Abuso period¨ªstico

Quiero felicitarle por su editorial de hoy (7 de marzo de 1983) sobre la operaci¨®n policial montada en el barrio del Pilar. Tiene indudable m¨¦rito el seguramente complicado proceso mental que lleva a su editorialista a concluir que detr¨¢s de la aparente b¨²squeda de un secuestrado y sus captores lo que hay es s¨®lo, lisa y llanamente, represi¨®n.Y lo mejor es que ustedes ponen de relieve, una vez m¨¢s, su rigor, su elevaci¨®n de miras y, ante todo, su pureza. Por desgracia, es terriblemente dificil de digerir para los que somos simples y limitados e intentamos ver y juzgar de la gente y de los hechos el balance, el rigor y la inflexibilidad de los puros como ustedes. O quiz¨¢ sea mejor decir que ser¨ªa dif¨ªcil si no supi¨¦ramos que su pureza se sustenta en el hecho de que ni tienen necesidad ni la sienten de realizar, de construir, que la proyectan a todo menos al ¨¢mbito y ejercicio de su profesi¨®n.

Algo tiene de degradaci¨®n la soc¨ªedad. que estamos construyendo cuando no experiementa ninguna convulsi¨®n por un editorial como el suyo, publicado en un peri¨®dico como el suyo, o por una informaci¨®n como la de otro que llama asesino a alguien y dice que debe demostrar que no lo es, en lugar de sentirse obligado a probar exhaustivamente su afirmaci¨®n, o la de aquel otro que atribuye al jefe del Estado aventuras de tapadillo y recomienda al presidente del Gobierno que siga el ejemplo.

Y todo ello, en la mayor impunidad, sin que ninguna ley proteja satisfactoriamente a las v¨ªctimas de quienes utilizan la columna de un peri¨®dico como arma con la que fustigan, vapulean y hieren a diestra y siniestra y que con la simple posesi¨®n de un carn¨¦ se consideran investidos de toga de juez y tocados de mitra papal que les permiten juzgar y condenar inexorablemente y hablar ex c¨¢tedra.

Espero que, al menos, no se sientan orgullosos de su periodismo. En mi opini¨®n, es una basura, un abuso y una flagrante injusticia. Claro que mi opini¨®n es muy poco autorizada: no soy periodista.