Los militares en activo ya no podr¨¢n dar clases en la Escuela Nacional de Aeron¨¢utica

Los militares en activo del Ej¨¦rcito del Aire ya no podr¨¢n ser destinados a la Escuela Nacional de Aeron¨¢utica (ENA) de Salamanca, tras el acuerdo al que llegaron el pasado lunes el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito del Aire, teniente general Emilio Garc¨ªa Conde, y el director general de Aviaci¨®n Civil, Pedro Tena. El acuerdo se produce despu¨¦s de que, tras registrarse serias divergencias entre el Ministerio y mandos del Ej¨¦rcito, los 50 militares destinados en la ENA abandonaran sus destinos el pasado viernes por orden del Estado Mayor del Ej¨¦rcito del Aire.

Esta misma semana, el Diario Oficial del Ej¨¦rcito del Aire publicar¨¢ una orden por la que se dispone que los militares que deseen incorporarse a la ENA pasar¨¢n a la situaci¨®n de supernumerarios o tendr¨¢n que figurar como excedentes voluntarios, pero nunca como militares en activo. Desde que en 1974 se cre¨® la ENA como Centro de car¨¢cter civil dependiente del Ministerio de Transportes, los pilotos militares destinados en la escuela manten¨ªan su situaci¨®n militar en activo, por lo que no depend¨ªan jer¨¢rquicamente de las autoridades civiles, sino de sus mandos naturales.Debido a esta situaci¨®n, tambi¨¦n se produc¨ªa el hecho parad¨®jico de que en la ENA hab¨ªa profesores militares que, sin tener el t¨ªtulo o carn¨¦ civil de vuelo, utilizaban los aviones con matr¨ªcula civil, extremo que, en el caso de haberse registrado alg¨²n accidente, hubiera ocasionado graves consecuencias legales. Igualmente, y dado que el m¨¢ximo responsable de la ENA era un militar -el coronel Juan Jos¨¦ Aldasoro-, las gestiones presupuestarias se efectuaban en ocasiones de forma pr¨¢cticamente aut¨®noma.

Por estas y otras razones similares, las actuales autoridades del Ministerio de Transportes decidieron adoptar las medidas correspondientes para que la escuela funcionara como aut¨¦ntico "centro civil administrativo", seg¨²n ha explicado el director general de Aviaci¨®n Civil, Pedro Tena. Hace dos meses, el Ministerio suprimi¨® el reglamento militar interno que estaba vigente en la ENA. Como consecuencia de ello, el coronel Aldasoro present¨® la dimisi¨®n y abandon¨® la escuela.

Orden de abandonar la ENA

Tras la dimisi¨®n de Aldosoro, y en aplicaci¨®n de las habituales normas de comportamiento militar, se hizo cargo accidentalmente de la direcci¨®n del centro, sin la previa aprobaci¨®n del Ministerio de Transportes, el mando m¨¢s antiguo, que era el teniente coronel Luis Gonz¨¢lez. Pocas semanas despu¨¦s, el Ministerio decidi¨® nombrar director interino de la ENA a Celestino Delgado, subdirector general de Control de Transporte A¨¦reo, raz¨®n por la que inmediatamente present¨® la dimisi¨®n el teniente coronel Luis Gonz¨¢lez. Asimismo, el nombramiento y la dimisi¨®n originaron que los 50 militares destinados en la ENA (profesores y mec¨¢nicos) abandonaran sus destinos el pasado viernes por orden del Estado Mayor del Ej¨¦rcito del Aire.Paralelamente, en los d¨ªas anteriores a la orden se produjo una reuni¨®n del comit¨¦ del centro, integrado por civiles, quienes hicieron p¨²blico un documento sobre las actuaciones de los mandos militares de la ENA. El documento produjo un fuerte malestar entre los militares del centro.

Con el acuerdo alcanzado ahora por el Ministerio de Transportes, los 50 militares que abandonaron la ENA podr¨¢n solicitar el regreso al centro, pero ahora en calidad de supernumerarios o, en casos extraordinarios, de excedentes voluntarios. En opini¨®n del director general de Aviaci¨®n Civil, el teniente general Garc¨ªa Conde mantuvo una actitud dialogante con el Ministerio de Transportes y, gracias a ello, se pudo solucionar el conflicto, "originado sobre todo por un problema de sensibilidad y por el papel que, seg¨²n los pilotos militares, juega el Ej¨¦rcito del Aire en lo relativo al espacio a¨¦reo". Respecto a esta cuesti¨®n, el Ej¨¦rcito del Aire entiende que mantiene su competencia sobre la utiliza ci¨®n de las aeronaves, as¨ª como el control de la circulaci¨®n a¨¦rea.