'Soluci¨®n salom¨®nica' del conflicto de 'Stern'
En el conflicto de la revista Stern, provocado por la publicaci¨®n de los diarios falsos de Adolfo Hitler, se ha conseguido una tregua gracias a una soluci¨®n salom¨®nica: la empresa renunci¨® al nombramiento de uno de los dos nuevos directores y se ha creado una nueva c¨²pula directiva que permita mantener la l¨ªnea liberal-progresista de la revista.
Tras d¨ªas de violentas discusiones, asambleas, intercambios de injurias y ocupaci¨®n de la redacci¨®n, cuando ya estaba en peligro la aparici¨®n del pr¨®ximo n¨²mero de la revista, se ha logrado una tregua.Johannes Gross, editor de la revista Capital, de ideas claramente conservadoras, no ocupar¨¢ uno de los puestos de director de Stern. En este punto la redacci¨®n de Stern consigui¨® imponerse. En cambio, el corresponsal de la segunda cadena de televisi¨®n alemana (ZDF) en Par¨ªs, el reportero Peter Schollatour, tambi¨¦n rechazado por la redacci¨®n por sus ideas conservadoras, ser¨¢ uno de los dos directores de Stern.
Nuevo estatuto de redacci¨®n
El segundo director period¨ªstico ser¨¢ Rolf Gillhausen, que fue el ¨²nico de los tres directores que sobrevivi¨® la crisis provocada por la publicaci¨®n de los diarios falsos de Hitler. Estos dos directores, junto con el veterano Henri Nannen, tendr¨¢n tambi¨¦n la categor¨ªa de editores de la revista. Los dos directores ser¨¢n los ¨²nicos responsables de la gesti¨®n period¨ªstica.La redacci¨®n de Stern ha impuesto que se negocie un nuevo estatuto de redacci¨®n y obliga a la empresa a que se respeten las normas del actual, que dice entre otras cosas que "ning¨²n redactor o colaborador de Stern podr¨¢ ser obligado, a hacer, escribir o responsabilizarse de algo que contradiga sus convicciones. De esta negativa no podr¨¢n derivarse desventajas".
Se pide la dimisi¨®n de Nannen
Adem¨¢s se recalca la definici¨®n de Stern como "una publicaci¨®n comprometida e independiente de los partidos, agrupaciones econ¨®micas y grupos de inter¨¦s, que desea informar y divertir a sus lectores". Stern se compromete "en favor del ordenamiento liberal y democr¨¢tico y de los principios liberales o progresistas".La soluci¨®n salom¨®nica es s¨®lo un parche, porque las heridas causadas por la crisis son muy profundas. El editor, Henri Nannen, ha salido malparado, y su figura de padre ed¨ªpico qued¨® casi desmantelada. Nannen se enfrent¨® a la redacci¨®n en varias asambleas con gran violencia y lanz¨® frases como "ya salen las ratas de sus agujeros", y "aqu¨ª gritan los que aprendieron liberalismo con Springer" (editor del amarillista y derechista Bild Zeitung).
La redacci¨®n insiste en pedir la dimisi¨®n de Nannen y del presidente de la empresa, Gerd Schulte-Hillen, por sus responsabilidades en la publicaci¨®n de los diarios de Adolfo Hitler y sus tomas de postura a favor de los dos directores impuestos por la empresa.
A pesar de este conflicto latente, la tregua establecida permitir¨¢ volver al trabajo normal y sacar puntualmente el n¨²mero de la pr¨®xima semana, que corr¨ªa peligro de no aparecer.
En el Stern que sali¨® a la venta ayer se inicia la publicaci¨®n de lo averiguado hasta ahora sobre la compra de los diarios. La revista da detalles de c¨®mo fueron enga?ados por Konrad Kujau, que ayer fue interrogado por primera vez en la c¨¢rcel. Tambi¨¦n se insin¨²a una posible estafa de su ex redactor el sabueso period¨ªstico Gerd Heidemann, cuya domicilio fue ayer objeto de un nuevo registro policial.
Las revelaciones de Stern no a?aden casi nada nuevo a lo que se public¨® d¨ªas pasados sobre estos dos extra?os personajes, Kujau, y Heidemann.
Errores inexplicables
La publicaci¨®n de los detalles hace todav¨ªa m¨¢s incre¨ªble que una revista como Stern, que fletaba un avi¨®n para hacer una entrevista a Felipe Gonz¨¢lez o para mandar unas fotos a tiempo, vend¨ªa casi 1.700.000 ejemplares todas las semanas y estaba considerada la mejor de Europa, haya ca¨ªdo en semejante trampa.En una semana de investigaciones, los redactores de Stern sacaron a relucir que Kujau, era un farsante megal¨®mano. En unas horas un experto grafol¨®gico averigu¨® que los diarios de Hitler eran falsos.
El periodista Heidemann planeaba comprar una lujosa casa por m¨¢s de 70 millones de pesetas y la renovaci¨®n del yate del mariscal Hermann Goering le costaba 800.000 marcos (45 millones de pesetas).
La revista reconoce haber pagado 9.340.000 marcos (518 millones de pesetas) por los diarios, lo que, en su lenguaje caracter¨ªstico, Stern califica de "la m¨¢s cara colecci¨®n de papel viejo de toda la historia".
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