Hiqueras, un espa?ol genuinamente americano
![Alex Mart¨ªnez Roig](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F3ff7e65d-60ae-488a-9c48-3a459731f926.png?auth=edb5bebe78bb8fe628e524c318d4c97b2b5c5c554b7f9f99750c16364a3c1bde&width=100&height=100&smart=true)
Higueras ha cambiado, y mucho, desde que se cas¨® con Donna y se fue a vivir a Palm Springs, en el sur de California. Es un hombre reposado, que ha aprendido con los a?os a buscar las peque?as cosas que permiten disfrutar de la vida. Hace a?os que no come carne, jam¨¢s utiliza antibi¨®ticos y cuando se lesiona no se inyecta. "Procuro que sea la naturaleza la que cure -mis lesione?. En Roland Garros llev¨® siempre el codo rodeado de hielo para combatir la inflarnaci¨®n que ven¨ªa arrastrando desde hac¨ªa semanas. No fuma -"s¨®lo en pipa, y de vez en cuando"-, no bebe, y toma vitaminas siempre naturales.Jos¨¦ Higueras es uno de los triunfadores que ha tenido una infancia y una juventud dura y sacrificada. Naci¨® en Granada el 1 de marzo de 1953, pero a los pocos a?os ya resid¨ªa con su familia en Barcelona. Gan¨® su primer sueldo como recogepelotas en el Real Club de Tenis Barcelona. A los 16 a?os, cuando ya empezaba a destacar como tenista, paso a ser botones del club. "Yo era el que abr¨ªa la puerta a los socios. Nunca me he arrepentido de aquella ¨¦poca". Higueras pronto empez¨® a conseguir ¨¦xitos, pero tambi¨¦n llegaron, enseguida, las primeras desilusiones. "En Espa?a me amargaron ocho a?os de mi vida. Me entristece decirlo, pero si me hubiese marchado a Estados Unidos seis a?os antes, ahora ser¨ªa mucho mejor tenista". Tiene un car¨¢cter sensible. Le duelen las cr¨ªticas injustas. Fue en la Copa Davis, jugando con Espa?a, cuando m¨¢s sufri¨®.- "Yo me entregaba en todos los partidos. Pero la responsabilidad enorme que reca¨ªa sobre mis espaldas, me atenazaba. En Espa?a siempre me siento como un jugador de tercera categor¨ªa".
Llega la ruptura
Y lleg¨® la eliminatoria de Copa Davis frente a Inglaterra en Valencia. La ruptura. Higueras jug¨® con hepatitis, aunque ni ¨¦l lo sab¨ªa. La hepatitis que le mantuvo alejado del circuito durante casi un a?o. Espa?a perdi¨®, y un diario lleg¨® a titular: "Higueras nos elimin¨®". En la cama, mientras se restablec¨ªa de la hepatitis, Higueras se sent¨ªa m¨¢s frustrado que nunca: "Me sent¨® fatal que, cuando se supo que hab¨ªa jugado con hepatitis, nadie, ni siquiera la Federaci¨®n, movi¨® un, dedo para resarcir mi imagen". No piensa volver a jugar la Copa Davis nunca m¨¢s.
Dolido, triste, amargado, harto, decidi¨® marcharse a vivir a Palm Springs con Donna, su mujer. "En Espa?a todo era negativo para m¨ª. Criticaban mi forma de jugar, mi forma de ser. Todo". Reconoce que su estilo nunca le ha ayudado: "S¨¦ que no es divertido ni espectacular. Pero soy un profesional, y con mis condiciones f¨ªsicas y t¨¦cnicas, esa es la mejor forma que yo tengo para ganar partidos." Nunca ha cerrado su casa de Barcelona, y pasa en ella por lo menos dos meses al a?o, sobre todo para estar cerca de su familia, a la que adora. "En Estados Unidos conoc¨ª cosa que aqu¨ª no me hab¨ªan dejado ver Encontr¨¦ amigos que me ense?aron que el deporte es muy diferente". Y descubri¨® algo que ha significado un cambio radical en su vida: "Me di cuenta que lo que m¨¢s me interesaba era la gente Descubr¨ª que hay cosas mucho m¨¢s importantes que ganar torneos. Ahora ya me importa poco estar entre los diez mejores o ser el 400. Disfruto con el tenis. Juego porque me divierte. Esa es la raz¨®n de que mis resultados hayan sido tan buenos en los ¨²ltimos a?os". En Palm Springs ¨¦l mismo descubri¨® el verdadero valor de su tenis: "En Estados Unidos todo el mundo hace deporte, y saben lo dif¨ªcil que es llegar arriba. Cuando les dices que tienes que pelear en la pista con Connors o McEnroe todos te respetan, porque saben que has tenido que sacrificarte mucho para llegar a la ¨¦lite".
