General Motors no ha cambiado Figueruelas
Hoy, con los coches de la General Motors zaragozana circulando desde hace meses por las carreteras espa?olas, Figueruelas sigue siendo un pueblo peque?o, poco agraciado y netamente campesino. La verja de la General Motors divide dos mundos. Intramuros, la asepsia funcional, el ¨²ltimo grito de la rob¨®tica, 8.000 puestos de trabajo y todo tipo de servicios. Extramuros, 800 habitantes carentes de escuelas dignas, de m¨¦dico y veterinario propios, con cuatro bares y un pub por toda diversi¨®n, y muchas horas diarias de laboreo en el campo.En menos de dos a?os y medio -las obras se iniciaron en marzo de 1980 y el primer coche sali¨® de las cadenas de producci¨®n en agosto de 1982- General Motors ha construido junto a Figueruelas la factor¨ªa de montaje de autom¨®viles m¨¢s moderna de Europa. Entre cultivos de ma¨ªz, cereales y hortalizas, regadas por acequias legadas por los ¨¢rabes, se ha levantado un complejo industrial futurista, que ha supuesto una inversi¨®n de 180.000 millones de pesetas, de los que unos 173.000 han correspondido a la multinacional, y el resto, a la Administraci¨®n espa?ola. Al autorizarse su instalaci¨®n se habl¨® de 11.000 puestos de trabajo directos y de unos 40.000 indirectos, aunque en la actualidad hay contratados por la General Motors unos 8.500 y nadie sabe evaluar los puestos de trabajo indirectos generados.
En un radio de 20 kil¨®metros alrededor de la factor¨ªa se asientan 35 pueblos, con una poblaci¨®n total de unos 20.000 habitantes. El grueso de los trabajadores de la General Motors, sin embargo, no procede de la zona, que es esencialmente agr¨ªcola, y en buena medida es explicable, dadas las necesidades de cualificaci¨®n que exige una producci¨®n en cadena altamente sofisticada.
La mano izquierda de los directivos de la General Motors, sin embargo, ha propiciado la entrada en plantilla de unos 1.500 trabajadores de los distintos pueblos de la zona, que hacen compatibles sus tareas agr¨ªcolas con labores escasamente cualificadas en la f¨¢brica, como forma de granjearse las buenas relaciones de los distintos alcaldes y contribuir a una menor conflictividad laboral, dada la escasa conciencia reivindicativa de esta mano de obra. A estos trabajadores, sus compa?eros de la General Motors los llaman los verdes.
La mayor parte de los trabajadores de la General Motors, que proceden de otras empresas del sector automovil¨ªstico o metal¨²rgico, viv¨ªan ya en Zaragoza capital o se han instalado en dicha ciudad. La factor¨ªa est¨¢ a tan s¨®lo 28 kil¨®metros de Zaragoza.
El amigo americano
Pese a que alguna revista de circulaci¨®n nacional no se resisti¨®, hace dos a?os, a contar una historia sobre Figueruelas con ribetes de la legendaria conquista del Oeste (violaciones a las mozas locales, negros ex¨®ticos en un mundo de palurdos, coches lujosos y kilom¨¦tricos aparcados junto a modestos tractores y antros por doquier), la realidad ha sido mucho m¨¢s vulgar y menos literaria.Antes de la instalaci¨®n de la General Motors en Figueruelas, un pueblo ni pobre ni rico, hab¨ªa en la localidad cuatro o cinco parados. Nunca hubo una emigraci¨®n importante y el censo de la localidad se ha incrementado, al calor de la General Motors, de 740 habitantes a 800. No ha habido pues ning¨²n boom inmigratorio y en ning¨²n momento este pueblo ha sido una ciudad sin ley. Y en cuanto a los antros, no existen ni han existido nunca. La cosa del ocio se ha plasmado en la apertura de dos bares de pueblo m¨¢s -ahora hay cuatro- y de un inocente pub.
?En qu¨¦ ha cambiado Figueruelas con la instalaci¨®n de la General Motors? A fuer de ser sincero, y desde una ¨®ptica urbana, hasta el presente, en muy poco. Han instalado tel¨¦fono autom¨¢tico, aunque resulte vergonzoso el decirlo, porque este pueblo -a menos de 30 kil¨®metros de Zaragoza y sin barreras orogr¨¢ficas apreciables- careci¨® de este servicio hasta finales de 1981. Han contratado a unas decenas de vecinos recomendados por el alcalde, han asfaltado alguna callejuela y acaban de construir una pomposa casa de la cultura (todav¨ªa no se ha creado comisi¨®n de actividades para la misma). Eso es todo.
El Ayuntamiento, tal vez crey¨¦ndose err¨®neamente amenazado por una expansi¨®n demogr¨¢fica incontrolada, ha revisado normas urbanistas, y ha realizado cambios de uso de suelo para impedir la instalaci¨®n de hipot¨¦ticas colmenas y rascacielos en el municipio.
La agricultura, por otra parte, no ha sufrido, en apariencia. Hay que esperar un ciclo grande de cosechas, seg¨²n un experto, para poder adelantar hip¨®tesis sobre si hay regresi¨®n o no en este sector como consecuencia de la instalaci¨®n de la General Motors en la zona. Tampoco se puede hablar de nuevas industrias auxiliares abiertas en la zona al calor de la gran factor¨ªa automovil¨ªstica.
Navales y 'marcha Figueruelas'
Luis Navales, alcalde desde 1975 en Figueruelas, fue elegido como independiente en las pasadas elecciones municipales. Entonces, en v¨ªsperas de los com¨ªcios, se reunieron los vecinos en asamblea y acordaron -sin contraversia alguna, y al margen de las siglas- que el vecino Novales continuara en su puesto. El d¨ªa oficial de las elecciones, y ante la formalidad de las urnas, ratificaron su decisi¨®n.Cuatro a?os despu¨¦s, General Motors por medio y un Gobierno socialista en Madrid, las cosas han cambiado, al menos formalmente. No es que en Figueruelas se hayan abierto sedes partidarias, que no se han abierto, sino que ha comenzado a llegar una riada de dinero -v¨ªa impuestos- al municipio. El ¨²ltimo presupuesto municipal ordinario de Figueruelas asciende a 10 millones de pesetas, al margen de otro extraordinario para construir la citada casa de la cultura, de 6 millones de pesetas. Frente a estas cifras modestas, seg¨²n el actual alcalde, la General Motors les ha entregado ahora, por la licencia fiscal del ¨²ltimo semestre de 1982, 35 millones de pesetas. Y este a?o, entre licencia fiscal, contribuci¨®n urbana y matriculaci¨®n de veh¨ªculos, pueden ingresarles de 40 a 50 millones de pesetas.
De ah¨ª que el actual alcalde, y candidato a perpetuarse en el cargo por el partido de Fraga, est¨¦ pensando ya no s¨®lo en construir unas escuelas decentes y dispensarios asistenciales, sino en crear un ambicioso complejo polideportivo, con piscinas y pistas de tenis.
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