¢s dram¨¢tico de esta concepci¨®n, la decrepitud, la fidelidad, el amor, la muerte, tienen en la novela un peso b¨¢sico. Y no es extra?o que el tema de la decrepitud y la muerte tenga predominancia en una novela que yo considero que es b¨¢sicamente amorosa. En ella est¨¢n casi todas las formas posibles de amor, desde el amor l¨¦sbico al amor plat¨®nico. Los personajes se mueven por el amor todos ellos. Pero esos elementos est¨¢n condicionados por una pluralidad de reflexiones que en esta novela caben y quiz¨¢s en las -otras estaban supeditados a un prop¨®sito dominante. Esta es una novela m¨¢s libre y m¨¢s plural.
P. Amores sin embargo, condenados a terminar en tragedia.
R. Quiz¨¢ no tanto en tragedia como en frustraci¨®n, porque de hecho est¨¢n pendientes de una frustraci¨®n referencial, que es la de la muerte, constante en el ciclo Carvalho. Hay un punto de referencia inapelable y, entonces, la funci¨®n no es m¨¢s que un entrenamiento o una aproximaci¨®n, no s¨¦, en que est¨¢ implicado Carvalho y todo lo que he escrito hasta ahora. Es la tesis de la no existencia de un final feliz.
P. Carvalho presenta una curiosa fidelidad de tipo casi familiar hacia los personajes de su intimidad, que a veces parece rozar la monogam¨ªa.
R. Es una fidelidad pasiva. Carvalho es un voyeur y tiene historias de amor a lo largo de la novela. Lo que ocurre es que quiz¨¢ las relaciones de Carvalho en este tipo de amor son las de la no comunicaci¨®n. Carvalho ha nacido para ser un personaje incomunicado. Es un quisider, sino se me jorabar¨ªa la soluci¨®n t¨¦cnica que implica, porque Carvalho es una soluci¨®n t¨¦cnica, que me permite resolver el problema, para m¨ª capital, de poder ser realista desde el punto de vista. Carvalho es un tipo fronterizo que sanciona moralmente desde su propia ambig¨¹edad y eso me exime de equivocarme, que es uno de los errores b¨¢sicos de los escritores realistas.
P. Carvalho es un mir¨®n, pero un mir¨®n apasionado, que no intenta comprender el mundo.
R. S¨ª, Carvalho es un mir¨®n, pero sin embargo juzga inevitable un compromiso: siempre es solidario con las v¨ªctimas. Y, en general, acaba fascinado por la gente que ha muerto porque son los verdaderos perdedores de la historia. Ese es el compromiso moral del personaje. Aparentemente renuncia a comprender el mundo, pero opera con una l¨®gica fundamental que asume y que es la que le obliga a ese distanciamiento, el darse cuenta de que a la hora de la verdad todo se reduce a un juego de poder, a relaciones de fuerza, a relaciones entre gente poderosa y gente que no lo es. A todos los niveles, desde el econ¨®mico al psicol¨®gico.
P. Desde esta perspectiva llama la atenci¨®n el tratamiento- que se da a un personaje de la novela, Marta Miguel.
R. Marta Miguel, creo, es el verdadero protagonista de la novela y en muchos momentos me plante¨¦ darle m¨¢s entidad, hasta que me di cuenta de que no, de que la gracia del personaje estaba precisamente en su poquedad. Introduce el tema del desclasamiento pero a otros niveles que en Los mares del sur, no se trata de un desclasamiento econ¨®mico, sino psicol¨®gico. Es una persona lastrada para integrarse en el mundo de los elegidos o de lo que ella decide que son los elegidos. Y adem¨¢s tiene una carga tan tremenda de fidelidades sentimentales a sus ra¨ªces, simbolizadas en su relaci¨®n con la madre. No puede actuar con crueldad y acaba siendo autodestruida. Es otro universo m¨¢s que siempre ha estado presente en Carvalho, el papel de la cultura modificando la conducta, que Carvalho resuelve con exabruptos quemando libros, porque considera que la cultura le ha separado de la vida, pero que en otro orden de cosas es lo que lleva al suicidio a Marta Miguel.
P. Es un personaje que recuera en ciertos aspectos la novela 1984 de George Orwell.
R. Es posible, aunque deber¨ªa plante¨¢rmelo. Lo cierto es que cuando empec¨¦ a redactar esta novela estaba tentado de escribir un brev¨ªsimo ensayo sobre 1984, y me le¨ª las utop¨ªas que me interesaban, entre ellas la de Orwell. Pero tendr¨ªa que pensarlo.
Babelia
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