El Real Madrid perdi¨® justamente ante el Aberdeen, su und¨¦cima final europea
El Real Madrid perdi¨® justamente su und¨¦cima final europea. La Recopa seguir¨¢ sin estar en sus vitrinas por sus propias carencias. El Aberdeen, sin ser tan fiero como lo pintaban, tuvo m¨¢s. fuerza f¨ªsica y capacidad ofensiva, y aunque marc¨® al principio y al final, con 105 minutos de diferencia, mereci¨® ganar ya antes de la pr¨®rroga. Al equipo de Di St¨¦fano, pese a jugar con tres delanteros, le volvi¨® a faltar profundidad y apenas tir¨® a puerta, ni siquiera a ra¨ªz de empatar, de penalti, cuando control¨® perfectamente el juego desde el medio del campo. Sus florituras durante toda la primera parte, a pesar del dif¨ªcil estado del terreno, no sirvieron para nada. El cuadro madridista, que deber¨¢ dedicarse ahora a no perder opciones menores como la Copa del Rey o la Copa de la Liga, continua siendo el Poulidor del f¨²tbol.El comienzo no pudo ser peor para el Madrid. Tras un primer disparo fuera de Simpson, a los tres minutos, Black, medio despu¨¦s, empalm¨® un centro de Strachan al largero. Fue el aviso del merecido gol. La duda, o la realidad, del fuera de juego fue lo de menos. El saque de c¨®rner previo fue un modelo, con la subida desde atr¨¢s del central para cabecear al borde del ¨¢rea. La sensaci¨®n de impotencia madridista en esos momentos fue tremenda. No exist¨ªa centro de campo y los escoceses se plantaban con tres pases en los dominios de Agust¨ªn. Menos mal que Camacho, el ¨²nico adaptado perfectamente al dificil terreno desde el principio, sec¨® a Mc Ghee, el delantero m¨¢s peligroso del Aberdeen.
Al Madrid, de entrada, le perjudic¨® claramente el agua que cay¨® implacablemente antes y durante el partido. Sin embargo, el f¨²tbol siempre ser¨¢ una caja de sorpresas y despu¨¦s de un cabezazo fuera de Weir, vino la jugada clave con el fallo de Mc Leish. El central, coautor del gol de su equipo, regal¨® el empate. Santillana est¨¢ en magn¨ªfica forma para no aprovechar fallos as¨ª. Juanito, muy bien, pese a la responsabilidad, marc¨® como mandan los c¨¢nones, tras enga?ar a Leighton, que hab¨ªa hecho un penalti de libro, bien visto por el ¨¢rbitro, pese a que dirigi¨® demasiado de lejos.
El partido, a partir de entonces, cambi¨® completamente. El Aberdeen pr¨¢cticamente no pas¨® ya de medio campo y la pena, una vez m¨¢s para el Madrid, fue que no concret¨® su superioridad t¨¦cnica y su magn¨ªfico control, pese al dif¨ªcil terreno, en goles.
Y lo que se tem¨ªa, la reacci¨®n escocesa en el cada vez m¨¢s pesado terreno, se produjo en la segunda parte. La fuerza del Aberdeen se hizo notar y las florituras t¨¦cnicas anteriores madridistas, s¨®lo fuegos de artificio, fueron ya in¨²tiles. El Madrid no pudo sacudirse el pressing escoc¨¦s en el medio campo y los peligros continuaron. Isidro incluso pareci¨® congelar tras una entrada de Rougvie y fue incomprensible que Di St¨¦fano no le sustituyera antes. El panorama madridista, con la pr¨®rroga encima, pareci¨® a¨²n m¨¢s desolador. La ¨²nica compensaci¨®n fue que el Aberdeen tampoco marc¨®.
En los ¨²ltimos minutos, gracias a Gallego sobre todo, que fue el m¨¢s entonado siempre, el Madrid nivel¨®, al menos el juego. S¨®lo un fallo de Agust¨ªn al despejar de pu?os, enmendado despu¨¦s, fue el mayor susto, aunque Strachan ya hizo diabluras, por ejemplo. En la pr¨®rroga, aunque fall¨® Isidro una ocasi¨®n nada m¨¢s empezar, el Aberdeen pudo adelantarse si el ¨¢rbitro hubiera se?alado el penalti del propio Isidro a Cooper o si Agust¨ªn no hubiera vuelto a mostrarse muy acertado despu¨¦s.
Santillana, tras un rebote, y en un empalme magn¨ªfico poco despu¨¦s, tuvo la mejor ocasi¨®n del partido, pero la Recopa parec¨ªa. tener que decidirse en el cara o cruz de los penaltis.
Sin embargo en la segunda parte de la pr¨®rroga el Aberdeen, con justicia, pues arriesg¨® m¨¢s y se mostr¨® superior f¨ªsicamente, sentenci¨® la nueva derrota del Madrid en una ocasi¨®n decisiva. Incluso Agust¨ªn salv¨® poco despu¨¦s lo que hubiera significado el 3-1 y, Mc Ghee perdi¨® dos ocasiones. m¨¢s a continuaci¨®n. En el ¨²ltimo segundo ni siquiera Salguero acert¨® en una falta, como el d¨ªa del Inter. Pero aquello eran cuartos de final. El Madrid lo que pierde son las finales.
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