La contrataci¨®n temporal en la construcci¨®n
UCD, apoy¨¢ndose en cierta definici¨®n del Estatuto de los Trabajadores, introdujo los contratos de duraci¨®n determinada a partir de tres meses. Acogi¨¦ndose a estos contratos, la patronal obten¨ªa una bonificaci¨®n del 50% de los costes de la Seguridad Social. Se introduc¨ªa as¨ª en la legislaci¨®n una reivindicaci¨®n de la patronal del sector, aumentando el deterioro del mercado de trabajo y dejando en la m¨¢s absoluta indefensi¨®n al trabajador contratado.Estas medidas fueron denunciadas continuamente por la Federaci¨®n de Industria de la Construcci¨®n de Comisiones Obreras, realizando incluso llamamientos a la movilizaci¨®n y recogida de firmas, etc¨¦tera. Pero hoy, lejos de cuestionarse tales medidas, se han afincado, tanto con la pr¨®rroga del decreto 29 de diciembre de 1982 como por las declaraciones en la reciente conferencia de prensa del presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez.
?Es que no somos sensibles con las necesidades de las empresas constructoras? ?Es que desconocemos sus dificultades, la situaci¨®n de tremenda competitividad en el mercado? ?Es que estamos anclados en viejas f¨®rmulas y con determinadas ortodoxias frenamos en realidad cierto fomento del empleo?
Nada de eso; queremos desenmascarar conceptos que se est¨¢n consolidando y que a fuerza de repetirlos pueden llegar a aparecer como ciertos e incuestionables.
Los contratos de duraci¨®n determinada o por meses, como los denominamos los trabajadores, no han supuesto creaci¨®n de empleo, si en diciembre de 1978 exist¨ªan 264.000 parados y en febrero de 1982 el paro asciende a 432.071. Si el sector ocupa el 9% de la poblaci¨®n laboral -el paro es del 20% del total nacional y el 33% del sector-, si no ha servido para crear empleo, ?qu¨¦ ha significado este tipo de contrataci¨®n?
Falta de control
Ha significado un espaldarazo a la subcontrataci¨®n, prestamistas y pistoleros (como se denomina en nuestro ramo). Falsos aut¨®nomos que, lejos de trabajar por cuenta propia, se ven obligados a tener el carn¨¦ que muchas veces se lo facilitan este tipo de empresas.
CC OO, durante m¨¢s de dos a?os, ha venido denunciando este hecho, sin que hasta ahora, salvo en Catalu?a, donde existe una comisi¨®n prevista en el convenio para seguir y denunciar el fraude, se haya podido avanzar en el control de esta nueva modalidad de contrataci¨®n que se extiende en el sector. Este hecho aislado puede verse frenado de no darle una salida a nivel estatal donde se delimite cu¨¢l es el papel del aut¨®nomo y se establezca un control a trav¨¦s de los sindicatos-Administraci¨®n.
Asimismo, una reconversi¨®n del trabajo fijo en trabajo precario:
Dragados. En el a?o 1977 hab¨ªa una plantilla de 27.729; en el a?o 1980 la plantilla era de- 16.585 trabajadores.
Agrom¨¢n. En el a?o 1977 hab¨ªa una plantilla de 12.677; en el a?o 1980 la plantilla era de 9.000 trabajadores.
Obrascon. En el a?o 1977 hab¨ªa una plantilla de 4.699; en el a?o 1980 la plantilla era de 1.800 trabajadores.
Estos ejemplos, junto con los datos globales que tenemos de las grandes empresas, nos dan una reducci¨®n del 50% de los trabajadores fijos.
Es una herramienta que el empresario utiliza no s¨®lo para reducir costes, sino para reforzar su autoridad empresarial. El trabajador, con estos contratos, est¨¢ m¨¢s preocupado con la renovaci¨®n de los mismos que con la exigencia de sus derechos elementales.
En cuanto al empeoramiento de las condiciones de trabajo, ?qu¨¦ ha pasado con la aplicaci¨®n de los rendimientos medios pactados en convenio, que fue una reivindicaci¨®n de la patronal b¨¢sica durante a?os y ahora obliga a realizar destajos abusivos?
Se ha destruido la profesionalidad, instaur¨¢ndose m¨²ltiples especialidades, avanzando cada vez m¨¢s a la desaparici¨®n del profesional de oficio. La presencia del pinche (o aprendiz) es cada d¨ªa menor; en la mayor¨ªa de las zonas del pa¨ªs ha desaparecido el ayudante de oficio. Cada vez es menor, la categor¨ªa de oficial de segunda, implant¨¢ndose as¨ª cuadrillas de destajistas para la obra vista, yeseros, etc¨¦tera, sin que los sindicatos hayamos participado en su estudio y, reglamentariamente, dej¨¢ndose a la pura din¨¢mica de un mercado an¨¢rquico como es el de la construcci¨®n.
Mayor riesgo de accidentes
Los accidentes producidos hasta ahora daban una previsi¨®n de uno mortal por 1.000 viviendas terminadas, con lo que, teniendo en cuenta que el n¨²mero de viviendas terminadas en 1978 fue de 26.000 y las finalizadas en lo que va de a?o es s¨®lo de 15.000, media mensual. Existiendo este descenso, ?c¨®mo se explica que en el a?o 1982 hayan existido 232 accidentes mortales y 2.235 graves?
La incapacidad y la inseguridad que se le produce al trabajador, m¨¢s pendiente de obtener otro contrato que de su propia seguridad, hacen, sin duda, aumentar el riesgo.
Adem¨¢s se ha perdido el 4,5% de indemnizaci¨®n por la finalizaci¨®n de contrato. Existen ya casos donde no se pagan los beneficios; al no llevar seis meses trabajando, no se tiene, licencia por matrimonio, etc¨¦tera, incluso se condiciona el derecho constitucional de huelga, pues durante la misma el trabajador, al estar en situaci¨®n de alta especial, puede encontrarse, a la finalizaci¨®n del contrato, con no tener cotizados los 181 d¨ªas para poder acogerse al seguro de desempleo.
Paro galopante
En la Ordenanza Laboral de 1970 se regula y asienta el contrato de fijo de obra, contrato que ya era eventual, pues su duraci¨®n estaba condicionada a la duraci¨®n del trabajo.
Asimismo se reconoce expl¨ªcitamente la posibilidad de un contrato eventual menor de quince d¨ªas, caso de las t¨ªpicas chapuzas. Si durante largos a?os se ha venido funcionando as¨ª y no ha habido modificaciones significativas en la estructura de la actividad ni hay per¨ªodos punta de producci¨®n, ect¨¦tera, ?qu¨¦ objeto tiene, si no es el ya apuntado, el fijar los meses en el contrato?
Atendiendo a la problem¨¢tica existente, al paro galopante y a la necesidad de reactivaci¨®n, recordamos e insistimos en la oferta que hicimos al se?or Almunia de estudiar conjuntamente sindicatos, patronal y Administraci¨®n una salida real al tipo de contrataci¨®n para sincronizar oferta y demanda de trabajo y superar definitivamente la situaci¨®n de discriminaci¨®n e indefensi¨®n de los trabajadores eventuales de nuestro sector, situaci¨®n contra la que ya se est¨¢n realizando movilizaciones importantes como las del Sector 3 de Getafe y las llevadas, a cabo en las empresas constructoras de las centrales nucleares de Trillo y Valdecaballeros, y a las que no vamos a renunciar de no atender el Gobierno nuestras reivindicaciones.
Otro de los temas que afectan al sector es el descenso del volumen de obra edificada y al alto coste de financiaci¨®n de la misma.
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