'El Coyote' cabalga de nuevo en una reedici¨®n de las novelas de Mallorqu¨ª
Anteanoche, en Madrid, resucit¨® El Coyote. El personaje que cabalg¨® hacia la aventura llevando a su grupa a miles de lectores, el legendario justiciero que endulz¨® nuestra posguerra, se materializ¨® en la sala Pach¨¢ con motivo de la reedici¨®n de las novelas que le tuvieron como protagonista, por iniciativa de Ediciones Forum.
Las luces del local ca¨ªan perpendicularmente alumbrando pelambreras profusas y maquillajes de ¨²ltima moda: muy poco que ver con el mundo en que naci¨® El Coyote, en 1944. Sin embargo, si te fijabas un poco, encontrabas a los compa?eros generacionales del h¨¦roe californiano, hombres y mujeres que acud¨ªan sonrientes al reencuentro acompa?ados, en la mayor¨ªa de los casos, por sus hijos crecidos.Sonaban mariachis y rancheras y, en un ¨¢ngulo de la pista, en un quiosco, se pod¨ªa tirar al blanco o, m¨¢s exactamente, a la oreja del enemigo de turno; y tambien te pod¨ªas hacer una foto de Coyote, asomando la cabeza bajo el sobrero mejicano de cart¨®n.
Jos¨¦ Luis Coll hizo la presentaci¨®n, y Juan Carlos y C¨¦sar, hijos de Jos¨¦ Mallorqu¨ª -su otro' hermano, Eduardo, no hab¨ªa podido asistir a la fiesta- contemplaron satisfechos c¨®mo un caballo blanco irrump¨ªa en la pista, y su jinete, vestido de negro, con antifaz en el rostro, le hac¨ªa caracolear mientras lanzaba disparos de flagueo. El caballo se asust¨®, patin¨® como una corista inexperta y cay¨® al suelo, arrastrando al Coyote en quien todos dese¨¢bamos creer: y el h¨¦roe se puso r¨¢pidamente en pie, arrancando una ovaci¨®n que iba directamente al coraz¨®n de lo que no se muere.
No estaba muerto Coyote, ni lo est¨¢ Mallorqu¨ª, aunque en el 72 se pegara un tiro, incapaz de superar la muerte de su mujer. ?l tambi¨¦n galopaba, clavando las espuelas en el caballo blanco.
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