La deuda exterior espa?ola
En las p¨¢ginas que habitualmente dedica a los temas econ¨®micos un matutino y conservador diario madrile?o se ha publicado recientemente un art¨ªculo sin firma que, con la pretensi¨®n de informar sobre el estado de nuestra deuda exterior y de la negociaci¨®n por el Gobierno de un supuesto cr¨¦dito, constituye una sarta de desprop¨®sitos.El art¨ªculo gira en torno a cuatro afirmaciones:
1. Por el volumen de deuda exterior (cercano a los 30.000 millones de d¨®lares) ya contraida y por las perspectivas que ofrece, la econom¨ªa espa?ola tiene "pr¨¢cticamente agotada su capacidad de endeudamiento exterior".
2. La situaci¨®n es tan grave que el "Gobierno ha encargado a la Banca Rockefeller la gesti¨®n internacional de un cr¨¦dito de 2.000 millones de d¨®lares".
3. "De realizarse este cr¨¦dito, el Gobierno dispondr¨ªa de la posibilidad de evitar que se llegue a la cr¨ªtica situaci¨®n de una renegociaci¨®n de nuestra deuda exterior, a la que ya se ha visto abocada Portugal".
4. Como contrapartida por la concesi¨®n de ese cr¨¦dito, "habr¨ªa de rectificarse m¨¢s severamente la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola (...) para merecer la confianza de aquellos a quienes se recurre".
Si, seg¨²n N¨¦stor Roqueplan, la mala fe es el alma de la discusi¨®n, no cabe duda de que nos encontramos ante un gran polemista, siempre en el benevolente supuesto de que no haya sido la ignorancia la inspiradora de este c¨²mulo de disparates. Intentaremos en este nuevo art¨ªculo darles respuesta con una dosis menor de una y otra.
La deuda exterior de Espa?a se situaba a finales de 1982 en 28.772 millones de d¨®lares, de los cuales eran deuda p¨²blica y privada el 45% y el 55%, respectivamente. La deuda p¨²blica incluye la deuda directa del Estado, que ascend¨ªa en esa fecha a 2.963 millones, siendo el resto, hasta 12.841 millones, la deuda correspondiente a distintas entidades: Renfe, ICO, INI, corporaciones locales y otros organismos p¨²blicos. La deuda de las empresas privadas, por su parte, incluye 1.895 millones de deuda avalada por el Estado.
Este endeudamiento, siendo como es bastante elevado, no es, ni mucho menos, alarmante, no s¨®lo porque en t¨¦rminos absolutos nos coloca por debajo de ocho pa¨ªses, tres de ellos industrializados, en la clasificaci¨®n mundial de pa¨ªses seg¨²n el volumen de su deuda externa (ver cuadro 1), sino porque representa respecto a nuestro PIB una proporci¨®n considerablemente m¨¢s baja que la de otros pa¨ªses europeos considerados solventes en los mercados financieros internacionales.
Un porcentaje muy favorable
En efecto, seg¨²n puede apreciarse en el cuadro n¨²mero 2, el porcentaje de nuestra deuda externa respecto al PIB puede compararse muy favorablemente con el de los cuatro primeros pa¨ªses, e incluso con el de Suecia, ya que en la obtenci¨®n del dato correspondiente a este pa¨ªs no se ha tenido en cuenta la deuda de las empresas estatales ni la de las corporaciones locales (con lo que la deuda se elevar¨ªa al 22% del PNB). La deuda de estos pa¨ªses, seg¨²n puede apreciarse en el cuadro 2, est¨¢ calificada, salvo en los casos de Dinamarca e Irlanda, como triple A, que es la calificaci¨®n que las agencias norteamericanas especializadas en evaluar el riesgo de que una deuda sea amortizada sin problemas asignan a los prestatarios con m¨¢xima solvencia, o, cit¨¢ndolas textualmente, a aquellos "cuya capacidad de pago de los intereses y de amortizaci¨®n del principal es extremadamente fuerte".
Junto a la deuda exterior de una econom¨ªa en t¨¦rminos absolutos y a la proporci¨®n que representa respecto al PIB, hay otras caracter¨ªsticas que permiten calibrar la capacidad del pa¨ªs endeudado para hacer frente a sus obligaciones financieras: la estructura de vencimientos de la deuda, la proporci¨®n que el servicio anual de la deuda representa respecto a las exportaciones de bienes y servicios, etc¨¦tera.
En el caso de la deuda exterior de Espa?a, el calendario de pagos por amortizaciones est¨¢ construido de forma que entre 1983 y 1989 se ir¨¢ amortizando la deuda contratada hasta el momento seg¨²n un promedio anual del 12,53%, correspondiendo el m¨¢ximo a 1987, con un 15,1%, y el m¨ªnimo a 1988, con un 8,5%, y quedando pendiente de amortizaci¨®n para despu¨¦s de 1989 el 12,3% restante. En consecuencia, la pr¨¢cticamente inexistente deuda a corto plazo y una distribuci¨®n bastante uniforme de los pagos durante los pr¨®ximos a?os conjuran con creces el peligro de un posible colapso provocado por el excesivo volumen de amortiza ciones en un a?o determinado que coincidiera con una coyuntura desfavorable (tal ha sido el caso reciente de Venezuela, con un exceso de deuda a corto plazo cuyo vencimiento ha coincidido con el descenso en los precios del petr¨®leo).
Por lo que se refiere a la relaci¨®n entre el servicio de la deuda exterior y los ingresos por exportaciones de bienes y servicios, el cuadro 3 nos muestra c¨®mo la situaci¨®n de Espa?a, sin ser excelente, tampoco es de las peores entre los pa¨ªses europeos.
