Un ex nazi que ejerc¨ªa de ciudadano ovetense
Hasta que el 22 de febrero de este a?o fuera detenido por la polic¨ªa en Oviedo y puesto a disposici¨®n de la Direcci¨®n General de Seguridad, Hauke Pattist ejerc¨ªa de ciudadano ovetense, aunque no pod¨ªa evitar en el acento su origen. Era muy conocido en determinados c¨ªrculos de la capital asturiana. Metido en los ambientes period¨ªsticos, Hauke no dud¨® el pasado mes de junio en colaborar con un diario asturiano durante el Mundial-82 y traducir varias de sus p¨¢ginas al alem¨¢n, con el fin de hacer llegar la informaci¨®n a los turistas de su pa¨ªs que se hab¨ªan trasladado a Gij¨®n para seguir a la selecci¨®n alemana de f¨²tbol.Tampoco tuvo inconveniente en hacer declaraciones a un periodista, que seg¨²n Hauke Pattist pretend¨ªa recoger unos datos para escribir un libro. Lo cierto es que aquella historia sali¨® publicada en la revista Intervi¨², y desde ah¨ª se le complic¨® a¨²n m¨¢s la existencia a este ciudadano de nacionalidad espa?ola, reclamado por la justicia holandesa. Hasta entonces, sus ratos libres los consum¨ªa en escribir sus memorias, qui¨¦n sabe si para lanzar un best-seller. Hasta entonces, y desde hac¨ªa 25 a?os, el nazi alem¨¢n dirig¨ªa en Oviedo una escuela de idiomas llamada IFA. Desde hac¨ªa siete a?os era traductor jurado del Ministerio de Asuntos Exteriores para Asturias, puesto que obtuvo tras superar las pruebas exigidas y, jurar el cargo en el Gobierno Civil. Le fueron bien las cosas en esta ciudad, hasta el punto de que incluso en el a?o 1979 pens¨® montar un camping en una playa cercana a Ribadesella. Los problemas oficiales y los numerosos tr¨¢mites para gestionar esta instalaci¨®n le hicieron desistir.
Hauke Pattist vino a Espa?a en 1951. Un a?o m¨¢s tarde, las autoridades espa?olas tuvieron conocimiento de su presencia y lo trasladaron a Bilbao, a la espera de su repatriaci¨®n. M¨¢s tarde fue llevado a Nanclares de Oca. Desde 1956 permanece en Oviedo. Est¨¢ casado con una espa?ola, Mercedes Josefa Cruz S¨¢nchez Bravo, con la que tuvo cinco hijos, todos ellos espa?oles. Mercedes Josefa no quiso ayer hacer declaraciones a este corresponsal acerca de la decisi¨®n de la Audiencia Nacional de conceder la extradici¨®n a su esposo. "No me molesten. No tengo tiempo para hacer declaraciones", se?al¨®.
En noviembre de 1978, como el mismo Hauke contaba, "fui descubierto por un alem¨¢n que se enter¨® que viv¨ªa en Oviedo. Era un caza-nazis para el que yo, al parecer, era una pieza codiciada. Llev¨® mis datos al jefe de la operaci¨®n, Simon Wiesental, y se comprob¨® que no estaba en la lista negra de la Rep¨²blica Federal de Alemania. Despu¨¦s se investig¨® en B¨¦lgica y Holanda. Y fue en este ¨²ltimo pa¨ªs donde salt¨® la noticia sensacionalista de que en Espa?a hab¨ªa sido descubierto el terror de Drente. Yo, la verdad que me sorprend¨ª".
Hauke Pattist tambi¨¦n contaba a sus amigos de Oviedo c¨®mo se instal¨® en Espa?a y c¨®mo decidi¨® quedarse en la regi¨®n asturiana. "Estuve prisionero en un campo de concentraci¨®n despu¨¦s de la guerra. Pretend¨ª cortar las alambradas para salir, pero me descubrieron y me condenaron a pasar nueve meses bajo tierra, a tres o cuatro grados bajo cero, comiendo pan duro y patatas. Entonces pesaba 65 kilos y con este castigo perd¨ª alrededor de 20. Posteriormente me trasladaron a otro campo de concentraci¨®n y tuve la suerte de que un m¨¦dico holand¨¦s me encontr¨® una ¨²lcera de est¨®mago, anemia y otras enfermedades infecciosas, pudiendo liberarme del cautiverio. De Holanda pas¨¦ a Alemania y tuve, que huir de los rusos y de los yanquis, refugi¨¢ndome en Par¨ªs. Vine a Espa?a en 1951."
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