Una aportaci¨®n l¨ªrica
Aunque Ginastera haya dejado una amplia producci¨®n de m¨²sica instrumental para orquesta y de c¨¢mara en los g¨¦neros tradicionales (en especial el cuarteto y el concierto), tal vez su aportaci¨®n m¨¢s relevante est¨¦ en el terreno l¨ªrico. Las tres cantatas dram¨¢ticas (Cantata para Am¨¦rica m¨¢gica, Bomarzo y Milena) y sus tres ¨®peras (Don Rodrigo, Bomarzo, y Beatrix Cenci) constituyen un corpus cuya solidez formal y resultados est¨¦ticos desbordan los postulados nacionalistas que informaron la tarea del compositor en su primera etapa.La Cantata para Am¨¦rica m¨¢gica (1960) es el primer intento de alcanzar con la voz (soprano) y la orquesta (percusi¨®n y dos pianos) el intenso dramatismo que hallaremos en su primera ¨®pera, Don Rodrigo (24-6-1964, Buenos Aires), sobre un texto de Casona. La leyenda de Don Rodrigo, el ¨²ltimo de los reyes godos, tan primitiva en la violencia de los sentimientos era un tema muy antiguo en la literatura espa?ola y europea.
Pero Ginastera le otorga una fuerza expresiva desconocida a partir de una ordenaci¨®n coherente, tanto de los recursos compositivos (leit motiv derivado de estructuras seriales) como en el empleo de una disposici¨®n sim¨¦trica de los tres actos, concebidos al modo tradicional, es decir, exposici¨®n nudo y desenlace. Hay tres escenas por acto, separadas por breves interludios orquestales. El primer acto tiene un car¨¢cter ¨¦pico, el segundo l¨ªrico y el tercero dram¨¢tico. Al final aparece un curioso efecto, logrado por 24 campanas divididas en tres grupos e instaladas en diferentes zonas del teatro.
De la ¨®pera Don Rodrigo surgi¨® una Sinfon¨ªa, op. 3 lb, que estren¨® la Orquesta Nacional de Espa?a en Madrid, dirigida por Fr¨¹hbeck de Burgos, durante el Festival de M¨²sica de Am¨¦rica y Espa?a de 1964. Proceso inverso sigui¨® la cantata Bomarzo, para narrador bar¨ªtono y orquesta de c¨¢mara sobre texto de Manuel M¨²gica La¨ªnez. Esta cantata dio lugar a la ¨®pera del mismo t¨ªtulo (Washington, 19-5-11167) en dos actos y 15 cuadros, cada uno de los cuales refleja el espanto, la pesadilla, "la angustia humana ante la temporalidad", por decir con palabras del compositor, encarnada en el duque de Bornarzo, ego¨ªsta y degenerado pr¨ªncipe del Renacimiento.
Sexo, violencia y alucinaciones
Tras esta ¨®pera de "sexo, violencia y alucinaciones", aborda su ¨²ltima producci¨®n oper¨ªstica, Beatrix Cenci (Washington, 10-9-1971), la tremenda historia que relata Stendhal en las Cr¨®nicas italianas. Ginastera aprovecha al m¨¢ximo las posibilidades expresivas de su arte depurado para subrayar la descarnada tragedia, del tema. El dodecafonismo, la aleatoriedad y todo tipo de recursos vocales e instrumentales favorecen la sensaci¨®n de que nos hallamos no s¨®lo ante una fuerte actitud renovadora, sino ante uno de los m¨¢s sobrecogedores dramas l¨ªricos de la historia musical contempor¨¢nea.
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