Los nazis y los justos
En 1965, dos a?os antes de morir, dirigi¨® Anthony Mann su ¨²ltima pel¨ªcula completa, Los h¨¦roes de Telemark, que poco record¨® ya su viejo esplendor de Hollywood. Horizontes lejanos, Hombre del Oeste o Cimarr¨®n fueron algunos de los t¨ªtulos que permitieron a los cr¨ªticos franceses definir a Mann como "el director cl¨¢sico por excelencia", pero esta ¨²ltima pel¨ªcula, que ahora se repone, no hubiera justificado por s¨ª sola tal declaraci¨®n, salvo por el imprescindible tono correcto de su narraci¨®n y por la eficacia de sus limitados elementos.Los guionistas dudaron al orientar la an¨¦cdota de Los h¨¦roes de Telemark, sin decidirse por el espect¨¢culo de aventuras o por el conflicto moral que enfrenta a los dos protagonistas, empe?ado uno en bombardear la zona en que se encuentra la planta de agua pesada que los nazis levantaron en Noruega, aunque ello suponga la muerte de 6.000 civiles, y obsesionado el otro por encontrar un sistema que interrumpa las investigaciones, cuyo fin es la creaci¨®n de la bomba at¨®mica.
Los h¨¦roes de Telemark
Director: Anthony Mann. Gui¨®n: Ivan Moffat y Ben Barzman, basado en 'Skis against the atom', de Knut Haukelid, y 'But for these men', de John Drummond. Fotograf¨ªa: Robert Krasker. Int¨¦rpretes: Kirk Douglas, Richard Harris, Ulla Jacobson, Michael Redgrave, Anton Diffring. Norteamericana, 1965.Locales de estreno: California, Cid.
Alguna conversaci¨®n sit¨²a la pel¨ªcula en esta l¨ªnea, que puede recordar Los justos, de Camus; pero pesa la aventura, que se circunscribe a los t¨®picos acostumbrados. Adaptaci¨®n de dos distintas novelas, Los h¨¦roes de Telemark se pierde en el laberinto de tentaciones opuestas sin que ninguno de sus elementos logre encaminar el proyecto. Casi 20 a?os despu¨¦s, aquella duda sigue aplastando el inter¨¦s por el enfrentamiento moral de los protagonistas y limita la expectaci¨®n a las peleas sobre la nieve, los saltos, las explosiones y una d¨¦bil historia de amor que adoma el conjunto. Los efectos t¨¦cnicos, la fotograf¨ªa y la interpretaci¨®n cumplen su cometido, sin que de ellos sea la culpa de la hibridez general del filme.
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