Nubes y claros en Am¨¦rica
LAS NOTICIAS que llegan de Am¨¦rica Central son alarmantes. Se puede no dar excesiva importancia a las declaraciones de un ultra como Goldwater cuando dice que Estados Unidos deber¨ªa invadir Cuba..., pero es mucho m¨¢s preocupante que el general Wallace Nutting, comandante hasta ahora de las fuerzas norteamericanas para Am¨¦rica Central, cuyo Estado Mayor se encuentra en Panam¨¢, se pronuncie por un incremento de los env¨ªos de consejeros y oficiales de Estados Unidos a El Salvador. Es dif¨ªcil suponer que son palabras en el aire y que no reflejan la opini¨®n, al menos, de una buena parte del Pent¨¢gono. El reciente asesinato a sangre fr¨ªa del n¨²mero dos de los consejeros norteamericanos en esta rep¨²blica centroamericana ayudar¨¢ a disipar las dudas de los m¨¢s recalcitrantes.Para apreciar la rapidez con que est¨¢n evolucionando las opiniones oficiales de Washington a este respecto basta recordar que el presidente Reagan, en el discurso solemne que pronunci¨® ante las dos C¨¢maras a principios de mayo, rechaz¨® toda comparaci¨®n con Vietnam diciendo que no ser¨¢ necesario ning¨²n env¨ªo a Am¨¦rica Central de efectivos norteamericanos. Hace unas semanas s¨®lo se hablaba de operaciones encubiertas en relaci¨®n con Nicaragua: Ahora. ya el encubrimiento ha sido dejado de lado, y Reagan en persona, en uno de sus ¨²ltimos discursos, ha confirmado la ayuda norteamericana a los guardias somocistas -a los que ha calificado de "combatientes de la libertad"- que luchan por derribar el Gobierno de Managua, infiltr¨¢ndose principalmente a partir de campamentos instalados en Honduras.
Corresponde a esta misma l¨ªnea de actuaci¨®n el corte radical de las importaciones de az¨²car de Nicaragua a Estados Unidos, con el prop¨®sito declarado de agravar los problemas econ¨®micos del Gobierno sandinista, empeorar las condiciones de vida de los ciudadanos nicarag¨¹enses y fomentar as¨ª, tambi¨¦n desde el ¨¢ngulo econ¨®mico, las amenazas de desestabilizaci¨®n.
Al mismo tiempo, hace falta registrar en los ¨²ltimos tiempos un crecimiento sensible, en el propio Estados Unidos, de la oposici¨®n a la pol¨ªtica oficial con respecto a los conflictos de Am¨¦rica Central. Y no se trata tanto de movilizaciones juveniles -como en el caso de Vietnam- en los campus de las universidades. La oposici¨®n se expresa ahora muy claramente dentro del establishment. Algunos de los ¨®rganos de prensa m¨¢s influyentes, como el New York Times, y el Washington Post, publican sistem¨¢ticamente cr¨ªticas muy argumentadas a la pol¨ªtica de Reagan en esa parte del mundo; han recordado, por ejemplo, c¨®mo el corte de las importaciones de az¨²car de Cuba, hace 20 a?os, fue decisivo para empujar a dicho pa¨ªs a una colocaci¨®n internacional cada vez m¨¢s ligada a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Pero, sobre todo, esa oposici¨®n est¨¢ cobrando creciente peso en las asambleas legislativas, encargadas de controlar los gastos presupuestarios. El l¨ªder de la mayor¨ªa del Congreso, Jim Wright, que alab¨® hace poco el discurso de Reagan ante las dos C¨¢maras, acaba de pronunciarse en la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Congreso por el cese de las operaciones contra Nicaragua. Otra comisi¨®n parlamentaria ha preconizado negociaciones en El Salvador entre la guerrilla y el Gobierno, que es la posici¨®n defendida por las fuerzas democr¨¢ticas de dicho pa¨ªs, con el respaldo de la Iglesia cat¨®lica.
En este clima complejo, acaba de producirse un hecho pol¨ªtico en la ONU que ha provocado sorpresa: el Consejo de Seguridad ha aprobado, por unanimidad, una resoluci¨®n sobre el tema nicarag¨¹ense. La discusi¨®n ha sido provocada por una queja presentada por Nicaragua; hasta ahora, Estados Unidos se ha opuesto a que la ONU tome posici¨®n sobre Nicaragua, por considerar que se trata" en el fondo, de una zona en que tiene especiales prerrogativas; esta vez, en cambio, no s¨®lo no ha hecho uso del veto, sino que tampoco se ha abstenido; ha votado a favor, junto con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Nicaragua y la totalidad del Consejo. La moci¨®n hab¨ªa sido presentada por un grupo de pa¨ªses del Tercer Mundo, incluida la propia Nicaragua. De ella fueron borrados una serie de puntos que figuraban en la redacci¨®n inicial, para facilitar su aprobaci¨®n. Pero encomienda al grupo de Contadora (M¨¦xico, Panam¨¢, Colombia y Venezuela) que haga todos los esfuerzos posibles. para'encontrar soluciones a los problemas de la regi¨®n y pide a los "Estados interesados" que colaboren con el grupo de Contadora en un di¨¢logo franco y constructivo.
?C¨®mo explicar la actitud de Estados Unidos aprobando ahora esa moci¨®n en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas? Es obvio que contradice en gran parte su conducta, y es tambi¨¦n dif¨ªcil atribuirlo a un mero gesto de propaganda. Probablemente sea reflejo de una situaci¨®n compleja, contradictoria, en la que se entrecruzan diversas tendencias. Un sector de la Administraci¨®n americana, ligado al Departamento de Estado se encontrar¨ªa, seg¨²n los rumores, en abierta oposici¨®n con las tesis sostenidas por el consejero de seguridad presidencial William Clark, y estar¨ªa tratando de presionar por una soluci¨®n negociada y una huida de la escalada militar en Am¨¦rica Central. En sectores influyentes de Washington crece el convencimiento de que es necesaria una rectificaci¨®n de la pol¨ªtica en aquel ¨¢rea, rectificaci¨®n que incluir¨ªa las relaciones con Cuba. El fervoroso y apasionado reciente discurso anticastrista de Reagan podr¨ªa estar destinado precisamente a calmar las preocupaciones del lobby cubano de Florida en este sentido. Es s¨®lo una hip¨®tesis, desde luego, pero es una hip¨®tesis fiable, en un momento en que la escalada de gastos militares y la propia crisis econ¨®mica est¨¢n obligando a la Uni¨®n Sovi¨¦tica a disminuir la ayuda a sus aliados y es posible que disminuya la capacidad de presi¨®n de Mosc¨² sobre Fidel Castro.
La resoluci¨®n de las Naciones Unidas que comentamos puede quedar en un paso sin consecuencias. Pero es posible que no sea as¨ª. Puede representar, si se concreta en hechos, un fortalecimiento de las gestiones positivas del grupo de Contadora tendentes a fomentar el di¨¢logo en la zona, en el respeto de la independencia y soberan¨ªa de cada pa¨ªs y de los principios de las Naciones Unidas. Los pa¨ªses europeos, y entre ellos Espa?a, tienen tambi¨¦n un papel que jugar en la cuesti¨®n, y sin duda el pr¨®ximo viaje de Felipe Gonz¨¢lez a la zona debe ser aprovechado para ello.
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