El PAR se configura como la tercera fuerza de la regi¨®n
La aplastante victoria socialista que se prev¨¦ en la regi¨®n aragonesa convierte a Santiago Marraco en casi seguro presidente de la futura Diputaci¨®n General. Contando con la posibilidad de obtener casi el triple de diputados que sus m¨¢s directos rivales, la coalici¨®n AP-PDP-UL, el PSOE podr¨¢ gobernar sin excesivos problemas en Zaragoza. La situaci¨®n a nivel municipal resulta igualmente beneficiosa para el PSOE, seg¨²n se desprende a simple vista de los resultados de la encuesta.Los resultados del 8 de mayo en la regi¨®n pueden consagrar el nacimiento como fuerza importante de un grupo nacionalista escasamente considerado hasta ahora: el conservador Partido Aragon¨¦s Regionalista (PAR), dirigido por el diputado Hip¨®lito G¨®mez de las Roces. El PAR se configura como la tercera fuerza pol¨ªtica aragonesa, a no excesiva distancia de la coalici¨®n encabezada por Manuel Fraga, y se convierte as¨ª en un interlocutor inevitable para la oposici¨®n derechista.
Si el PAR y Alianza Popular no lograron llegar a un acuerdo para estas elecciones del 8 de mayo -debido, b¨¢sicamente, a las fuertes exigencias regionalistas planteadas por G¨®mez de las Roces-, tendr¨¢n, no obstante, que hacerlo forzosamente a partir de las elecciones, tanto para obtener algunas alcald¨ªas como para poder ejercer como oposici¨®n m¨ªnimamente operativa en las instituciones auton¨®micas.
Sorpresa en Huesca
Todo hace pensar que en Arag¨®n la quiebra de UCD, que anteriormente ostentaba la presidencia de la Diputaci¨®n General, ha favorecido en mayor medida al partido nacionalista que a las formaciones acogidas a la coalici¨®n fraguista. El pacto entre G¨®mez de las Roces y el presidente regional de AP, Rafael Zapatero, parece inevitable, aunque a¨²n parezca pronto para conocer qui¨¦n se erigir¨¢ en jefe de la oposici¨®n en el Parlamento auton¨®mico de la regi¨®n aragonesa.
Especialmente sorprendentes parecen los resultados socialistas previstos en Huesca, donde los datos procedentes de las elecciones de 1979 hac¨ªan prever un mayor peso conservador. En la ciudad de Zaragoza, el PSOE parece destinado a experimentar una considerable subida municipal, lo que puede considerarse un refrendo de la actuaci¨®n de su alcalde, Ram¨®n Sainz de Varanda, quien, adem¨¢s, fue anfitri¨®n de una cumbre de alcaldes socialistas, con presencia de Felipe Gonz¨¢lez, a comienzos de la campa?a.
Retroceso del voto comunista en Zaragoza
Los datos suministrados por la encuesta sobre la victoria socialista hacen impensable un pacto poselectoral entre el PSOE y el PCE a nivel regional, y tampoco parece f¨¢cil que llegue a darse a niveles m¨¢s locales. En Zaragoza, los comunistas experimentan un sensible retroceso respecto a 1979. Tampoco parece probable que mantengan los cuatro esca?os que hoy tienen en la asamblea provisional.
Por su parte, el Centro Democr¨¢tico y Social, de Adolfo Su¨¢rez, que contar¨¢ con un solo diputado en el Parlamento auton¨®mico, tendr¨¢ un papel m¨¢s escaso a¨²n a desempe?ar. La tasa de abstenci¨®n parece situarse en niveles m¨¢s bajos que en otras regiones espa?olas.
La c¨®moda victoria socialista permitir¨¢ al partido en el poder llevar a la realidad algunos de los puntos propugnados durante la campa?a. Los grandes temas se centran en tomo al planeamiento e infraestructura, desarrollo regional (que evite la desproporci¨®n actual entre Zaragoza, por un lado, y Huesca y Teruel, por otro), comunicaciones, energ¨ªa y agricultura (los regad¨ªos, que nunca llegaron a la regi¨®n, pese a las ya tradicionales promesas), el Ebro y su contaminaci¨®n... Sin embargo, existen dos puntos concretos en el horizonte inmediato que deber¨¢n ser abordados por el Gobierno regional socialista: el primero de ellos es la presencia de bases militares y campos de tiro, contra los que se ha venido manifestando una constante oposici¨®n entre los aragoneses. El segundo es el hoy paralizado plan de cooperaci¨®n entre las comunidades de la Rioja, Navarra y Arag¨®n.
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