Ahora ya no quiere ser el n¨²mero uno: "Si quieres ser el mejor, se necesitan unos sacrificios tan grandes que creo que no vale la pena. Las compensaciones no son tan importantes. Adem¨¢s, ser el n¨²mero uno crea muchos problemas personales y familiares. S¨®lo hay que ver ¨¢ hombres como Connors o Lendl, que, tienen un ego tan grande que no les queda tiempo para conocer a la gente que tienen alrededor. Cada vez hay m¨¢s gente que rechaza ese sacrificio. Noah y Wilander, por ejemplo. El otro d¨ªa vi a Borg y le not¨¦ feliz, sin la presi¨®n que le acompa?aba desde los 18 a?os. Est¨¢ disfrutando con la vida. A mi hijo le aconsejar¨¦ que no luche por ser el mejor. No vale la pena".
Jordi, su hijo
Su hijo, Jordi, con un a?o, est¨¢ siempre presente cuando Jos¨¦ Higueras habla de sus proyectos, de sus ideas. "Tener un hijo y conocer a Donna son las cosas m¨¢s importantes que me han sucedido en mi vida" . Jos¨¦ le habla en castellano y Donna en ingl¨¦s. Higueras se preocupa por ¨¦l: "El ritmo actual de torneos hace que est¨¦ hasta ocho. semanas lejos de mi casa. Durante esos d¨ªas, s¨®lo en mi habitaci¨®n del hotel, me pregunto muchas veces hasta que punto es v¨¢lido mi sacrificio actual. Pero luego pienso que todo lo que estoy haciendo ahora, todo el dinero que estoy ganando, va a servir para que dentro de unos a?os pueda disfrutar viendo crecer, d¨ªa a d¨ªa, a Jordi. Y a otro hijo, porque quiero tener otro". Para Jordi, "para poder decirle cuando sea mayor que he jugado,el Open de Estados Unidos", ha decidido participar este a?o en el torneo de Flushing Meadow, que se juega sobre cemento, una superficie que no le va nada a Higueras.
Higueras, pese a estar en Estados Unidos, no olvida Espa?a. "Me siento espa?ol, aunque viva muy lejos". Se preocupa por las futuras generaciones de tenistas espa?oles. Envi¨® una carta a la Federaci¨®n ofreciendo la posibilidad de realizar, sin cobrar, unas sesiones de entrenamiento-exhibici¨®n, para los tenistas infantiles. La Federac¨ª¨®n ni siquiera le contest¨®. Para ¨¦l, lo mejor que pueden hacer los juniors espa?oles,es estudiar en universidades norteamericanas: "All¨ª aprendes el ingl¨¦s de una forma perfecta, te dan unos estudios, y, adem¨¢s, te facilitan al m¨¢ximo la posibilidad de entrenar. Al hijo del se?or Gregorio, el cuidador de los vestuarios del Real Club de Tenis Barcelona, hemos conseguido colocarle en un college y el pr¨®ximo a?o entrar¨¢ en la Universidad de Berkeley, con una beca para estudiar computadoras. Juega al tenis muy bien, y all¨ª tienen un plan de entrenamiento ideal. No conozco a los juniors espa?oles; pero creo que Emilio S¨¢nchez, que fue cuartofinalista en Roland Garros, tambi¨¦n quiere ir a estudiar a Estados Unidos. Es una manera de dar una responsabilidad a unos j¨®venes que, sin ella, s¨®lo se dedicar¨ªan a jugar al tenis".
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