Cooperaci¨®n ciudadana

Es ya un triste t¨®pico recordar que la lucha antiterrorista es uno de los problemas cr¨ªticos con que se enfrenta un sistema democr¨¢tico. Y es tambi¨¦n t¨®pico reiterar la imposibilidad de vencer al terrorismo sin la colaboraci¨®n de toda la sociedad y, especialmente, de sus principales instituciones. En ese sentido, con la conocida excepci¨®n de un diario vasco, la Prensa espa?ola ha cumplido y cumple con su cuota de responsabilidad en esta tarea. Por ello nos causa estupor la lectura del editorial que EL PAIS de ayer dedicaba al despliegue policial efectuado en un popular barrio madrile?o en busca de los secuestradores de don Diego Prado y Col¨®n de Carvajal.Describir el control de las fuerzas de seguridad "como una mala copia de la casbah argelina en los tiempos de la dominaci¨®n colonial francesa" no es s¨®lo un exabrupto inadecuado del editorialista de EL PAIS, sino una acusaci¨®n pol¨ªtica contra el Gobierno, que deber¨ªa ir dirigida contra quienes de verdad tercermundizan la sociedad espa?ola: los terroristas. Empa?ar la constitucionalidad de la leg¨ªtima represi¨®n de las actividades terroristas, contraponiendo el art¨ªculo 18 de la Constituci¨®n al apartado B del art¨ªculo segundo de la ley antiterrorista; el juez de guardia ordinario al Juzgado Central de la Audiencia Nacional, en los t¨¦rminos demag¨®gicos que emplea EL PAIS, es sentar la tesis de que el terror no es producto del terrorismo, sino del Estado. Paso que se da a continuaci¨®n cuando nuestro colega afirma que esta necesaria e inc¨®moda redada es una "afrenta a una modesta barriada", acompa?ada de "presi¨®n psicol¨®gica" e intimidaci¨®n. Intimidaci¨®n, se?ala EL PAIS para culminar la demagogia del editorial en cuesti¨®n, que cae sobre "el barrio del Pilar y no el de Salamanca".

Pero cuando EL PAIS desarrolla m¨¢s claramente su dial¨¦ctica antiliberal es en este texto: "La superioridad de un sistema democr¨¢tico no estriba -dice- en una mejor utilizaci¨®n de los resortes autoritarios del Estado para intimidar a los ciudadanos, sino en una ampliaci¨®n de las libertades de la sociedad".

Esta doble afirmaci¨®n es inexacta. Ni han sido los ciudadanos los intimidados ni es posible que la sociedad se sienta plenamente libre mientras el fen¨®meno terrorista est¨¦ ah¨ª. El terrorismo impide la estabilidad de las libertades.

El editorial que comentamos marca la distancia entre EL PAIS de papel y el pa¨ªs real. Este ¨²ltimo comprende y asume las molestias sociales de la lucha antiterrorista. En la madrile?a barriada del Pilar el ciudadano est¨¢ soportando la acci¨®n policial sin una queja, sin una denuncia, con un gran esp¨ªritu c¨ªvico de colaboraci¨®n.

Naturalmente, que afirmar todo esto no significa considerar a la polic¨ªa impune. Las fuerzas de seguridad son las primeras que deben ajustarse a la Constituci¨®n y la ley. Y as¨ª lo han hecho en su dif¨ªcil acci¨®n de peinar un barrio madrile?o.

8 de abril