Los problemas heredados
Cada vez que se publican datos estad¨ªsticos referidos al aumento de la propensi¨®n a importar, al d¨¦bil crecimiento de las exportaciones, al despegue del diferencial de inflaci¨®n, al alza de los tipos de inter¨¦s y al crecimiento del ¨ªndice de precios al consumo -por no decir que, tambi¨¦n,cuando se dan a conocer las nuevas quiebras, suspensiones de pago, impagos a Hacienda o a la Seguridad Social, regulaci¨®n de plantillas o efectos de la depreciaci¨®n de la peseta sobre las deudas contra¨ªdas en divisas- se cae en la tentaci¨®n de analizar las causas y los efectos aislados de cada acontecimiento, pero pocas veces se interrelacionan y muchas menos se busca el origen com¨²n de la inadecuada estructura financiera y productiva de la gran mayor¨ªa de las empresas espa?olas.Hasta hace pocos a?os bastaba echar una ojeada a los datos sobre presi¨®n tributaria de diversos pa¨ªses para darse cuenta de que Espa?a ha sido durante muchos a?os y para muchas empresas -no digamos para algunas profesiones liberales y hasta para el espa?olito de a pie,- si no un verdadero para¨ªso fiscal, s¨ª, por lo menos, un privilegiado lugar junto al sol. En los ¨²ltimos informes de la OCDE sobre Espa?a, sin embargo, se dec¨ªa que la relaci¨®n entre recaudaci¨®ri de impuestos en Espa?a y el PNB es todav¨ªa muy inferior a la de la mayor¨ªa de los otros pa¨ªses miembros de la OCDE, aun contando con la reciente reforma fiscal.
La parte correspondiente a los impuestos directos es demasiado modesta para permitir una ¨¦ficaz regulaci¨®n de la demanda. Como el presupuesto, por otra parte, no puede ser simplemente una pieza administrativa y de control, sino que deber ser un elemento din¨¢mico y ¨¢gil que se adapte a las exigencias de cada momento
Todo ello lleva a una elemental reflexi¨®n. Si, por una parte -y al margen de los problemas de confianza en el futuro-, la pol¨ªtica crediticia condiciona muy fuertemente la inversi¨®n,para aumentar la presi¨®n directa, ?podr¨¢n las empresas responder al reto de la competitividad europea sin llevar a cabo una radical transformaci¨®n de sus estructuras financieras? La respuesta es obvia. Verdaderamente, en el mundo empresarial la revoluci¨®n pendiente es la de cambiar las estructuras financieras tanto o m¨¢s que las psicol¨®gicas, las productivas o las laborales.
Se pone a menudo en boca de un conocido financiero una frase esclarecedora: "Un negocio en el que, de entrada, hay que poner di nero, ya no es un buen negocio". De una u otra forma, esto lo lleva mos en la sangre los espa?oles. y as¨ª nos va. ( ... ).
, 31 de mayo
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