Celos fantasmales
Parece que B¨¦same y esf¨²mate es un remake de una pel¨ªcula brasile?a titulada Do?a Flor y sus maridos, pel¨ªcula de cuyas bondades no tengo la menor referencia. En cualquier caso, a pesar del or¨ªgen carioca, no estar¨¢ de m¨¢s decir que hay una tradici¨®n de comedias a lo Capra en las que se concede, a alguno de sus protagonistas, el privilegio de tener un pie en el cielo y otro en la tierra. Aqu¨ª, el beneficiario de tan peculiar situaci¨®n es un marido muerto -Jame Caan-, antiguo bailar¨ªn y core¨®grafo as¨ª como redomado play-boy.?sta, despu¨¦s de tres a?os de viudedad, quiere casarse con un apuesto egipt¨®logo -Jeff Bridges- y es en ese momento cuando el fantasma del anterior esposo cobra vida o, mejor dicho, imagen, como si de un personaje cinematogr¨¢fico se tratara. ?Es una criatura nacida de la imaginaci¨®n de Sally Field -la viuda- o es un fantasma real?. Sobre esa pregunta se construye el filme y muy pronto se nos proporciona la respuesta: el subconsciente es el resucitador de cad¨¢veres, ya que la mujer sigue aferrada a su pasado y no est¨¢ lo bastante convencida de cambiar el ectoplasma de un bailar¨ªn por un macizo arque¨®logo.
B¨¦same y esf¨²mate
Director: Robert Mulligan. Int¨¦rpretes: Sally Field, James Caan, Jeff Bridges, Paul Dooley, Claire Trevor, Mildred Natwick. Gui¨®n: Charlie Peters. Estreno en cine Paz. Madrid.
B¨¦same y esf¨²mate es, si s¨®lo consideramos argumento y gui¨®n, un ejemplo de lo que se ha dado en llamar "comedia sofisticada", variante gen¨¦rica de l¨ªmites imprecisos. La exigencia que supone el adjetivo "sofisticada" es de estilizaci¨®n, ligereza, rapidez y sentido del humor, cualidades todas ellas ajenas a la filmograf¨ªa de Mulligan, un cineasta muy estimable pero que tiende a la transcendencia, a los temas importantes, y los expone con calma y sin bromas.
En B¨¦same y esf¨²mate la suya es una narrativa gramaticalmente correcta, pero poco adecuada para el material que tiene entre manos, que nunca adquiere el tono chispeante que precisan las situaciones de enredo. Mulligan prefiere dar importancia al tema de la pervivencia del pasado en el presente que a la maquinaria por la que se deber¨ªa establecer todo un juego de equ¨ªvocos, de situaciones divertidas rayanas con la locura. El resultado es un h¨ªbrido de una cierta dignidad, que se deja ver pero no consigue plenamente ninguno de sus objetivos.
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