No a los refugios at¨®micos
?Maldita sea! No lo aguanto m¨¢s. Nos quieren enlatar en refugios at¨®micos (EL PA?S, 16 de abril de 1983, p¨¢gina 31) que no sirven para nada y cuestan dinero, a base d¨¦ hacer verdaderas apolog¨ªas de terrorismo planetario. Por si fuera poco, estos apologistas critican la laxitud del Gobierno espa?ol y alaban a suizos y americanos porque ya pueden enlatar a gran parte de sus poblaciones -ni?os y perros incluidos- en caso de guerra nuclear. ?Habr¨¢se visto cosa m¨¢s irracional? Pero, bueno, ?es que no hay nadie que se levante para reivindicar el derecho a no tener refugios antiat¨®micos? Yo quiero vivir tranquilo al sol, ?se enteran?, y no asustado en un bid¨®n bajo tierra. Yo exijo, por encima de fronteras, Gobiernos, ideolog¨ªas, credos y razas, que se destruyan todas las armas at¨®micas como ¨²nica alternativa. Apelo a los negociadores de Ginebra (y a los que no est¨¢n all¨ª, pero debieran) para que se dejen de martingalas y destruyan de una vez por todas sus arsenales y paralicen totalmente la producci¨®n de bombas at¨®micas, aunque sea unilateralmente. Yo quiero y voy a vivir sobre la tierra y me niego a vivir como una rata. Llamo, en fin, a cient¨ªficos, obreros, militares y dem¨¢s gentes de todo el mundo a que se nieguen a producir o manipular estos diab¨®licos ingenios, serena, .pero firmemente. Porque creo que se puede -yo puedo asumir la posibilidad de la propia muerte y hasta la de nuestros hijos, pero no creo que se deba aceptar la posibilidad de la destrucci¨®n de la especie humana y transmitir ese horror por v¨ªa gen¨¦tica hasta 1.000 generaciones venideras. Puede ser que siempre haya habido asesinos del presente, pero es la primera (y ¨²ltima) vez que podemos convertirnos en genocidas del futuro.Por ¨²ltimo, y como quiz¨¢ est¨¦ pidiendo una utop¨ªa, exijo cuando menos de mi Gobierno que se gaste el dinero de todos en construir las escuelas que faltan, y no en refugios at¨®micos para las pocas que hay. Porque m¨¢s vale -?triste sino!- que mis hijos mueran a la primera de cambio, que no que vivan un mes, o hasta un a?o m¨¢s, enlatados como sardinas, para terminar deambulando sobre las ruinas radiactivas- como aut¨®matas, mientras la carne se les cae a cachos. Si los suizos no saben qu¨¦ hacer con el dinero que les sobra, yo no tengo la culpa.
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