A la vista de estos datos y del nivel de reservas a finales de 1982, 11.530 millones de d¨®lares, puede afirmarse que la situaci¨®n de la deuda exterior espa?ola no es por ahora preocupante, y que s¨®lo en una coyuntura econ¨®mica excepcionalmente desfavorable, como podr¨ªa ser que el precio del barril de petr¨®leo se colocara por encima de los 40 d¨®lares, al tiempo que los tipos de inter¨¦s de la divisa norteamericana alcanzaran de nuevo el 20%-22%, podr¨ªa empezar, a plantear dificultades la gesti¨®n de la misma.
La Banca Rockefeller no existe
Particularmente llamativa resulta en el art¨ªculo que comentamos la informaci¨®n de que el Gobiemo est¨¢ negociando un cr¨¦dito de 2.000 millones de d¨®lares con la Banca Rockefeller. Adem¨¢s de que, y seg¨²n puntualizaba otro diario madrile?o el pasado 27 de abril, no existe un organismo financiero de tal nombre, es dif¨ªcil encajar que el Gobierno est¨¦ negociando un cr¨¦dito por esta cantidad cuando, de acuerdo con las declaraciones del ministro de Econom¨ªa y Hacienda, el programa de endeudamiento del Tesoro en el exterior ser¨¢, para 1983, de 1.100 millones de d¨®lares, de los que habr¨ªa que deducir los 200 millones de la emisi¨®n de bonos a tipo de inter¨¦s flotante (floating rates notes) que el Reino de Espa?a realiz¨® en el mes de febrero. Si adem¨¢s se tiene en cuenta que, seg¨²n las revistas internacionales especializadas, el Reino acudir¨¢ al mercado de bonos en marcos, est¨¢ negociando dos cr¨¦ditos en yens y probablemente decida realizar una emisi¨®n de bonos en el mercado interior brit¨¢nico (como lo demuestra la presencia en nuestro pa¨ªs, a mediados de abril, de un grupo de representantes de los inversores institucionales brit¨¢nicos, a invitaci¨®n de nuestras autoridades econ¨®micas), no quedar¨ªan m¨¢s que unos 500 o 600 millones de d¨®lares de los 1.100 presupuestados, y ¨¦sa es precisamente la cifra que viene manej¨¢ndose en la Prensa ¨²ltimamente como la correspondiente al cr¨¦dito jumbo que el Estado espa?ol realizar¨¢ pr¨®ximamente en el euromercado. Precisamente la negociaci¨®n de este eurocr¨¦dito demuestra la falsedad de afirmar que la econom¨ªa espa?ola tiene "pr¨¢cticamente agotada su capacidad de endeudamiento". Seg¨²n la revista financiera internacional Agefi, se est¨¢ negociando sobre la base de unos m¨¢rgenes sobre el libor de 1/2-5/8%, y sobre el prime norteamericano de 0,20-0,25%, es decir, m¨¢s caros que los obtenidos en el jumbo de 1982. Esto se explica por un endeudamiento general de las condiciones de cr¨¦dito (Suecia y Dinamarca, entre otros, han pagado tambi¨¦n este a?o margenes superiores a los del ¨²ltimo a?o), producto, a su vez, de la crisis de pagos por la que han pasado en los ¨²ltimos nueve meses numerosos pa¨ªses subdesarrollados. Para mayor abundancia, la sindicaci¨®n de un cr¨¦dito de 200 millones para el INI en los meses de febrero y marzo constituy¨® un verdadero, ¨¦xito.
As¨ª las cosas, nuestro inefable doctor e ignorado articulista nos coloca ante la dif¨ªcil situaci¨®n de un cambio de pol¨ªtica econ¨®mica que, al dictado de la Banca Rockefeller, nos evite el bochornoso espect¨¢culo, ya protagonizado recientemente por Portugal, de tener que renegociar nuestra deuda.
Pues bien, contra mentira, informaci¨®n:
1. Portugal no ha renegociado recientemente su deuda exterior y s¨ª est¨¢ en estos momentos captando 300 millones de d¨®lares a trav¨¦s de un sindicato bancario. ?nicamente se ha comentado en el primer trimestre de este a?o que el Banco de Portugal estaba pasando por una falta de liquidez, debida, no a la escasez de reservas, cifradas en 10.900 millones de d¨®lares, sino a que mantiene una elevada proporci¨®n de las mismas en oro.
2. La supuesta Banca Rockefeller no es probable que se atreviera a sugerir, y menos de forma tan directa como se plantea en el art¨ªculo, un cambio en las directrices de la pol¨ªtica econ¨®mica del ministro Boyer. ?sa es una tarea normalmente encomendada al Fondo Monetario Internacional (FMI), que recientemente expresaba su opini¨®n favorable a las mismas.
En fin, la intencionalidad con la que se escribi¨® el art¨ªculo que acabamos de comentar nos es desconocida. Sin embargo, es bien cierto el da?o que tal rosario de insensateces podr¨ªa haber infligido al cr¨¦dito del Reino de Espa?a en los mercados exteriores, de no ser porque los bancos que tradicionalmedte mantienen relaciones con el Reino conocen algo mejor cu¨¢l es la situaci¨®n real de su econom¨ªa. Por no hablar del desasosiego que provocan entre sus lectores, s¨®lo comparable al de la reciente publicaci¨®n en sus p¨¢ginas de obscenas canciones, eso s¨ª, puestas en boca ajena.
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