Espa?a, ?convidada de piedra o caballo de Troya?
La Europa de las naciones se enfrenta a la nada b¨¢rbara invasi¨®n japonesa de los magnet¨®fonos de imagen. Estamos en la protohistoria del v¨ªdeo.
La industria electr¨®nica, cuyo mercado mundial alcanza una cifra de negocios superior a los 120.000 millones de d¨®lares (unos 15,25 billones de pesetas), est¨¢ polarizando una de las mayores y m¨¢s enconadas batallas comerciales de posguerra, s¨®lo comparable a la entablada en torno a la industria del autom¨®vil. Y comparable relativamente, porque el autom¨®vil es una guerra de presente, y la electr¨®nica es una batalla de futuro. Europa, que hasta hace unas d¨¦cadas se situaba a la vanguardia de estas actividades, se encuentra ahora con un mercado invadido por los fabricantes japoneses y con una industria seriamente amenazada.El v¨ªdeo est¨¢ llamado a revolucionar el mundo. Las actuales disputas, a juicio de futur¨®logos y expertos en prospectiva, son meras ri?as de patio de vecindad. Lo importante no es el hoy sino el ma?ana.
Es una batalla sin cuartel. Tres sistemas, dos japoneses y uno europeo, compiten por la actual protohistoria del v¨ªdeo. La segunda generaci¨®n de estos aparatos, est¨¢ lista t¨¦cnicamente, y ¨²nicamente razones econ¨®micas -hay que rentabilizar las actuales cadenas de producci¨®n y eliminar competidores- explican la demora, en su aparici¨®n en los escaparates.
El a?o 1982 fue un ejercicio clave. En el Reino Unido, los precios de los v¨ªdeos cayeron en 150 fibras en los puntos de venta. Grundig -la primera industria alemana- tuvo que rebajar sus aparatos en 120 d¨®lares (unas 14.400 pesetas); pero aun as¨ª, los japoneses colocaron en la CEE v¨ªdeos a 300 d¨®lares (unas 43.200 pesetas), que hicieron imposible la competencia europea.
En Espa?a, donde todav¨ªa no se fabrican v¨ªdeos, en 1981 se vendieron 85.000 unidades, y en 1982, 200.000, y se alcanzar¨¢n los 500.000 para 1984 o principios de 1985. La penetraci¨®n por millar de habitantes es todav¨ªa baj¨ªsima, situ¨¢ndose en ocho unidades, lo que pone de relieve que Espa?a es mercado relativamente amplio y virgen.
De los tres sistemas, el 13% del mercado nacional est¨¢ copado por la tecnolog¨ªa europea del sistema 2000 (Philips y Grundig); el 45%, por la tecnolog¨ªa japonesa -en buena parte fabricada por europeos- de Japan Victor Cy, el sistem¨¢ VHS, que producen Thomson-Brant, Vanguard, National, Akai y JVC. Y el 42% restante, en manos del sistema Beta (Sony, NEC, Sanyo y Fisher).
El 'peligro amarillo'
Jap¨®n, con un inmenso mercado interno inaccesible al exterior inicialmente, program¨® hace 15 a?os un ambicioso plan de inversiones en el sector con el objetivo de apoderarse, por la v¨ªa de mejores precios, mejor tecnolog¨ªa y nuevos productos, del apetitoso mercado norteamericano (200 millones de consumidores).
El mercado de Estados Unidos, mucho m¨¢s liberalizado que el europeo, cedi¨® con facilidad a la ofensiva japonesa, y en pocos a?os, la industria norteamericana de la electr¨®nica de consumo se vio seriamente amenazada. La situaci¨®n lleg¨® a ser tan delicada, que el propio Gobierno de Estados Unidos, a la vista de las cotas de mercado perdidas, oblig¨® a sus aliados japoneses, en 1976, a invertir e instalar sus f¨¢bricas en el pa¨ªs si quer¨ªan seguir presentes en el mercado norteamericano.
En 1977, con las inversiones internas previstas para la conquista del mercado norteamericano colgadas, Jap¨®n desvi¨® su ofensiva exportadora hacia el segundo mercado mundial en importancia: Europa (300 millones de consumidores y una industria muy fraccionada entre las diversas naciones). Alemania, el pa¨ªs menos proteccionista del Viejo Continente, fue la playa de desembarco, y desde all¨ª, los televisores en color, v¨ªdeos y alta fidelidad made in Japan se expanden por los restantes pa¨ªses europeos.
Europa, contra Jap¨®n
Grundig y Philips, dos de las mayores firmas europeas de fabricaci¨®n de aparatos de v¨ªdeo y televisi¨®n, de nacionalidad alemana y holandesa, respectivamente, presentaron en noviembre pasado una demanda antidumping contra los v¨ªdeos japoneses que se importan en la Comunidad Econ¨®mica Europea.
La acci¨®n conjunta de Grundig y Philips constituy¨® la primera respuesta europea a la negativa japonesa de abrir sus propios mercados o autolimitar sus exportaciones.
