El presidente del Banco de Italia, alarmado por la elevada inflaci¨®n
Carlo Azeglio Ciampi, gobernador del Banco de Italia, uno de los personajes de mayor prestigio de este pa¨ªs, acaba de lanzar un grito de alarma al mundo pol¨ªtico para que se frene la inflaci¨®n galopante, que est¨¢ llegando al 17% en este a?o, cifra considerada como un c¨¢ncer en un pa¨ªs clasificado entre los siete m¨¢s industrializados del mundo.
Y Ciampi no ha ahorrado, en su informe anual de 600 p¨¢ginas, cr¨ªticas a todos: al ministro del Tesoro, al Gobierno en bloque, a la Confindustria y a los sindicatos. Ha dado un palo fuerte a lo que llama la "finanza alegra" que conduce al laxismo y a la negligencia monetaria en todo el sistema financiero de este pa¨ªs.Seg¨²n Ciampi, las finanzas italianas est¨¢n bloqueadas y amenazan con frenar incluso los primeros s¨ªntomas de mejor¨ªa de la producci¨®n, porque los gobernantes no consiguen contener el d¨¦ficit p¨²blico, que ha pasado de un 2,5% en el per¨ªodo de 1960 a 1964 a un 17%, previsto para el a?o en curso.
No es posible vivir, dice el gobernador del banco, con recursos mayores de los que se dispone, y, por tanto, "es in¨²til distribuir riquezas imaginarias". Ante esto cualquier intervenci¨®n del Banco Central es in¨²til. Y da cifras bien concretas. En 1982 se hab¨ªa fijado como techo m¨¢ximo de cr¨¦dito en el sector estatal la cifra de cuatro billones de pesetas y al final ha resultado de siete billones. Ante esto, concluye Ciampi, es imposible cualquier tipo de defensa de la lira por parte del Banco Central.
Critica tambi¨¦n la imposibilidad que ha tenido el banco de fomentar el ahorro ante ciertas pol¨ªticas de algunos ministros, incluso socialistas. Y ha sido muy dr¨¢stico tambi¨¦n con ciertos sindicalistas que se oponen a todo tipo de revisi¨®n salarial.
Ha dicho Ciampi literalmente: "Los sueldos nominales en Italia han mantenido una din¨¢mica incompatible con la posibilidad de frenar la inflaci¨®n a los niveles de los otros pa¨ªses fuertemente industrializados como el nuestro". Y ha hecho entender que la defensa a ultranza del nivel salarial de quien posee un trabajo es contradictorio con la exigencia de encontrar trabajo para todos.
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