Cada pa¨ªs emitir¨¢ 200.000 horas de programas al a?o
Europa occidental tendr¨¢ entre 1984 y 1990 alrededor de 50 canales de televisi¨®n por sat¨¦lite, a los que se sumar¨¢ una media de 30 canales de televisi¨®n por cable por cada sistema que adopte un pa¨ªs. Estos nuevos canales convivir¨¢n con la actual televisi¨®n de redes terrestres y con las cadenas regionales, seg¨²n manifest¨® ayer Victorio Boni, presidente de la comisi¨®n de programas de la Uni¨®n Europea de Radiodifusi¨®n (UER) y director de relaciones internacionales de la televisi¨®n p¨²blica italiana, RAI, en el seminario Las nuevas tecnolog¨ªas y la televisi¨®n del ma?ana. Espa?a mantiene actualmente conversaciones con Portugal para compartir un sat¨¦lite.
Espa?a podr¨ªa llegar a un acuerdo con Portugal para explotar conjuntamente un sat¨¦lite, seg¨²n manifest¨® Eduardo Gavil¨¢n, director de relaciones t¨¦cnicas internacionales de RTVE, quien habl¨® sobre los distintos tipos de sat¨¦lite y las ventajas de la radiodifusi¨®n directa en la ponencia que pronunci¨® ayer en el mencionado seminario organizado por el Instituto Oficial de Radio y Televisi¨®n (IORTV), de RTVE.Las actuales conversaciones con Portugal para compartir un sat¨¦lite contemplan, entre otros aspectos, la posibilidad de emitir simult¨¢neamente dos programas espa?oles de televisi¨®n y uno portugu¨¦s destinados indistintamente a la audiencia penisular e insular de las dos naciones.
Todos los pa¨ªses europeos pueden disponer, a tenor de la conferencia de Ginebra de 1977, de cinco canales de televisi¨®n por sat¨¦lite. A cada canal de televisi¨®n", a?adi¨® Gavil¨¢n, "corresponden ocho canales de sonido. El desbordamiento de los haces de los respectivos sat¨¦lites permitir¨¢ a los usuarios captar las emisiones de pa¨ªses lim¨ªtrofes.
Los usuarios espa?oles no necesitar¨ªan cambiar la antena parab¨®lica para recibir la se?al del sat¨¦lite brit¨¢nico y portugu¨¦s, por estar situados en la misma posici¨®n orbital que el espa?ol. Para captar las emisiones francesas sin modificar la orientaci¨®n de aquella antena ser¨ªa necesario otro equipo receptor. En la recepci¨®n de se?ales de sat¨¦lites de pa¨ªses lim¨ªtrofes influye el di¨¢metro de las antenas que se instalen en los domicilios de los usuarios.
Eduardo Gavil¨¢n manifest¨® tambi¨¦n que la Rep¨²blica Federal de Alemania difundir¨¢ por sat¨¦lite 16 programas de radio, que podr¨¢n ser captados f¨¢cilmente en casi todos los pa¨ªses y con una inversi¨®n en equipos receptores muy inferior a la que se requiere para la televisi¨®n. Preguntado por Tom¨¢s Bethencourt, director del IORTV, Eduardo Gavil¨¢n manifest¨® que estas emisiones, algunas de ellas posiblemente especializadas en distintos g¨¦neros de m¨²sica, pueden suponer un serio riesgo para la continuidad de los servicios de hilo musical e incluso de algunas emisoras locales de radio en frecuencia modulada. Victorio Boni, ejecutivo de la RAI y presidente de la comisi¨®n de programas de la UER dijo, en su ponencia titulada Incidencia de la nueva oferta televisiva sobre la producci¨®n de programas, que cada pa¨ªs europeo difundir¨¢ alrededor de 200.000 horas anuales de televisi¨®n.
