Francia afronta un sombr¨ªo panorama de crisis pol¨ªtica e intranquilidad social

La decepci¨®n del electorado de izquierda, el descontento persistente de la derecha y la desconfianza general, un mes despu¨¦s de la remodelaci¨®n del Gobierno socialista en Francia y de la formulaci¨®n de una nueva pol¨ªtica de austeridad, colocan al presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Mitterrand, ante un panorama de crisis pol¨ªtica, econ¨®mica y social inquietante, que puede desembocar en una situaci¨®n grave para el pa¨ªs.

El Congreso suspendi¨® ayer durante diez minutos su sesi¨®n plenaria en protesta por la carga de la polic¨ªa contra los estudiantes de Derecho que se manifestaron ayer en Par¨ªs. Desde el pasado d¨ªa 16 de febrero, los estudiantes de Medicina est¨¢n en huelga contra un examen de selecci¨®n que se les impone al final de su carrera. Desde hace mes y medio, cerca de 10.000 m¨¦dicos han abandonado su puesto de trabajo en los hospitales universitarios para reclamar un estatuto que garantice su futuro. Desde hace menos de una semana, diecisiete universidades de todo el pa¨ªs, que pretenden extender el movimiento a todo el mundo de la ense?anza, no asisten a las clases, en se?al de protesta contra la reforma universitaria que prepara el Gobierno.El sector agr¨ªcola (trescientos agricultores y trescientos camiones desfilaron el martes en Par¨ªs, procedentes de Breta?a) vive en efervescencia en espera del resultado de las reuniones de Luxemburgo de los ministros del ramo, que fijar¨¢n los precios agr¨ªcolas para el a?o en curso.

El pa¨ªs vive en estado de huelga, esto es, de un mal humor que unos manifiestan con sus desfiles y los otros soport¨¢ndolos. En la mayor¨ªa gubernamental (socialistas y comunistas), como en la oposici¨®n conservadora liberal se razona de manera distinta, pero a la hora de las conclusiones todos coinciden: la advertencia que significaron los ¨²ltimos comicios municipales para el Gobierno, su remodelaci¨®n, la pol¨ªtica de austeridad econ¨®mica, el llamamiento hist¨®rico de Mitterrand para aunar esfuerzos, no han servido para nada. Lo que quiere decir que la atm¨®sfera se ha envenenado.

Durante los dos ¨²ltimos d¨ªas, Mitterrand ha viajado por el norte de Francia, zona especialmente zurrada por la crisis (carb¨®n, aceros). En un discurso Reg¨® a repetir cuarenta veces la palabra .esfuerzo", y sus dos lemas, cada vez que se dirigi¨® al p¨²blico, fueron: "El Estado soy yo", o "Estoy dispuesto a asumir mis responsabilidades, ocurra lo que ocurra".

Los comunistas, como la fracci¨®n dura del Partido Socialista (PS), contin¨²an desolidariz¨¢ndose de la pol¨ªtica oficial elaborada por el ministro de Econom¨ªa, Jacques Delors.

Para los franceses, ya no son las novatadas de los Gobiernos que se han sucedido desde que los socialistas ganaron la presidencia en 1981, ni el desconcierto o el triunfalismo de algunos dirigentes, ni los tartamudeos a la hora de realizar una pol¨ªtica, los causantes ¨²nicos de este panorama de desconsuelo o de enfado que pudiera desembocar en lo imprevisible. Es el propio presidente Mitterrand quien se perfila como el m¨¢s afectado por una indecisi¨®n aparente que no cuadra con los tiempos de crisis.