Jeanne Modigliani admite las buenas falsificaciones de las obras de su padre

Una exposici¨®n dedicada a Amedeo Modigliani fue inaugurada ayer en Barcelona. Recoge algo m¨¢s de un centenar de obras -pinturas y dibujos- del pintor y permanecer¨¢ abierta hasta finales del pr¨®ximo mes de mayo, para trasladarse durante el mes de junio a Madrid. Al acto asisti¨® Jeanne Modigilani, quien ha pasado la vida dedicada a estudiar la obra de su padre, a quien no lleg¨® a conocer. Afirma que no le importan las falsificaciones de las obras, con tal de que sean buenas.Es una anciana celosa de la memoria paterna, arisca en ocasiones, dulce en el mirar, que parece vivir una pasi¨®n: Amedeo Modigliani. Y sin embargo esa pasi¨®n la disimula y la tamiza constantemente con una cierta dosis de duda. Cuando se le pregunta qu¨¦ entiende por la verdad de Modigliani a la que se refiere en un escrito, titulado no casualmente El itinerario de una pasi¨®n, contesta tras una cierta vacilaci¨®n como de haber sido pillada en falta: "?Qu¨¦ es la verdad?, se pregunta Pilatos" y a?ade sin dilaci¨®n que ha sido un lapsus, un abuso de la palabra, pero que en el caso de su padre la verdad es la obra que ha dejado. "Para comprenderlo hay que empezar por sus obras y olvidar la fantas¨ªa".

No lo dice, pero lo ha escrito: Repudia est¨¦ticamente las interpretaciones novelescas de la vida de Amedeo Modigliani. "Se ha llegado a hablar de suicidio. Es una barbaridad. Quiz¨¢ pueda hablarse de un cierto proceso de autodestrucci¨®n que -yo no soy psiquiatra y no puedo juzgar seriamente- tiene antecedentes familiares. En la familia hubo suicidios, lo que no es el caso de mi padre".

La familia Modigliani no posee ninguna obra del artista. Sin embargo, en cuanto heredera, Jeanne dispone de la capacidad de autentificar las atribuidas a su padre. Pero es dif¨ªcil decidir si Jeanne tiene m¨¢s inter¨¦s en refutar las historias novelescas sobre su padre o en dejar sentada su verdadera aportaci¨®n a la pintura y a la escultura, por el camino de la autentificaci¨®n de las obras. "A veces la forma de autentificar una obra de Modigliani", afirma, "es puramente intuitiva. Y, aunque mi representante crea que lo que voy a decir es una monstruosidad, lo cierto es que no me molesta que haya falsificaciones buenas, lo terrible son las malas"., El mismo tono se aprecia a la hora de hablar de la posiblidad de establecer una cronolog¨ªa de la obra escult¨®rica. "En realidad, salvo en el caso de las fechadas, que no ofrecen duda, todos prefieren afirmar que su obra es m¨¢s moderna, porque las ¨²ltimas son las m¨¢s cotizadas. Es una simple cuesti¨®n comercial".

Reconoce diversas influencia en la obra de Modigliani. Adem¨¢s de las parisienses, icluido el cubismo, las procedentes de la tradici¨®n jud¨ªa. "Mi padre estaba muy influido por la tradici¨®n jud¨ªa mediterr¨¢nea. Es importante distinguir, porque la tradici¨®n centroeuropea dificultaba la representaci¨®n de figuras humanas, pero entre los jud¨ªos mediterr¨¢neos esa prohibici¨®n no tuvo ninguna vigencia. Con todo, vale la pena matizar, se puede hablar de cultura jud¨ªa, pero no de religi¨®n. La familia Modigliani no era escrupulosamente practicante. Mi padre menos".

Dentro de la tradici¨®n familiar merece especial relieve el apoyo de la madre al futuro artista. "Mi padre tuvo una vocaci¨®n precoz por la pintura, no repentina, como algunos pretenden, pero s¨ª que desde muy ni?o dec¨ªa que quer¨ªa se pintor, seg¨²n me ha contado mi abuela, aunque no se le puede creer todo lo que dijo.

Otra constante cultural de Modigliani, a jucio de no pocos eruditos, es su origen toscano. "S¨ª, muchos hablan de eso, pero yo no hago dem¨¢siado caso. Lo que s¨ª me parece es que se puede hablar de una constante que consiste en una cierta manera de imaginar los personajes que iba a pintar".