Seg¨²n las dos empresas demandantes, los precios de los v¨ªdeos japoneses hab¨ªan descendido en s¨®lo un a?o en un 60%, y se situaban por debajo del coste de fabricaci¨®n en Jap¨®n, lo que constituye una pr¨¢ctica prohibida por los acuerdos comerciales internacionales. Gracias a este precio m¨ªnimo, los japoneses aumentaron sus ventas en Europa en un 120% en el pasado a?o.
Seg¨²n los datos proporcionados por los querellantes, la demanda de v¨ªdeos crece regularmente, pero los europeos han disminuido sus ventas en un 50% ante la imposibilidad de competir con los japoneses.
Grundig y Philips, que fabrican conjuntamente el v¨ªdeo 2000 (¨²nico producto europeo en este campo), afirman que si la competencia desleal de Jap¨®n persiste se ver¨¢n obligados a suprimir 10.000 puestos de trabajo, lo que acarrear¨ªa la p¨¦rdida de otros 10.000 puestos de trabajo indirectos. Para evitarlo, afirman, est¨¢n dispuestos a realizar nuevas inversiones, pero todos sus proyectos ser¨¢n in¨²tiles si Jap¨®n sigue hundiendo los mercados con v¨ªdeos a bajo precio.
Las presiones sobre los Gobiernos europeos de las firmas fabricantes de v¨ªdeos, que no dudan en amenazar con despidos masivos de trabajadores, colocan a los distintos Gabinetes ante la disyuntiva de adoptar medidas proteccionistas de dif¨ªcil justificaci¨®n internacional o asistir impotentes al desmoronamiento de uno de los ¨²ltimos puntales de la independencia tecnol¨®gica europea.
Paralelamente al proceso antidumping iniciado por Grundig y Philips, la Comunidad Econ¨®mica Europea decidi¨® someter al GATT (Acuerdo General para Tarifas Aduaneras y Comercio) el problema de acceso al mercado japon¨¦s.
Los mosqueteros de Mitterrand
Poitiers corre el riesgo de convertirse en el ¨²ltimo basti¨®n de la grandeur francesa, y as¨ª, el Gobierno Mitterrand ha confiado a la reducida plantilla de aduaneros de esta hist¨®rica y peque?a ciudad la alta misi¨®n de impedir la invasi¨®n japonesa y salvar la industria nacional del v¨ªdeo.
La suerte del gigante Thomson Brant, orgullo de la tecnolog¨ªa francesa en el campo de la electr¨®nica depende de Poitiers. Los tribunales antimonopol¨ªsticos de Alemania Occidental, m¨¢s rigurosos que las autoridades francesa en la observaci¨®n de los acuerdos internacionales de libre comercio han echado por tierra la pretendida huida hacia adelante de Thomson-Brant y han impedido la adquisici¨®n del 75,5% del capital de Grundig por la citada firma.
Francia pensaba que esta adquisici¨®n de Grundig por Thomson-Brant desembocar¨ªa en una colaboraci¨®n t¨¦cnica que permitiera concertar los medios europeos para alcanzar la pr¨®xima generaci¨®n de v¨ªdeos y hacer frente a la competencia japonesa. Grundig es la primera empresa alemana del sector, y los franceses ten¨ªan desde hace tiempo compromisos con otras empresas de aquel pa¨ªs, como Nordmende, Saba, Dual y Videocolor.
La frustrada operaci¨®n de Thomson-Brant con Grundig habr¨ªa consolidado un consorcio de fabricaci¨®n que facturar¨ªa cerca de 450 millones de pesetas anuales y se colocar¨ªa inmediatamente detr¨¢s del grupo Philips, con una cota nada desde?able del mercado europeo de electr¨®nica de gran p¨²blico (radio, televisi¨®n, v¨ªdeo). Ambas firmas, si los tribunales alemanes hubieran autorizado la operaci¨®n, habr¨ªan conservado su identidad, sus marcas, redes comerciales y productos. De esta forma, Grundig continuar¨ªa vendiendo sus v¨ªdeos V-2000, y Thomson-Brant, los VHS del japon¨¦s Japan Victor Cy (JVC).
La idea final de esta uni¨®n era, sin embargo, pasar muy r¨¢pidamente -en un per¨ªodo de un a?o- a la fabricaci¨®n conjunta de v¨ªdeos de la segunda generaci¨®n.
En definitiva, se trataba de adelantarse a los fabricantes japoneses, que cuentan con una enorme producci¨®n almacenada de v¨ªdeos de primera generaci¨®n y no consideran todav¨ªa conveniente susti tuir estos productos por los de segunda generaci¨®n, y tratar de recuperar con ello cotas de mercado europeo perdidas en los ¨²ltimos a?os.
El vecino americano
Las posturas estrictamente nacionales en el seno de la Comunidad Econ¨®mica Europea, donde en buena medida cada d¨ªa son mayores los pronunciamientos de proteccionismo individual, explican la debilidad de Europa, como conjunto, para hacer frente a Jap¨®n.
