Historia de un hombre universal
Nos llega la noticia de la muerte de Alberto Ginastera cuando est¨¢n a¨²n recientes los ecos de su ¨²ltima visita y su ¨²ltimo ¨¦xito en Espa?a: los d¨ªas 29 y 30 de abril y 1 de mayo, la violonchelista Aurora N¨¢tola, con la cual Ginastera hab¨ªa contra¨ªdo matrimonio en 1971, y la Orquesta Nacional, dirigida por Maximiliano Vald¨¦s, ofrecieron en Madrid el Segundo concierto para violonchelo y orquesta, del que hasta anteayer pod¨ªa verse como el m¨¢s universal de los compositores americanos vivos.Alberto Ginastera hab¨ªa nacido en Buenos Aires el 11 de abril de 1916. A los 19 a?os hab¨ªa conseguido la Medalla de Oro de Composici¨®n del Conservatorio Williams de su ciudad natal, primero de una largu¨ªsima serie de premios y galardones que hacen de su figura la m¨¢s representativa de Argentina y de Latinoam¨¦rica. Desde muy joven, Ginastera se adscribi¨® a la corriente nacionalista argentina, cuyas bases hab¨ªa sentado Alberto Williams (1862-1952) hacia 1920, pero lejos del peque?o mundo, casi dir¨ªamos que patriotero de otros colegas; antes bien, estudiando y asimilando lo m¨¢s significativo de la m¨²sica occidental de aquel momento, que no hab¨ªa renunciado a los principios de la tonalidad, de los que el maestro bonaerense nunca pudo ni quiso apartarse: la l¨ªnea Stravinski-Bartok-Falla.
En 1945 viaja a Estados Unidos con la beca Guggenheim y reside en aquel pa¨ªs hasta marzo de 1947, viendo estrenarse sus obras y siendo reclamado para dictar cursillos en prestigiosas universidades estadounidenses.
Proyecci¨®n occidental
A partir de este momento, su proyecci¨®n occidental es ya un hecho s¨®lidamente mantenido hasta el final de sus d¨ªas. En 1948 funda la secci¨®n argentina de la Sociedad Internacional de M¨²sica Contempor¨¢nea y es elegido secretario general de la misma. A comienzos de los a?os cincuenta, Ginastera inicia la conquista de Europa, viajando por Alemania y Francia para participar en festivales internacionales. En Par¨ªs es elegido miembro del Consejo Internacional de la M¨²sica de la UNESCO. El prestigio de Ginastera alcanza su c¨¦nit: maestros como Kleiber, Markevich, Whitney, Schrnidt-Isserstedt, Horensdein y Ormandy estrenan y dirigen sus obras. Uruguay y Brasil requieren su m¨²sica y su presencia. La Fundaci¨®n Fromm le encarga en 1960 la Cantata para Am¨¦rica m¨¢gica. La Fundaci¨®n Koussevitzki, en 1961, el Concierto para piano y orquesta. En 1963, Ricci y Bernstein estrenan en Nueva York su Concierto para viol¨ªn. En 1965, Zabaleta y Ormandy, en Filadelfia, el Concierto de arpa.
Toda su carrera ha sido un modelo de entrega a una ideolog¨ªa musical sentida profundamente, pasada con maestr¨ªa al pentagrama y honestamente trabajada. Su m¨²sica perdurar¨¢ como uno de los s¨ªmbolos culturales m¨¢s trascendentes y significativos que hayan dado las Am¨¦ricas en nuestro siglo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.