Producci¨®n europea
Los pa¨ªses de Europa occidental estar¨¢n obligados entonces a multiplicar por diez su actual oferta de programas al p¨²blico debido a este crecimiento de los canales de comunicaci¨®n televisual. "Los organismos tradicionales de televisi¨®n difunden actualmente", dijo Victorio Boni, "entre 7.000 y 15.000 horas anuales de programas. Antes de que finalice la d¨¦cada se llegar¨¢ a una media de aproximadamente 200.000 horas anuales de televisi¨®n que podr¨¢ ser vista en cada pa¨ªs, y ello considerando una utilizaci¨®n limitada de aproximadamente 12 horas diarias de emisi¨®n. Esto obligar¨¢ a incrementar considerablemente la producci¨®n de programas en Europa. La colaboraci¨®n con las industrias nacionales del cine no es suficiente para abastecer la necesidad de programas que consumir¨¢n las televisiones, ya que cada pa¨ªs produce actualmente una media de 250-280 largometrajes, es decir, en torno a las 400 horas anuales de cine"."Nadie tiene claro en estos momentos", prosigui¨® Boni, "c¨®mo hacer frente a esta demanda de programas que plantear¨¢n los nuevos sistemas de televisi¨®n. Los sat¨¦lites y el cable se pondr¨¢n en funcionamiento por imperativos y obligaciones industriales, pero falta todav¨ªa una pol¨ªtica de programaci¨®n al respecto".
El reto que se plantea a los actuales organismos de televisi¨®n y a los que se creen en el futuro es fundamentalmente, dijo Boni, una cuesti¨®n pol¨ªtica: "Tendr¨¢n que decidir si desarrollan totalmente y desde un principio las posibilidades que ofrecer¨¢n las nuevas t¨¦cnicas o si optan por un desarrollo paulatino, bien en r¨¦gimen de control o de libre concurrencia".
"Los servicios p¨²blicos de televisi¨®n, tradicionales en Europa, seguir¨¢n siendo la base, el sistema central, de la futura televisi¨®n en nuestros pa¨ªses", a?adi¨® el ponente, "pero se ver¨¢n obligados a revisar sus actuales criterios de oferta a la audiencia y, por tanto, los criterios de producci¨®n de programas. Las televisiones europeas coproducen ahora aquellos programas que por s¨ª solos no podr¨ªan afrontar a pausa de sus excepcionales presupuestos. En el futuro habr¨¢ que coproducir programas de calidad media. El problema europeo est¨¢ en su incapacidad de producir seriales, y los seriales ser¨¢n un elemento b¨¢sico de la programaci¨®n. Los programas tendr¨¢n que tener el m¨¢s alto valor posible, del que muchas veces carecen nuestras televisiones, tanto en los programas de informaci¨®n y cultura como de entretenimiento, porque la audiencia, al disponer de m¨¢s canales, ser¨¢ muy selectiva a la hora de elegir".
A?adi¨® el ponente que, aunque los programas sigan siendo los mismos en cuanto al g¨¦nero, formatos y contenidos, "la estrategia de la programaci¨®n ser¨¢ diferente y tambi¨¦n aqu¨ª se requiere una colaboraci¨®n, entre todos los pa¨ªses, entre otras razones porque los programas que ahora compramos llegar¨¢n a la audiencia por los canales del sat¨¦lite". Asegur¨® que las primeras experiencias de colaboraci¨®n dentro de la UER son esperanzadoras.
Victorio Boni manifest¨®, a preguntas de los asistentes, que mientras los organismos p¨²blicos de televisi¨®n centrar¨¢n su acci¨®n en la universalidad de las respectivas audiencias, en las programaciones nacionales, las empresas privadas podr¨ªan canalizar la comunicaci¨®n con p¨²blicos espec¨ªficos a trav¨¦s de la televisi¨®n por cable. Indic¨® que la experiencia norteamericana de los canales de cable es favorable a las programaciones especializadas, pr¨¢cticamente monogr¨¢ficas, en informaci¨®n, deportes y m¨²sica, mientras que est¨¢n en crisis los canales de cable, que tienen una programaci¨®n semejante a la televisi¨®n convencional y financiada con publicidad.
"Las empresas de televisi¨®n de servicio p¨²blico tendr¨¢n que financiarse tambi¨¦n con publicidad", prosigui¨® el ponente, "y deber¨¢n transformarse en empresas industriales e integrar la oferta que las empresas privadas de cable hagan para determinadas audiencias. Los distintos sistemas de cable ser¨¢n los primeros en desarrollarse en Europa", concluy¨®, "y utilizar¨¢n tambi¨¦n la programaci¨®n de algunos de los canales de los sat¨¦lites".
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