Una jornada 'normal' en L¨ªbano
ENVIADO ESPECIALDe detr¨¢s de las colinas de Ezz el Arab, en la regi¨®n libanesa de la Bekaa, surgen primero las banderas ondeantes azules y blancas con la estrella de David. El ruido ensordecedor de las cadenas que ruedan sobre el asfalto de la estrecha carretera induce inmediatamente a pensar que se trata de una columna militar en movimiento y, poco despu¨¦s, las torres y ca?ones que destacan en el firmamento no permiten ya la menor duda: decenas de carros de combate israel¨ªes de los modelos Merkava y Centuri¨®n avanzan al atardecer hacia el frente.
Esa noche, la del jueves al viernes pasado, la artiller¨ªa siria disparaba intermitentemente contra una posici¨®n del Tsahal situada en las cercan¨ªas de Jebb Jennine, y el Ej¨¦rcito israel¨ª respond¨ªa a su vez abriendo fuego contra las tropas de Damasco estacionadas en Kf¨¢rzabad que los vuelos diarios de reconocimiento de sus caza- bombarderos han se?alado previamente a los artilleros hebreos.
"Jornada normal en la Bekaa", explicar¨ªa al d¨ªa siguiente la Prensa de Beirut. As¨ª se caracteriza la normalidad en el este de L¨ªbano desde que el pasado fin de semana, 10 d¨ªas depu¨¦s de la firma del acuerdo de seguridad entre Beirut y Tel Aviv que prev¨¦ la retirada del Tsahal de L¨ªbano, los ej¨¦rcitos de Damasco y Tel Aviv se han transformado en empresas de obras p¨²blicas que fortifican sus posiciones y ensanchan sus v¨ªas de comunicaci¨®n, mientras sus estados mayores ponen a las tropas en estado de alerta m¨¢xima: env¨ªan refuerzos en previsi¨®n de un nuevo brote de violencia generalizado.
Maniobras en la Bekaa
Como para dar m¨¢s peso a su rechazo de lo que el presidente sirio, Hafez el Assad, calific¨® a mediados de semana en Lib¨ªa. de "documento de sumisi¨®n y capitulaci¨®n impuesto a L¨ªbano por la Administraci¨®n americana y el enemigo sionista.", el Ej¨¦rcito sirio inici¨® en los ¨²ltimos d¨ªas de mayo, en la Bekaa y enla zona del Gol¨¢n, unas maniobras de gran envergadura.
Los movimientos de tropas sirias acabaron el pasado lunes, y la tensi¨®n disminuy¨® algo en la Bekaa, pero los agregados militares occidentales aqu¨ª acreditados prev¨¦n que durante "todo el verano alternar¨¢n las situaciones de crisis que colocar¨¢n al pa¨ªs al borde de la guerra con breves momentos de distensi¨®n".
Pero, ?estallar¨¢ la guerra? Israel, desde luego, en contra de lo sucedido en junio de 19 82, no tiene el menor inter¨¦s en desencadenarla, porque, ante la opini¨®n p¨²blica mundial y su aliado Estados Unidos, esta vez es Siria quien aparenta ser el malo de la pel¨ªcula, con su oposici¨®n al acuerdo l¨ªbanoisrael¨ª, que la CEE calific¨®, por ejemplo, de paso hacia el restablecimiento "de la soberan¨ªa y unidad" de L¨ªbano.
Una ofensiva israel¨ª estrechar¨ªa adem¨¢s las filas de la resistencia palestina, profundamente dividida entre partidarios y adversarios de Yasir Arafat, y suscitar¨ªa un profundo malestar en el. mismo Israel, donde amplios sectores de la opini¨®n p¨²blica ponen en tela de juicio la permanencia de su Ej¨¦rcito en L¨ªbano, v¨ªctima diariamente de atentados, cuyo saldo en mayo pasado alcanzaba oficialmente los ocho muertos y 33 heridos.
Tel Aviv proyecta m¨¢s bien, como sus ministros de Defensa y Asuntos Exteriores, Mois¨¦s Arens e Isaac Shamir, respectivamente, dieron a entender en sendas declaraciones el jueves en Par¨ªs y Bruselas, una retirada de sus fuerzas hasta el r¨ªo Awali, a la altura de Sid¨®n, la capital del sur de L¨ªbano, para acortar as¨ª el frente y protegerse mejor de las incursiones de comandos palestinos en la zona sometida a su ocupaci¨®n.
El r¨¦gimen baasista sirio desea, en cambio, negociar a su vez con L¨ªbano, e indirectamente con Estados Unidos, un tratado de evacuaci¨®n de sus tropas en las mejores condiciones. Y para ello no duda en hacer alarde de fuerza, reforzando sus posiciones militares en la Bekaa e insinuando que goza de un respaldo sovi¨¦tico casi ilimitado. Pero, a pesar del apoyo de Mosc¨² a Siria, su inferioridad armament¨ªstica frente a Israel no le aconseja iniciar las hostilidades con el tercer Ej¨¦rcito del mundo.
Los ¨²nicos que, en definitiva, tienen ahora inter¨¦s en el desencadenamiento de una sexta guerra en Oriente Pr¨®ximo son los milicianos palestinos, que volver¨ªan a unirse para luchar contra su enemigo com¨²n.
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