La reciente sentencia en Estados Unidos contra las pr¨¢cticas monopol¨ªsticas de la ATT, primera firma mundial de telecomunicaciones, y el posterior acuerdo -anunciado p¨²blicamente la primera semana de enero- entre la citada compa?¨ªa y la holandesa Philips para su actuaci¨®n internacional conjunta -hay un inmenso mercado en perspectiva, que surge de la combinaci¨®n de telecomunicaciones e industria de consumo (videotexto, teletexto, entre otros productos)- acrecientan a¨²n m¨¢s la guerra comercial mencionada.
Philips y Thomson-Brant pelean entre s¨ª por encabezar la opci¨®n europea del v¨ªdeo que pueda hacer frente a los japoneses, y este acuerdo entre holandeses y norteamericanos o la fracasada operaci¨®n Grundig son s¨®lo unos cap¨ªtulos m¨¢s de esta querella interna entre los cada d¨ªa menos grandes fabricantes europeos.
Los industriales de la RFA recuerdan que el presidente de Grundig, Max Grundig, de 74 a?os, propuso en Bruselas una soluci¨®n europea para la electr¨®nica. Max Grundig propugna un acuerdo entre los principales fabricantes europeos encaminado a la creaci¨®n de un verdadero c¨¢rtel que deber¨ªa ser admitido por la CEE.
La lucha por la hegemon¨ªa entre Philips y Thomson responde a los deseos de capitanear la opci¨®n europea frente a Jap¨®n, y en el peor de los casos, convertirse en el interlocutor v¨¢lido de los japoneses en unas posibles negociaciones sobre el mercado europeo de la electr¨®nica de consumo.
En el marco de esta pugna Philips-Thomson, Espa?a interesa a ambas multinacionales no s¨®lo por las dimensiones y perspectivas de su actual mercado interno, sino tambi¨¦n por el posible papel de caballo de Troya que podr¨ªa desempe?ar nuestro pa¨ªs de cara a la introducci¨®n de los productos japoneses en el mercado de la Comunidad Econ¨®mica Europea, dada nuestra condici¨®n de pa¨ªs candidato a la integraci¨®n en el Mercado Com¨²n.
En Espa?a, donde todav¨ªa no se fabrican v¨ªdeos, Philips -a trav¨¦s de sus empresas L¨¢mparas Z y Miniwat- controla directamente el 25% de nuestro mercado de televisores en color, con una plantilla conjunta de unos 1.700 trabajadores, e indirectamente, a trav¨¦s de Telefunken, un 8%. Ambas firmas europeas -Philips, con el 44%, y Thomson-Brant, con el 18%- copan el 62% del mercado espa?ol. Los japoneses, a trav¨¦s de Aznarez Industrial Navarra (Sanyo), dominan otro 10%, con unos 730 trabajadores. Dos empresas nacionales, Elbe (300 trabajadores) y CECSA (670), controlan conjuntamente otro 15% del mercado.
La fabricaci¨®n de televisores en color es el paso previo a la producci¨®n de v¨ªdeos. Las pugnas europeas sobre estos productos ponen en peligro, en Espa?a, cerca de 12.000 puestos de trabajo, y pueden privarnos de cara al futuro de una tecnolog¨ªa que se considera b¨¢sica. Dada la estructura de capital de las f¨¢bricas instaladas en Espa?a, dependientes en su mayor¨ªa de socios extranjeros, la situaci¨®n es a¨²n m¨¢s delicada, ya que los grandes, a la hora de reducir plantillas o cerrar factor¨ªas, optar¨¢n por terceros pa¨ªses,
El 'caballo de Troya'
Espa?a, aunque ha asistido los ¨²ltimos a?os como convidada de piedra a la guerra del v¨ªdeo y ha perdido mucho tiempo, todav¨ªa puede desempe?ar un papel importante. Y las nuevas autoridades socialistas, al menos verbalmente, son conscientes de esta situaci¨®n.
Para los japoneses, que antes o despu¨¦s van a tener que autolimitarse en sus exportaciones a la CEE, Espa?a puede ser un excelente caballo de Troya para introducir sus productos, instalando aqu¨ª f¨¢bricas o participando en las ya existentes a cambio de cesi¨®n de tecnolog¨ªa en el Mercado Com¨²n. En este sentido se est¨¢n moviendo ya algunos fabricantes espa?oles, como es el caso de CECSA, que tratan de propiciar una alianza de los industriales nacionales para negociar unidos acuerdos de producci¨®n de v¨ªdeos con tecnolog¨ªa japonesa. "El Gobierno deb¨ªa propiciar beneficios a firmas japonesas, del tipo a los realizados con Ford y General Motors, para su instalaci¨®n en Espa?a. Una parte de la producci¨®n deber¨ªa ir al mercado interior, y otra parte, a la exportaci¨®n", seg¨²n fuentes del sector.
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