La encrucijada vasca
LA APLASTANTE victoria del PSOE en las elecciones legislativas del 28 de octubre, que se manifest¨® en un incremento notable de sus votos en ?lava, Guip¨²zcoa y Vizcaya, tuvo un significado ambiguo para el Pa¨ªs Vasco. Porque la formaci¨®n de una mayor¨ªa parlamentaria socialista y la constituci¨®n de un Gobierno presidido por Felipe Gonz¨¢lez, cuya legitimidad democr¨¢tica y discontinuidad con el anterior r¨¦gimen se hallan fuera de duda, a la vez abr¨ªan caminos para una colaboraci¨®n fecunda entre el nuevo poder del Estado y la comunidad aut¨®noma y obligaban al PNV a un replanteamiento de sus perspectivas.Los nacionalistas vascos moderados y los socialistas hab¨ªan luchado durante el anterior r¨¦gimen en pos del restablecimiento de las instituciones democr¨¢ticas, las libertades y la autonom¨ªa. Hasta el fallecimiento de Ajuriaguerra, el PNV y el PSOE marcharon de acuerdo, e incluso presentaron candidaturas conjuntas al Senado en 1977. Los conflictos posteriores entre socialistas y nacionalistas no pueden borrar ese pasado com¨²n de esperanzas. En el panorama pol¨ªtico espa?ol, deI PNV no puede encontrar un interlocutor mejor para discutir problemas y esbozar soluciones que un Gobierno del PSOE. El nacionalismo vasco moderado coincide con Alianza Popular en la protecci¨®n de intereses econ¨®micos, en la defensa de la educaci¨®n religiosa y en las concepciones conservadoras sobre la moral. Sin embargo, Fraga no ha renunciado a la reforma del T¨ªtulo VIII de la Constituci¨®n, a la emasculaci¨®n de los estatutos de autonom¨ªa vasco y catal¨¢n y a la abolici¨®n del t¨¦rmino nacionalidades del art¨ªculo 2 de nuestra norma fundamental. Aunque el PNV pueda encontrar resistencias en la Administraci¨®n del Estado dirigida por los socialistas, la alternativa previsible, hoy por hoy, a esa situaci¨®n ser¨ªa un triunfo de Alianza Popular, que traer¨ªa consigo males m¨¢s que mayores para el estatuto de Guernica.
El triunfo electoral de Felipe Gonz¨¢lez ha tenido tambi¨¦n una carga negativa para los nacionalistas vascos moderados, cuya crispaci¨®n tras el 28 de octubre se debe tanto al crecimiento del voto socialista dentro de la comunidad aut¨®noma como a la imposibilidad de seguir utilizando contra Madrid las t¨¢cticas tradicionales de las anteriores legislaturas. No se trata de ocultar los errores y las torpezas cometidos por el Gobierno socialista en relaci¨®n con el Pa¨ªs Vasco. La polvorienta ret¨®rica del ministro del Interior, que olvida los estragos que pueden producir sus palabras en significativos sectores de la poblaci¨®n civil, ha ido acompa?ada de la publicidad dada al Plan ZEN, absurdo mamotreto que yuxtapone medidas y proyectos de variado signo y carentes de cualquier articulaci¨®n racional. El recurso de inconstitucionalidad contra la ley del euskera ha herido la sensibilidad del Parlamento de Vitoria, incluidos los diputados del PSCPSOE. El talante estatalista de algunos nuevos responsables de la Administraci¨®n P¨²blica, que se resisten a aceptar la realidad del Estado de las Autonom¨ªas, tanto por prejuicios ideol¨®gicos como por temor a una p¨¦rdida de su poder personal, ha dificultado la negociaci¨®n de las trasferencias pendientes. La l¨ªnea del diputado socialista por Vizcaya Garc¨ªa Damborenea, cuya l¨®gica conduce al enfrentamiento pasional, dentro del Pa¨ªs Vasco, de las comunidades nacionalista y no nacionalista, tambi¨¦n ha contribuido a despertar recelos o a suministrar pretextos en el PNV. Sin embargo, la impaciencia de los nacionalistas vascos moderados y su propensi¨®n a planteamientos dram¨¢ticos en torno al proceso auton¨®mico tienden a responsabilizar exclusivamente a los actores pol¨ªticos de un conjunto de problemas cuya complejidad se halla en el curso mismo de la vida social. Un Estado fuertemente centralizado no puede convertirse, de la noche a la ma?ana, y sin tensiones, en un nuevo dise?o de distribuci¨®n territorial del poder de orientaci¨®n federalista. El Gobierno vasco tiene sobrada experiencia de esos problemas, ya que ha sido incapaz de conseguir un m¨ªnimo consenso, tanto en el Parlamento de Vitoria como dentro del propio PNV, en torno al proyecto de ley de los Territorios Hist¨®ricos, aut¨¦ntica constituci¨®n interna de la Comunidad Aut¨®noma.
El PNV siempre siente la tentaci¨®n de disminuir sus contradicciones internas mediante el procedimiento de exportar esas tensiones hacia Madrid y de recurrir al enfrentamiento con el Gobierno. La amenaza, nuevamente lanzada por Arzallus, de exigir la reforma del Estatuto de Guernica, tarea jur¨ªdica y pol¨ªticamente inviable sin un acuerdo previo con el PSOE, significar¨ªa la voladura de un edificio de compromisos y negociaciones laboriosamente construido desde 1979. Tras ese amago tal vez se esconda la maniobra electoralista del PNV de conquistar a una parte del electorado de Herri Batasuna o, incluso, de proponer un frente de rechazo con el nacionalismo radical.
Sin embargo, es incierto que el PNV y Herri Batasuna discrepen en los medios -pac¨ªficos en el primer caso, violentos en el segundo-, pero coincidan en los fines. Un Pa¨ªs Vasco hegemonizado por el nacionalismo radical, con su reivindicaci¨®n de un Euskadi sovietizado, monoling¨¹e, reunificado e independiente de Francia y de Espa?a, supondr¨ªa para los dirigentes y electores del PNV la desaparici¨®n, la c¨¢rcel o el exilio.
En estas circunstancias, parece urgente que tanto los nacionalistas vascos moderados como los socialistas sustituyan la crispaci¨®n por la sensatez, la reflexi¨®n y el buen sentido de las negociaciones. Para no imitar al Su¨¢rez de la primera legislatura, Felipe Gonz¨¢lez deber¨ªa hacer acto de presencia en el Pa¨ªs Vasco y dar car¨¢cter operativo al esperanzador llamamiento a la concordia que lanz¨® en Anoeta durante su campa?a electoral. Que el presidente del Gobierno se ocupe d¨¦ la paz en Centroam¨¦rica y dedique parte de su tiempo a cuestiones de alta estrategia internacional no debe impedirle prestar atenci¨®n a la cuesti¨®n vasca. De su encauzamiento depende en buena medida la consolidaci¨®n de un sistema democr¨¢tico digno de tal nombre y la posibilidad de resolver muchos otros problemas.
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