La vida de Alcira, marcada por la riada de octubre
La vida de los alcire?os sigue marcada por la riada del 20 de octubre. Aunque remontaron la desgracia y levantaron de nuevo la infraestructura de la ciudad para hacer frente a la realidad de cada d¨ªa, el siniestro permanece en su memoria como referencia necesaria cuando se les pregunta sobre su situaci¨®n y se intenta medir el pulso de la capital de la comarca de la ribera alta. Quitaron el barro, reabrieron industrias y comercios, se preocuparon incluso de potenciar m¨¢s las ofertas de ocio, pero los efectos del Devastador -significado etimol¨®gico del r¨ªo J¨²car- determinan todav¨ªa, seis meses despu¨¦s del siniestro, los afanes de Alcira.
La primera impresi¨®n que produce Alcira al visitante es su imagen de ciudad en obras. Obras en el acceso por carretera, para levantar de nuevo un muro de tierra que defienda la ciudad de las avenidas del r¨ªo y acondicionar de nuevo en esta antesala urbana la vegetaci¨®n y jardiner¨ªa que las aguas destrozaron. Obras junto a sus viejas murallas, por donde transcurr¨ªa un brazo muerto del r¨ªo que convert¨ªa la ciudad en isla tiempo atr¨¢s, para poner a punto el sistema de alcantarillado aquejado de irregularidades en numerosos tramos. Carteles de Se vende situados en caserones de la villa, el centro hist¨®rico, inservibles por la riada. 500 antiguas casas de este barrio esperan a compradores alentados por la pretensi¨®n municipal de rehabilitar el centro hist¨®rico.Buena parte de los alcire?os vive hoy pendiente de las ayudas econ¨®micas que el Gobierno regul¨® para recuperar sus viviendas y poner a punto comercios y peque?as industrias. Desde el 13 de abril se est¨¢n entregando 50.000 pesetas a cada familia damnificada, que ya recibi¨® anteriormente 150.000 pesetas. Luego, probablemente durante la campa?a electoral, llegar¨¢n las ayudas a fondo perdido a comercios y peque?a y mediana industria en cantidad no superior a 250.000 pesetas, seg¨²n evaluaci¨®n de da?os. Salta a la vista, con todo, que los alcire?os no han esperado estas ayudas para devolver a su ciudad la actividad econ¨®mica y el brillo social que siempre la caracteriz¨®, agotando sus ahorros y empe?¨¢ndose hasta las cejas si era necesario.Los damnificados en situaci¨®n m¨¢s precaria ocupan 38 albergues en terrenos comprados por el Ayuntamiento en una zona alta junto a la Muntanyeta. Estas familias han estrenado vivienda equipada con todo lo necesario y contemplan desde su nuevo bar rio de emergencia los altos edificios de la ciudad moderna. Tambi¨¦n incurrieron en la presunci¨®n de esperar que en Alcira cayera el primer premio del sorteo de Navidad, por la creencia popular de que la suerte es m¨¢s generosa con los que padecen una desgracia colectiva. La rueda de la fortuna no les favoreci¨®. En realidad, lo ¨²nico que ha ca¨ªdo sobre Alcira ha sido el diluvio universal de octubre y toda el agua del pantano de Tous.
Renacer desde el agua al cuello
"Sin ser fatalistas, hay que considerar que la historia nos avala", dice Francisco Blasco, alcalde de la ciudad. "Si, en el siglo XV, en dos ocasiones fuimos barridos por el Devastador y en 1864 quedamos en ruinas por la famosa nada de San Carlos, ahora hemos superado todas las anteriores cotas de desgracias. Ante estos tropiezos siempre hemos renacido".
Alcira, depende de unos recursos compartidos entre el campo y la industria. A diferencia de otras ciudades valencianas que dependen de una eclosi¨®n industrial, como es el caso del crecimiento de Sagunto a partir de la siderurgia de Altos Hornos del Mediterr¨¢neo, o del monocultivo del naranjo, como en Gand¨ªa, la capital de la ribera alta se abri¨® a la industrializaci¨®n sin abandonar su riqueza agr¨ªcola de productos alternativos. El particular perfil del desarrollo alcire?o hace compatibles el imperio de productos alimenticios y cartonajes de Luis Su?er con la proliferaci¨®n de industrias medias y de agricultores atados a una tierra f¨¦rtil.
