El programa espacial europeo, entre la competencia y la colaboraci¨®n con Estados Unido
El lanzamiento, el pr¨®ximo 3 de junio, de un nuevo cohete lanzador europeo Ariane y la puesta en ¨®rbita durante nueve d¨ªas, en oto?o de este a?o, del laboratorio espacial europeo a bordo del transbordador norteamericano Columbia marcar¨¢n la mayor¨ªa de edad del programa espacial europeo. Un programa que, seg¨²n afirma Ulrich Huth, alto ejecutivo de la Agencia Espacial Europea (ESA), a pesar de las dificultades encontradas, "ya no se puede parar".Los once pa¨ªses que forman la Agencia Espacial Europea (ESA), entre ellos Espa?a, y los propios t¨¦cnicos y trabajadores de la agencia, est¨¢n pendientes del lanzamiento del cohete Ariane, cuyo fracaso en el ¨²ltimo intento ha hecho pasar tiempos dif¨ªciles a la aventura espacial europea. "Sin embargo, y aunque reconocemos que el pr¨®ximo lanzamiento es importante, hay que decir que la mayor¨ªa de las empresas que ten¨ªan opciones contratadas con el Ariane han seguido manteniendo esas opciones, por lo que no puede decirse que las dificultades y retrasos sufridas por el Ariane hayan supuesto una cat¨¢strofe para el programa espacial europeo", indica Ulrich Huth, ejecutivo de la oficina de Sistemas de Transporte Espacial de ESA, que estuvo recientemente en Madrid. Entre estas opciones est¨¢ un sat¨¦lite ¨¢rabe de comunicaciones, otro para Australia y otro m¨¢s para Indonesia, adem¨¢s de un nuevo Intelsat. El Ariane se estrell¨® junto a los dos sat¨¦lites que transportaba para su puesta en ¨®rbita a los pocos segundos de haber iniciado el despegue desde la base de Kourou en la Guayana francesa en septiembre de 1982.
Alternativa comercial
Tanto el programa del Ariane -que se presenta como una alternativa comercial frente a los lanzadores norteamericanos e incluso frente al transbordador espacial norteamericano- como el vuelo del Spacelab han sufrido diversos retrasos, pero ESA est¨¢ en general contenta del desarrollo de su programa espacial.ESA tiene otras actividades, como el programa cient¨ªfico, que comprende la construcci¨®n, puesta en ¨®rbita y explotaci¨®n de sat¨¦lites para astronom¨ªa, f¨ªsica solar y exploraci¨®n del espacio lejano. En 1985 tiene previsto lanzar un ingenio, el Giotto, para encontrarse con el cometa Halley. Tiene tambi¨¦n un programa de aplicaciones, que comprende sat¨¦lites de telecomunicaci¨®n, meteorol¨®gicos, y, de estudio de los recursos naturales.
Sin embargo, el aspecto comercial de todos los programas que tiene en marcha ESA constituye un factor fundamental, y en buena medida es la raz¨®n de la propia existencia de la agencia, se?alan los propios dirigentes de ESA.
A primera vista parece complicada la estructura de una agencia internacional que desarrolla productos que luego pasan a manos privadas. "Parece complicado", se?ala Ulrich Huth, "pero no lo es tanto, y adem¨¢s no sucede solamente en el campo espacial. Nuestra misi¨®n es el desarrollo de t¨¦cnicas, de veh¨ªculos, de programas, para lo que contamos con la aportaci¨®n, variable, de los pa¨ªses miembros de ESA, pero nuestro objetivo es que todo eso pase a ser explotado comercialmente. Ariane, por ejemplo, es un proyecto que, terminada su fase experimental, pasar¨¢ a manos de una corporaci¨®n internacional, Arianespace, formada por las principales empresas de aerona¨²tica y electr¨®nica europeas, que lo explotar¨¢n para la puesta en ¨®rbita de sat¨¦lites".
La puesta en ¨®rbita de sat¨¦lites, especialmente de telecomunicaci¨®n, se ve como uno de los mayores mercados del futuro pr¨®ximo, lo que explica el inter¨¦s comercial del tema. Pero ESA se ha planteado en los ¨²ltimos me ses la elaboraci¨®n de una pol¨ªtica a largo plazo, con el fin de preparar a la industria europea para las estaciones espaciales.
En un futuro m¨¢s cercano, se ha aprobado el dise?o y construcci¨®n de una plataforma recuperable -para ser lanzada en 1987-, que ha recibido el nombre de Eureca, que permitir¨¢ mantener experimentos cient¨ªficos en ¨®rbita, en condiciones de microgravedad, durante varios meses, y luego recuperarlos para su estudio en la tierra.
Pero no todo es id¨ªlico en la colaboraci¨®n espacial europea. Algunos pa¨ªses, especialmente la Republica Federal de Alemania y Francia intentan mantener sus propios programas, sobre todo los de sat¨¦lites comerciales de comunicaciones para retransmisi¨®n de programas de televisi¨®n, lo que ha provocado grandes fricciones entre los pa¨ªses miembros. Sin embargo, Francia intenta mantener su hegemon¨ªa en el programa Ariane, que ha financiado en un 60%.
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