La lava del Etna se aproxima a dos pueblecitos
El Etna sigue veng¨¢ndose de la agresi¨®n de la ciencia contra su pagana divinidad. Tras haber impedido al equipo de t¨¦cnicos, durante la larga noche del viernes, llevar a cabo completamente la operaci¨®n de desviar violentamente su lava a trav¨¦s de potentes explosiones de nitroglicerina, ayer ha vuelto a amenazar con una nueva brecha abierta en sus fauces.
Para colmo de desgracias, el canal artificial por el que la lava hab¨ªa empezado a correr milagrosamente la madrugada del s¨¢bado, tras la explosi¨®n de dinamita, se ha parado a seiscientos metros de camino y no tiene ya fuerzas para continuar. Mientras tanto la lava sigue su marcha por su cauce natural dirigi¨¦ndose ahora hacia zonas peligrosas y acerc¨¢ndose a dos pueblecitos.?Qu¨¦ hacer?. En las ¨²ltimas horas, vulcan¨®logos, cient¨ªficos y hombres pol¨ªticos, capitaneados por el activo ministro socialista Loris Fortuna, que quiere vencer la batalla con el Etna hasta en la ¨²ltima trinchera, est¨¢n reunidos ininterumpidamente para estudiar qu¨¦ decisi¨®n tomar. Una de las hip¨®tesis es echar otra vez mano de los explosivos para hacer saltar la parte de pared de roca que se ha quedado en pie tras haber sido imposible, porque lo imped¨ªa la continua subida de la lava, hacer explotar los cincuenta tubos de dinamita preparados. Ya que, como resulta oficialmente conocido, al final los t¨¦cnicos tuvieron que con tentarse con s¨®lo veintiocho explosiones con un total de s¨®lo la mitad del explosivo preparado.
Otros, al rev¨¦s, piensan que otra operaci¨®n como la primera ser¨ªa demasiado arriesgada y dificil. De hecho, hoy mismo, el ministro Fortuna confiesa que la fat¨ªdica y eterna noche del viernes pasado estuvo a punto de parar toda la operaci¨®n, porque el volc¨¢n era amenazador y el riesgo hab¨ªa aumentado enormemente su temperatura. Por eso, sin esperar m¨¢s, se decidieron al final a poner fuego a la mecha a¨²n conscientes de que la operaci¨®n no iba a dar los resultados deseados y previstos.
Por eso otra de las soluciones que ayer se proyectaban es la de seguir abriendo la brecha artificial con maquinarias capaces de ir royendo poco a poco el trozo de roca que queda por echar abajo, para que la lava acabe dirigi¨¦ndose por los cauces preparados por la mano del hombre y que la conducir¨ªa hacia un lugar del monte inofensivo para acabar en la olla de una de las bocas apagadas del Etna.
Mientras tanto, en Catania y en toda la Sicilia, los hinchas de la operaci¨®n Loris Fortuna han brindado con champa?a lo que ellos llaman el triunfo de las ciencias contra el dios volc¨¢n. Dicen que el prestigio que esta operaci¨®n ha dado a Italia y a Sicilia es mayor a¨²n que el del triunfo de los mundiales. Y que es la demostraci¨®n de que el italiano, cuando lo empuja una voluntad pol¨ªtica segura, acaba triunfando sobre los mayores obst¨¢culos.
La verdad es que la operaci¨®n de desivar por primera vez en la historia el curso de un volc¨¢n a trav¨¦s de explosiones de dinamita mientras la lava sigue activa no era tarea f¨¢cil. Al rev¨¦s, como ha declarado ayer uno de los mayores autores de la operaci¨®n, el catedr¨¢tico de Vulcanolog¨ªa, Amedeo Sbacchi, los problemas han sido "infinitos". Es imposible, dijo, enumerarlos todos, porque se ha tratado de problemas de t¨¦cnica, de terreno, de materiales usados, de imprevistos, de organizaci¨®n. Y ya se habla de abrir en Catania un curso de doctorado de ingenier¨ªa vulcanol¨®gica.
Los que hasta el ¨²ltimo momento, por motivos diversos, han estado al rev¨¦s, en contra de la experiencia de bombardear el Etna, hoy sonr¨ªen bajo sus bigotes, como dice aqu¨ª un adagio popular. Y afirman con un cierto orgullo que la naturaleza se venga cada vez que se violenta. Y a prop¨®sito de bigotes aquella noche de espera del gran zambobazo en los bares de Catania, donde no se durmi¨®, la gente hizo apuestas a favor y en contra del Etna. Los mayores hinchas del dios volc¨¢n fueron los viejos que lo llaman la pipa del abuelo. Con este volc¨¢n, dec¨ªan, estamos ya acostumbrados a vivir y a defendernos de sus enfados. Pero ?qui¨¦n sabe lo que har¨¢ cuando explote la dinamita en su vientre? Uno de estos viejos sicialianos hab¨ªa apostado cortarse medio bigote si venc¨ªa su volc¨¢n. Un gran sacrificio porque aquellos bigotes no se los hab¨ªa cortado nunca en su vida.
Ahora que la operaci¨®n contra la lava ha sido un ¨¦xito s¨®lo a mitad, la pol¨¦mica arrecia. Para ¨¦l ha gando el dios de fuego que sigue veng¨¢ndose de los vulcan¨®logos a los que ya se les llama los cirujanos del Etna. Y ha pedido al barbero que le corte la mitad de su bigote, ya que ¨¦l no ten¨ªa coraje para hacerlo con sus tijeras. A quien le dice que el desviar la lava puede servir para evitar en el futuro nuevas calamidades, el anciano siciliano recuerda que el volc¨¢n ha hecho, es verdad, muchos caprichos en el pasado cada vez que se le hinchaban sus narices, pero que no siempre su furia fue negativa. Una vez, ha recordado, su lava impidi¨® la invasi¨®n de Sicilia por parte de los cartagineses a quienes les cort¨® el paso con su fuego. A los dioses, dice, es mejor dejarlos en paz.
Claro que quienes tienen tierras o casas o vi?as amenazadas por el r¨ªo de fuego de la lava roja aplauden a los vulcan¨®logos que est¨¢n luchando d¨ªa y noche para domar esa furia de la naturaleza que como ellos mismos dicen, a pesar de llevar decenas de a?os estudi¨¢ndola en todos los volcanes del mundo, sigue siendo siempre misteriosa e imprevisible, porque, afirman, es "algo muy vivo y por ahora a¨²n incontrolable".
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