La poblaci¨®n de Alcira vive hoy un poco menos acosada que otro ciudadanos por los impuestos Despu¨¦s de octubre dejaron de recaudarse los ingresos ordinarios municipales por plusval¨ªas, licencias de obras, apartura de establecimiento, circulaci¨®n de veh¨ªculos y escombros, a fin de facilitar las tareas de reconstrucci¨®n, aunque, seg¨²n fuentes de la Corporaci¨®n, "despu¨¦s de las elecciones vamos a cobrar impuestos normalmente". Sectores de afectados reunidos en torno a las siglas de AFIVA opinan que, "ciertamente, Hacienda dej¨® de cobrar la licencia fiscal, pero el Estado se ha hecho rico cobrando el impuesto de lujo de infinidad de coches inservibles"-
Las oportunidades de trabajo se mantienen en el nivel registrado el pasado a?o. El paro agr¨ªcola, seg¨²n el Ayuntamiento, que reparte el fondo de empleo comunitario, ha ascendido de 200 a 400 jornaleros. Esta oscilaci¨®n no se considera especialmente significativa, frente al nuevo dato de la plena ocupaci¨®n en profesiones y especialidades imprescindibles para reconstruir la vida ciudadana. "En Alcira no se encuentra libre un pintor, un electricista o un fontanero", se?ala Joan Blasco, ATS. El aumento incluso de la demanda de electrodom¨¦sticos y mobiliario de vivienda ha convertido los comercios de estos g¨¦neros en visita obfigada de numerosos alcire?os que se acogen a precios de oferta. Hay quien piensa, sin embargo, que la vida se ha encarecido en Alcira, y los p¨ªcaros se est¨¢n favoreciendo de la desgracia colectiva.
Aument¨® el censo municipal
Como la sorpresa producida en los art¨ªfices del censo, que han constatado su incremento en 2.000 y 3.000 vecinos tras las riadas, que sit¨²a a Alcira por encima de los 40.000 habitantes. La picaresca habr¨ªa llevado a estos nuevos vecinos a registrarse en el censo para acogerse a las ayudas.
La peque?a y mediana industria damnificada, que se agrupa en la asociaci¨®n Apemeda, se?ala, por su lado, otros datos menos optimistas sobre la reconstrucci¨®n. Seg¨²n un muestreo efectuado entre sus asociados, el 11% de las empresas no han reiniciado la actividad, y la mitad de ellas nunca volver¨¢n a abrir sus puertas. M¨¢s de una tercera parte de los encuestados trabaja por debajo del 50% de su capacidad, y s¨®lo un 30% admite trabajar al 100%, sobre todo en reparaciones de da?os.
"?Qu¨¦ fue de las ayudas y de los apoyos de la Administraci¨®n?", dice Apemeda. "En aquellos tristes d¨ªas cayeron por aqu¨ª pol¨ªticos del Gobierno de entonces y de la oposici¨®n. Est¨¢bamos en campa?a electoral, claro. Nos hicieron so?ar con el cuerno de la abundancia derramando man¨¢ sobre nosotros. Pronto pudimos comprobar que el ¨²nico cuerno era de vaca..., y escu¨¢lida".
En el terreno del ocio y expansi¨®n l¨²dica, los cines han vuelto a pasar pel¨ªculas -no ha sucedido as¨ª en el vecino Carcagente- y se acelera la ejecuci¨®n de otros dos polideportivos complementarios al que ya existe. El Gran Teatro municipal, despu¨¦s de su esperada apertura antes de octubre, ha tenido que remozarse de nuevo para emprender una programaci¨®n de teatro p¨²blico comarcal. Tambi¨¦n los profesionales de la Prensa han cobrado un nuevo empuje despu¨¦s de las incansables jornadas de octubre, y desde marzo editan un semanario para toda la comarca, Ecos de la Ribera, sin precedentes en la zona.
En definitiva, Alcira ha resurgido, s¨®lo que en la actualidad vive m¨¢s precavida. No hay alcire?o que no tome buena nota de lo acontecido. Dice Francisco Blasco: "De repetirse la riada, las p¨®lizas y el consorcio de seguros se dejar¨ªan en nuestra ciudad u?as y dientes".
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