Cort¨¢zar: "S¨®lo la liberaci¨®n de los pueblos conducir¨¢ a la liberaci¨®n de los esp¨ªritus"
Publica en Espa?a, su libro de cuentos 'Deshoras'
El escritor argentino Julio Cort¨¢zar est¨¢ en Madrid, en una visita fugaz, para presentar aqu¨ª su ¨²ltimo libro de relatos, Deshoras, editado por Alfaguara. Cort¨¢zar viene con su humor ir¨®nico, una c¨¢lida cordialidad y la preocupaci¨®n que ocupa actualmente su tiempo: la situaci¨®n centroamericana, el asedio a Nicaragua por parte de los Estados Unidos y su vieja obsesi¨®n literaria: mirar la realidad "desde el otro lado". Desde este lado dice: "S¨®lo la liberaci¨®n de los pueblos conducir¨¢ a la liberaci¨®n de los esp¨ªritus".
En Deshoras se encuentran casi todas las claves del discurso cortazariano: mirar la realidad desde "el otro lado", el box, las experiencias adolescentes en un Buenos Aires visto con melancol¨ªa. "En estos cuentos no est¨¢ muy presente la l¨ªnea experimental. En el libro anterior, Queremos tanto a Glenda, hay un cuento que mucha gente se ha negado a entenderlo y a otros muchos no les ha gustado, el que se llama Anillo de Moebius, que fue muy dif¨ªcil de escribir porque escapaba a toda posibilidad, ya que hab¨ªa que tratar de imaginarse la nada".El autor de Rayuela dice que es inevitable que este libro tenga un fuerte tono melanc¨®lico al evocar Buenos Aires. "Es l¨®gico que sea as¨ª. No he podido volver en nueve a?os, y cada vez que veo fotos o una pel¨ªcula, me doy cuenta que del Buenos Aires que yo conoc¨ª queda poco".
Pero Cort¨¢zar se anima en el curso del di¨¢logo cuando se llega a Nicaragua. Lamenta que en Espa?a no se haya conocido una declaraci¨®n que hace un mes y medio firmaron Heinrich B?ll, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Carlos Fuentes, William Styron y ¨¦l. "Es un texto que redact¨® Fuentes despu¨¦s de visitar Nicaragua y de una larga charla que mantuve con ¨¦l sobre ese pa¨ªs. Cuando se produjo la invasi¨®n de los somocistas, apoyados y preparados por EE UU, con armas de Estados Unidos, Carlos Fuentes lo escribi¨® y se lo envi¨® Tom¨¢s Borge, y ¨¦l me lo mand¨® a m¨ª. El texto est¨¢ muy orientado hacia los ciudadanos norteamericanos, pero es v¨¢lido para todo el mundo. Dice que Estados Unidos est¨¢ llevando una guerra no declarada contra Nicaragua. Esta es una primera cuesti¨®n grave, ya que el pueblo de Estados Unidos puede ver c¨®mo se est¨¢ haciendo algo que no ha decidido. Esta guerra no declarada es calificada luego como inmoral, reaccionaria, imperialista y genocida".
Pide expresamente que transcribamos que "ahora que todas las cartas est¨¢n sobre la mesa, la gente de buena voluntad y decente de Estados Unidos ha publicado art¨ªculos, y se est¨¢ manifestando y condenando la invasi¨®n a Nicaragua. Me parece muy importante que los medios de Prensa que no simpatizan con Nicaragua, como el semanario Newsweek, el New York Times y otros est¨¢n denunciando la invasi¨®n. Quien quiera enterarse de lo que ocurre, tiene ahora una informaci¨®n que no viene s¨®lo de nosotros, de los amigos de Nicaragua, a quienes se nos puede tachar de tendenciosos. Cuando desde la casa del adversario se est¨¢n diciendo estas cosas, la gente decente tiene que darse cuenta que Nicaragua es un peque?o pa¨ªs que est¨¢ luchando por su soberan¨ªa y su libertad".
Deseo de la solidaridad
Cort¨¢zar dedica gran parte de su tiempo a participar en Francia en actos de apoyo a Nicaragua. Considera que pa¨ªses como Francia y Espa?a deber¨ªan prestar solidaridad de tipo pr¨¢ctico al Gobierno de Managua, como ha hecho recientemente Suiza que don¨® tres millones de d¨®lares sin contrapartida.El caso Nicaragua, como antes el de Cuba, ha dividido a la intelectualidad latinoamericana y roto, en cierto modo, la espe ranza de un impulso de artistas y escritores a un cambio radical en Am¨¦rica Latina. De un lado parecen quedar Cort¨¢zar y Garc¨ªa M¨¢rquez; del otro, escritores como Paz y Vargas Llosa. Cort¨¢zar dice que "esta fractura es inevitable porque hay escritores, entre los que se cuentan los m¨¢s grandes, aveces, cuya mental?dad los sit¨²a en una l¨ªnea elitista, aunque no les gustar¨ªa que usara esta palabra, de los que ellos llaman la salvaguardia de los valores supremos, en los que la creaci¨®n est¨¦tica son los elementos m¨¢s marcados. Creemos que esos elementos son fundamentales, pero si no se los vincula con las convulsiones de tipo hist¨¦rico estar¨¢n condenados a desaparecer. S¨®lo con la liberaci¨®n de los pueblos se conseguir¨¢ eso que ellos gustan llamar la liberaci¨®n del esp¨ªritu".
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