Adam Schaff considera que el paro y la tecnolog¨ªa hacen variar el concepto 'trabajo'
El fil¨®sofo cree que Occidente es responsable de la crisis polaca
El profesor Adam Schaff, uno de los grandes especialistas mundiales en estudios sobre las sociedades socialistas, ha permanecido en Barcelona en su calidad de consejero cient¨ªfico del Comit¨¦ Ejecutivo del Consejo Internacional de Ciencias Sociales (CICS), que se reuni¨® la semana pasada en esta ciudad. Adam Schaff, que acaba de retirarse a los 70 a?os de su cargo de profesor de Filosof¨ªa en la universidad de Varsovia, ve los problemas de las sociedades humanas y la crisis por la que atraviesa su pa¨ªs, Polonia, con una mezcla de esperanza y escepticismo siempre subrayados por su perspectiva marxista y sin negar la aportaci¨®n cat¨®lica al problema. Para ¨¦l, el paro y la nueva tecnolog¨ªa obligan a modificar el concepto trabajo.
"Los problemas que hemos discutido en estas jornadas barcelonesas del Consejo Internacional de Ciencias Sociales y en la reuni¨®n tripartita del CICS, la Pontificia Academia de Ciencias y el Club de Roma no son simplemente el embri¨®n de proyectos de investigaci¨®n", dice Adam Schaff, "sino una empresa mucho m¨¢s amplia. El punto crucial de esta empresa consiste en mentalizar a la opini¨®n p¨²blica y a los dirigentes del mundo de los desaf¨ªos que se avecinan".Para Adam Schaff, el mayor de estos posibles desaf¨ªos es "la profunda alteraci¨®n del concepto del trabajo humano que traer¨¢n consigo las nuevas tecnolog¨ªas, especialmente la inform¨¢tica y la microelectr¨®nica. Debo recordar que el ¨²ltimo informe del Club de Roma se centra precisamente en las consecuencias de las nuevas tecnolog¨ªas en el desarrollo mundial, y que las reuniones de esta semana entre el CICS, el Club de Roma y la Pontificia Academia se trata del desaf¨ªo tecnol¨®gico y sus efectos sobre la juventud, que ser¨¢ el estrato social m¨¢s afectado por el paro estructural que padecer¨¢n dentro de unos a?os las sociedades avanzadas
Este "paro estructural" que vaticina Schaff vendr¨¢ dado b¨¢sicamente por la mecanizaci¨®n y la robotizaci¨®n. "Las sociedades humanas tendr¨¢n que cambiar sus estructuras econ¨®micas, o de otra manera ser¨¢ imposible resolver los problemas que se avecinan. En un futuro no muy lejano, habr¨¢ grandes cantidades de personas que no tendr¨¢n trabajo porque el sistema productivo no las necesitar¨¢. Con esto desaparece lo que hasta ahora hab¨ªa sido el aspecto m¨¢s importante de las actividades humanas en el seno de una colectividad. Es un grave problema humano y social, y no desaparecer¨¢ aunque los estados proporcionen todas las soluciones materiales. Es necesario, pues, redefinir el concepto de trabajo y pensar m¨¢s bien en un concepto de ocupaci¨®n humana. En los pa¨ªses industrializados, este problema ya existe hoy, y afecta sobre todo a los j¨®venes, con los agravantes de que estamos en una fase de transici¨®n y de que los problemas materiales elementales distan mucho de estar resueltos".
Polonia y Occidente
Adem¨¢s de sus actividades en las reuniones cient¨ªficas del CICS, el profesor Schaff dedic¨® una de sus jornadas barcelonesas a dictar una conferencia en la Escuela Superior de Administraci¨®n de Empresas (ESADE) acerca de las perspectivas econ¨®micas y sociales en los pa¨ªses de Europa del Este, y de la encrucijada en que se halla el movimiento comunista. El comunismo en la encrucijada es precisamente el t¨ªtulo de uno de los m¨¢s conocidos libros de Adam Schaff (publicado en Espa?a por Grijalbo). Su visi¨®n de los problemas socioecon¨®micos en los pa¨ªses de Europa del Este es extremadamente cautelosa. En primer lugar, aclara que "si bien los pa¨ªses de Europa, Oriental pueden contemplarse desde la perspectiva de que todos tienen un sistema socialista, ¨¦ste es un punto de vista enga?oso, ya que los diferentes pa¨ªses del Este est¨¢n sometidos a variables hist¨®ricas, ling¨¹¨ªsticas y culturales que los convierten en sistemas diferentes. Por ejemplo, la sociedad polaca se caracteriza por el profundo arraigo que las creencias religiosas tienen en la colectividad, y esto es algo que no se da en ning¨²n otro pa¨ªs"."Polonia", admite Adam Schaff, "se encuentra ante una profunda crisis econ¨®mica, pol¨ªtica y social, esto no se puede negar. Sin embargo, en Occidente se ha exagerado y tergiversado el sentido de la crisis polaca. La administraci¨®n norteamericana es especialmente responsable de esta exageraci¨®n, pues sus dirigentes han utilizado a Polonia como excusa para convencer a los gobiernos de Europa Occidental de la justeza de su pol¨ªtica de confrontaci¨®n con la Uni¨®n Sovi¨¦tica".
Lo que se ha dicho y publicado en todos los medios de comunicaci¨®n occidentales acerca de lo ocurrido en Polonia durante los tres ¨²ltimos a?os forma parte, en opini¨®n de Adam Schaff, "de una campa?a de histeria antipolaca y antisocialista que intenta influir en los asuntos internos polacos y s¨®lo puede conducir a acrecentar el clima de guerra fr¨ªa que se est¨¢ apoderando del mundo". La teor¨ªa de Schaff es que la administraci¨®n Reagan "despu¨¦s de intentar activamente el desmontaje del sistema socialista en Polonia, ha tratado de privar al pa¨ªs de sus fuentes de progreso tecnol¨®gico, que se hallan en Occidente. ?ste es el objeto de la pol¨ªtica de sanciones econ¨®micas a los pa¨ªses de Europa Oriental, una pol¨ªtica hip¨®crita, pues el presidente Reagan no vacila en seguir vendiendo trigo a la Uni¨®n Sovi¨¦tica mientras impide a sus aliados que contribuyan a la construcci¨®n del gasoducto transiberiano. Pero quiero creer que
Europa Occidental no caer¨¢ en esta trampa".
La intervenci¨®n militar y la implantaci¨®n de la ley marcial en Polonia, as¨ª como la prohibici¨®n de las actividades del sindicato Solidaridad fueron para Adam Schaff "asuntos internos de Polonia". "Adem¨¢s", dice, "hay que deshacer los equ¨ªvocos que rodean a Solidaridad en Occidente. Solidaridad no era un sindicato, sino un casi-partido pol¨ªtico que adem¨¢s no era, ni mucho menos, homog¨¦neo, sino que estaba compuesto por facciones que iban desde socialistas progresivos hasta la extrema derecha pasando por los cat¨®licos. Solidaridad, o por lo menos su corriente mayoritaria, tuvo una gran posibilidad de institucionalizar las conquistas sociales que hab¨ªa conseguido desde el verano de 1980, pero los agentes provocadores que hab¨ªa entre sus miembros hicieron degenerar el sentido del movimiento e intentaron desmontar el socialismo en Polonia. En este sentido, hay que decir que el ej¨¦rcito polaco salv¨® a Polonia, pues sin su intervenci¨®n hubiese estallado una guerra civil".
Babelia
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